Daniel Estulín, como ex Agente de Contra-Inteligencia para Moscú durante el período 1994-2006, desmonta el montaje de Propaganda Imperial de WikiLeaks
Supuestamente tiene 39 años, porque supuestamente habría nacido en Townsville (Australia) en 1971. Y supuestamente nunca habría trabajado para ningún servicio de espionaje. Yo sí, como agente de contra espionaje militar para Moscú. Y por eso sé, mejor qué nadie, cómo hay personajes de sombra y humo, de cuya biografía sólo hay aproximaciones. ¿Quién es Julian Assange, el hombre que, dicen, ha alumbrado con luz cegadora la verdad de las relaciones internacionales, las vergüenzas del todopoderoso EE.UU.? ¿Quién es el capo de WikiLeaks? ¿De donde ha venido? Ciertamente, se materializó casi de repente de la nada. Sin pasado verificable más allá del testimonio de su infancia que ha contado desde las antípodas su madre, la que le dio el apellido y que ahora teme por él (Christine Assange: «Gente poderosa quiere el pellejo de mi hijo», ha dicho).
En la KGB hay viejos informes (años 1986 y 1988) donde ya aparece su nombre. Pero no basta. El gobierno ruso, según fuentes cercanas al Presidente del país, ha asignado más de 2.000 agentes para descubrir la verdadera historia de Assange. Y no es el único servicio de espionaje que anda tras sus pasos. El MI6 británico está utilizando un presupuesto de emergencia para encontrar respuestas a las filtraciones y a sus fuentes de información. Las fuentes consultadas dentro de la CIA, sin embargo, están convencidas de que Assange ha sido reclutado por varias agencias de espionaje, entre ellos, el Mossad Israelita, a través de un científico informático judío de la Universidad de Melbourne, involucrado con la comunidad de los hackers, y que simultáneamente trabajaba para el Mossad Israelita.
Pocas veces en la historia reciente del mundo tantos gobiernos y agencias de espionaje han destinado tantos recursos y esfuerzos para desenterrar la verdad sobre una persona. Las filtraciones de WikiLeaks han puesto en jaque a casi todos los países del mundo. Nadie se salva – ni los gobiernos, ni agencias de espionaje, ni los directivo de grandes multinacionales. Desde los traficantes de drogas, armas, diamantes, hasta terroristas, pasando por empresarios, clericos y miembros del gobierno de Obama temen por las revelaciones de un hombre, desconocido para todos hasta hace muy poco tiempo. Pero, ¿Quién es?
Lo poco que se sabe, es que Assange es un super hacker, asociado con Chaos Computer Club en Hamburgo (Alemania), el mismo club que en 1988 sacó un destructivo virus informático que destrozó una gran parte de los ordenadores militares del gobierno estadounidense. Tras el ataque, los responsables, entre ellos Karl Koch y un joven Assange, pues entonces tendría 17 años, fueron arrestados por hackear los ordenadores del gobierno estadounidense, según fuentes dentro de los servicios de espionaje rusos. Koch, por aquel entonces, ya estaba en el punto de mira de los servicios de inteligencia alemán por vender el código fuente del sistema operativo a la KGB soviética.
Fuentes en la NSA, la agencia de espionaje más grande de los Estados Unidos, le sitúan en Hamburgo durante la primera guerra del golfo (1991), años después de lo que mantienen los servicios de espionaje rusos. Habría pisado Alemania con apenas 15 años, en 1986, para asistir a una fiesta de los más virulentos piratas cibernéticos en Berlin Occidental (Los cinco hackers principales eran Markus Hess, Karl Koch, Hans «Pengo» Huebner, Dirk Brezinski y Peter Carl), un encuentro en el que habría cuajado el plan que más tarde se convertiría en un escándalo de espionaje de Alemania que pasó a la Histioria: cinco hackers informáticos de Alemania Occidental vendiendo información secreta militar y económica a la Unión Soviética después de infiltrar en las redes de datos secretos, como el laboratorio de armas nucleares de EE.UU. en Los Alamos, la sede de NASA, las bases de datos militares de EE.UU., así como el banco de datos OPTIMIS del Jefe de Estado Mayor de los Estados Unidos. En Europa, los equipos del fabricante de armas francés-italiano Thomson, la Agencia Espacial Europea ESA, el Instituto Max Planck para Física Nuclear en Heidelberg, el CERN en Ginebra y el alemán DESY acelerador de electrones en Hamburgo fueron atacados también.
Esto se hizo en nombre de la KGB soviética que en un período de tres años y, a cambio de sumas de entre $ 50.000 y $ 100.000, más drogas, recibió cinco discos con información secreta entre mayo y diciembre de 1986, en un lugar no revelado en el Berlín de Este. Estos discos contenían miles de contraseñas y códigos informáticos, mecanismos de acceso y programas que permitieron a la Unión Soviética el acceso a los centros de informática del mundo occidental.
