Siria tiene un papel central en el Oriente Próximo. Y, precisamente, por ello, la guerra de Siria, que dura ya cuatro largos años y medio, resulta lógico que se haya convertido en una guerra regional. Una de las guerras geopolíticamente más importantes de los últimos decenios. Esta guerra, en las últimas semanas está conociendo unos desarrollos de alcance extraordinario. El último de ellos es la formación de un bloque o coalición, los «4+1» que suscita dudas sobre la evolución de los acontecimientos y la posibilidad de que los adversarios del gobierno sirio puedan o no llegar a una posición común. @Desdelatlantico.
I. EL PAPEL CENTRAL DE SIRIA EN EL ORIENTE PRÓXIMO
Se atribuye al inteligente, pero siniestro, Henry Kissinger una famosa frase (aunque tiene dos variantes):
«The Arabs can’t make war without Egypt; and they can’t make peace without Syria.»
o
«You can’t make war in the Middle East without Egypt and you can’t make peace without Syria.»TRADUCIDO
«Los árabes no pueden hacer una guerra sin Egipto ni una paz sin Siria»
o
«No puedes hacer una guerra en el Oriente Medio sin Egipto y no puedes hacer la paz sin Siria»
El hecho es que aquí se ha hecho una guerra sin Egipto… y quizá por eso está durando tanto.
Pero se intenta una paz sin Siria… y por eso no llega.
Una enseñanza tan elemental parece haber sido olvidada por los «genios» que han ocupado las cancillerías y repetían durante años esa estupidez de que «Assad forma parte del problema y no de la solución». Cuatro años y medio han tardado en darse cuenta de que NO hay solución sin Assad y lo que representa. Porque no es la persona de Assad lo importante sino, precisamente, lo que representa, lo que tiene detrás. Y lo que tiene detrás es, guste o no guste, a una parte sustancial de la sociedad siria y al Estado sirio.
II. LA INTERVENCIÓN DE RUSIA Y LA COALICIÓN «4+1»
Nuevamente debemos al periodista del diario libanés «Ar-Rai», Eliah Magnair (o Magnier, en la transcripción inglesa de su nombre), el mismo que reveló la magnitud de la intervención rusa en Siria, la importante revelación de que tras la intervención de Rusia se ha formado un bloque para coordinar las operaciones en la guerra. Un bloque que él llama «4+1» y que está compuesto por Rusia, Irán, Iraq y Siria, más Hezbollah que es una parte esencial de Líbano. Estos cinco actores han decidido establecer un mando conjunto para coordinar las operaciones bélicas en la región. Operaciones bélicas que, ahora, se desarrollan en Siria, pero que en función del éxito que puedan tener en Siria, se llevarán a cabo en Iraq.
III. ¿SE FORMARÁ UNA COALICIÓN ADVERSA A LOS «4+1»?
La alianza «4+1» plantea la cuestión de si sus adversarios darán un paso similar. Hasta el momento los adversarios, por supuesto, han mantenido contactos y cierta coordinación entre sí, pero sin formalizar una alianza con un mando de operaciones conjunto.
La posibilidad de que se forme una coalición adversa se enfrenta a dos tipos de problemas.
Primer problema: ¿quienes formarían parte de la eventual coalición adversa a los «4+1»?
No es un problema menor.
De momento, parece no haber dudas de que hay varios Estados que, directamente o de forma ya indisimulada a través de sus peones (o «proxies»), tienen un papel directo en la guerra:
– Turquía: con apoyo directo al islamista ISIS-DAESH (Daulat Al-Islamya fil-Eiraq ua Ash-Sham, Estado Islamico del Iraq y el Levante)
– Arabia Saudí: que también apoya al ISIS-DAESH, siendo su financiación del terrorismo secretamente conocida y reconocida por Hillary Clinton como decía un cable secreto revelado.
– Qatar: con apoyo directo al frente de la victoria (o Yabhat an-Nusra) a quien oficialmente los Estados Unidos han considerado como un alias de Al Qaida
– Kuwait: que apoya a los islamistas de «Harakat Ahrar As-Sham» (o movimiento de los hombres libres del Levante).