En ese momento, el portavoz del gobierno alemán acordó que fue el caso de espionaje más grave en Alemania de Oeste desde que desenmascararon en 1974 al Guenter Guillaume, un espía de Alemania Oriental que fue un alto asesor de Willy Brandt, el canciller de Alemania Occidental.
La historia comienza allá por noviembre de 1985, cuando Koch, un líder autoproclamado de Chaos Computer Club, fue abordado por una mujer oficial de la KGB quien le ofreció la oportunidad de tener un estilo de vida de lujo a cambio de «conocimiento hacker». La KGB sabía que Koch tenía una adicción a las drogas caras, lo que contribuyó en gran medida a sus permanentes problemas financieros.
Según fuentes de la KGB, a mediados de 1986, Karl Koch dijo a varios de sus amigos en una fiesta de los piratas cibernéticos cargados de alcohol y drogas, que se le ofreció un acuerdo difícil de rechazar que le va a resolver sus problemas financieros. Uno de los presentes en esa reunión, según archivos de la KGB, es el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Otro individuo cuyo nombre aparece en los archivos de la KGB es el programador Dirk Brezinski, de Berlín Occidental. Informes de la KGB hablan de Brezinski como un genio informático que trabajaba a tiempo parcial para el sistema operativo mainframe de Siemens – BS-2000.
Todo aquello quedó atrás.
Hasta que Assange, hacker confeso, decidió volver con su criatura más endiablada: WikiLeaks. Desde la dramática emisión de un video de las fuerzas armadas de los EE.UU. (sobre un helicóptero que disparaba a periodistas desarmados en Irak), la web WikiLeaks ha adquirido notoriedad y credibilidad mundial como una web agosarada que saca a la luz publica material super sensible.
Su último boom ha sido presuntas filtraciones de cientos de miles de páginas de material supuestamente sensible de las fuentes norteamericanos dentro de los Talibán en Afganistán y sus vínculos con altos mandos de los servicios de inteligencia de Pakistán, sin hablar de una gran cantidad de cables diplomáticos de funcionarios estadounidenses que revelan «chismes geopolíticos», algunos relevantes, y otros meramente entretenidos.
Las pruebas, sin embargo, demuestran que, lejos de ser una información privilegiada, WikiLeaks forma parte de propaganda del gobierno estadounidense y, actuando simultáneamente como tapadera del papel del gobierno americano en el negocio de la droga en Afganistán.
¿QUIÉN ES JULIÁN ASSANGE?
Con cientos de miles de páginas escritas sobre él, Julian Assange de repente se ha convertido en la luz de la verdad a raíz de su espectacular coup mediático. Las filtraciones de WikiLeaks han puesto en jaque a casi todos los países del mundo.
Desde que se han hecho públicos los documentos filtrados de Afganistán, la Casa Blanca ha dado aún más credibilidad a las filtraciones y aún más legitimidad a WikiLeaks, diciendo que nuevas filtraciones podrían poner en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos. Hillary Clinton, desde su mundo paralelo de humo y espejos, llegó incluso a afirmar que las filtraciones eran un atentado contra la comunidad internacional.
Sin embargo, los detalles de los documentos revelan poco que es verdaderamente sensible. La persona más destacada de los informes filtrados de WikiLeaks es de Hamid Gul, el general retirado y ex director de los Servicios de Inteligencia de Pakistán, el ISI, y el hombre que durante la década de 1980 coordinó la guerra de los muyahidín financiada por la CIA en Afganistán contra el régimen soviético. Según los documentos filtrados, a Gul se le acusa de colaborar con Al Qaeda y los Taliban, organizando y llevando a cabo los atentados contra las tropas de OTAN en Afganistán.
Uno puede decir mucho acerca de la validez de información por lo que se ESCONDE, más que por lo que cuenta. ¿Dice algo WikiLeaks sobre Bin Laden? Ni una palabra. Raro, dado que el gobierno americano debería de tener millones de páginas de material. ¿Lo dan por vivo entonces? Todos los servicios de espionaje del mundo saben que murió en diciembre del 2001.
El nombramiento de Gul como un enlace clave con los talibán forma parte de un diseño más amplio por parte de los EE.UU. y Gran Bretaña y de sus recientes esfuerzos por satanizar el actual régimen de Pakistán como una parte clave de los problemas en Afganistán. Esta demonización aumenta en gran medida la posición del último aliado militar de EE.UU., la India. Por otra parte, Pakistán es el único país musulmán que posee armas atómicas. A las Fuerzas de Defensa Israelíes y el Mossad israelí, la agencia de inteligencia les gustaría mucho poder quitarles las armas atómicas a Pakistán. Una campaña de desinformación en contra del polémico ex general Gul a través de Wikileaks, podría ser parte de ese esfuerzo geopolítico.
Extrañamente, Israel se salva de los daños colaterales de WikiLeaks. No se sabe nada sobre los asesinatos selectivos por parte del gobierno israelí, ni del uso de mini bombas nucleares para crear un enemigo visible, como el atentado de Bali en 2002, perpetrado por el Mossad, que mató a más de 5.000 personas, según informes de inteligencia militar de Tailandia, ni tampoco una palabra sobre la infiltración de los agentes del Mossad en agencias de espionaje estadounidenses.