Más dudoso es si entrarán en esa coalición otros actores:
– Israel: que ha apoyado, más discretamente, a ISIS y que ha intervenido directamente bombardeando varias veces Siria
– Estados Unidos: que ha apoyado al llamado «Ejército Libre Sirio» que forma el núcleo de los llamados «rebeldes» «moderados» si es que la pretensión de establecer un modelo como el de los Hermanos Musulmanes de Egitpo puede calificarse de «moderado», pero TAMBIÉN al ISIS-DAESH.
– Reino Unido: cuyos servicios secretos han colaborado con los de Estados Unidos en proveer de armas al «Ejército Libre Sirio». Precisamente en el Reino Unido se inició un proceso por terrorismo contra un seguidor de estos «rebeldes» «moderados» que fue cancelado al constatar que era un colaborador del servicio secreto británico.
De momento dos de estos tres últimos actores parecen desmarcarse.
– Por un lado, se ha informado de que Israel va a proporcionar a Rusia inteligencia sobre los «rebeldes» sirios. Dicho de otro modo, ante las nuevas perspectivas, Israel parece buscar un entendimiento con quien parece que tiene más posibilidades de triunfar en esta guerra: Rusia.
Por si esto fuera poco, la situación en Israel-Palestina se halla en un momento de máxima tensión con la posibilidad de una nueva intifada.
– Por otro lado, se ha informado igualmente que los Estados Unidos han decidido poner fin a su programa de apoyo a los «rebeldes» supuestamente entrenados para «combatir al ISIS».
Segundo problema: ¿pueden Turquía y Arabia Saudí formar parte de una misma coalición?
La pregunta puede parecer absurda. De hecho, ya ahora están colaborando. Pero la pregunta es si pueden llegar a componer un mando conjunto. Y ahí encontramos la gran dificultad: ambos aspiran a dominar sobre EL MISMO territorio.
Teóricamente sería posible un arreglo consistente en que Arabia Saudí cediera a Turquía el control sobre las zonas kurdas… mientras los saudíes quedaran con el control sobre el resto del territorio. Pero Turquía no se ha inmiscuido en Siria para conseguir sólo eso. El presidente turco, Rayip Erdogan, no esconde su deseo de reconstruir el imperio otomano. Y la posesión de Damasco, que no es zona kurda, juega un papel esencial en esa estrategia. Pero por esa misma razón los saudíes tienen interés en Damasco, donde no en vano se estableció el primer califato por una dinastía, los Omeyas, originaria de La Meca.
IV. LA GUERRA DE SIRIA ES YA LA GUERRA DE ORIENTE MEDIO
Quienes han desatado la guerra siria, aunque discípulos de Kissinger, obviaron las enseñanzas de su maestro, con los resultados que están a la vista. Se desató una guerra sin Egipto y se intenta hacer una paz sin Siria. Se podía pensar que cuando Kissinger pronunció su «dictum» pensaba en una guerra entre árabes e Israel. Y es cierto que ese no es ahora el caso. Pero los acontecimientos han demostrado que, al menos la segunda parte de su dictum, es válida también para una guerra regional que no sea «contra Israel». Una de las sorpresas para quienes confundieron sus deseos con la realidad ha sido, precisamente, la resistencia del gobierno sirio que pese a la enorme presión externa no ha sucumbido. Y es que confundir a Siria con Libia o a Assad con Gadaffi sólo demostraba una atroz ignorancia.
El hecho es que ante la resistencia del gobierno sirio y sus apoyos regionales, la guerra se ha internacionalizado cada vez más. Y aunque, de momento, tenga su teatro de operaciones en Siria y en Iraq, ya no es sólo la guerra de Siria. Es ya la guerra de Oriente Próximo. Una guerra que tendrá consecuencias IMPORTANTÍSIMA y donde tanto España como la Unión Europea no aspiran a jugar un papel sino el de ser comparsas de Estados Unidos o, lo que es peor, de Turquía.
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