El nombre de Gul aparece en 10 de 180 archivos clasificados de EE.UU. que alegan que el servicio de inteligencia de Pakistán apoyó militantes en Afganistán luchando contra las fuerzas de la OTAN. Gul dijo al Financial Times que los EE.UU. ha perdido la guerra en Afganistán, y que la filtración de los documentos ayudaría a la administración de Obama a desviar la culpa por lo que sugiere que Pakistán era el responsable de esa derrota.
Lo que es aún peor desde el punto de vista del Imperio, Gul ha tenido la temeridad de sacar a la luz los trapos sucios del ejército americano y su papel en la venta de la heroína Afgana a través de la base secreta americana de Manas en Kirguistán. Casi un millón de páginas de WikiLeaks, y ni una sobre la droga. El ejército americano está en el punto de mira por ayudar a los señores de la guerra Afganos en trasportar el opio y la heroína. Además, la CIA y el Pentágono están enredados en una guerra dialéctica entre sí con cada uno acusando a la otra de llevar las riendas del tráfico de drogas en Afganistán. ¿Ni una palabra de esto en Wikileaks?
WikiLeaks se define a sí misma como «una organización multi jurisdiccional para proteger a disidentes internos, filtradores de información, periodistas y blogueros que enfrentan amenazas legales o de otro tipo por publicar información, cuyo interés principal es exponer regimenes opresivos en Asia, el antiguo bloque soviético, África subsahariana, y el medio oriente, pero asistimos a la gente de cualquier otra nación que quiera revelar comportamientos no éticos de gobiernos y corporaciones. Y apuntamos a lograr el máximo impacto político posible».
Sin embargo, un examen más nítido de la postura pública de Assange en uno de los temas más controvertidos de nuestros tiempos, las fuerzas detrás de los atentados 11-S contra el Pentágono y el World Trade Center muestra que la de Assange se parece demasiado a la postura de los poderes fácticos. Cuando el Belfast Telegraph le entrevistó el 19 de julio, Assange afirmó:
«Cada vez que la gente poderosa planifica en secreto, se está llevando a cabo una conspiración. Así que hay conspiraciones por todas partes. También hay teorías de conspiración friki. Es importante no confundir estos dos…».
¿Y el 11-S?:
«Estoy constantemente molesto que la gente esté distraída por conspiraciones falsas, como el 11-S, cuando a diario proporcionamos pruebas de las conspiraciones verdaderas de la guerra o el fraude financiero masivo».
Esa declaración de una persona que ha construido una reputación de ser anti-sistema es más que notable.
Después de las filtraciones de los últimos documentos, el New York Times declaró que «A veces, no se sabe si un informe en particular se basa en la observación de primera mano, en la historia de una fuente que inteligencia considera fiable, en fuentes menos confiables, o en la especulación del escritor. Pero el archivo es claramente un registro incompleto».
Desde mi punto de vista, como ex agente de contra espionaje militar, esto es absolutamente consistente con la metodología de usar documentos auténticos empleados con el objetivo de engañar. El Independent de Londres publicó una entrevista con Assange día 18 de julio de 2010, cuando Assange afirma que es buscado por la CIA. En el proceso se desenmascara, sin que ni él mismo, ni el periódico, ni siquiera se hayan dado cuenta.
Si los EE.UU. le querían interrogar desde marzo del 2010, ¿qué demonios hace Assange en Gran Bretaña, sabiendo que sus órganos de seguridad tienen una colaboración estrecha con Washington? El hecho de que Assange esté vivo, y se mueva libremente en Gran Bretaña, demuestra el desinterés de la CIA en matarle o retenerle e interrogarle.
Ahora, con la llegada de WikiLeaks, tenemos una repetición de la era cibernética de los Papeles del Pentágono. ¿Cuál era el objetivo de los Papeles del Pentágono? Una operación de ingeniería psicológica, que cambió, para el consumo público, la responsabilidad del colosal fracaso de la inteligencia de las políticas en Vietnam, desde la CIA hasta los militares. Al final, sólo la CIA y sus amigos cercanos en el complejo industrial militar se beneficiaron de la guerra. Debido a los Papeles del Pentágono, nunca se depuraron las responsabilidades en los acontecimientos.
Repasando los hechos, un tesoro de documentos de «alto secreto» fue entregado a The New York Times a mediados de junio de 1971, por un entonces desconocido «Hippie» de un movimiento aparentemente de contracultura. Su nombre era Daniel Ellsberg. Sin embargo, lo que pocas personas se dan cuenta es que Daniel Ellsberg había trabajado en la oficina de Asuntos Internacionales de Seguridad, bajo la dirección de Henry Kissinger. Así que, Daniel Ellsberg, el supuesto disidente americano, inició su carrera meteórica como oficial de inteligencia estadounidense.
Daniel Estulín
Dirección original del artículo:
http://www.danielestulin.com/2010/12/07/wikileaks-y-assange/