Un informe de la Sociedad de Radiólogos recomienda no hacer mamografías de cribado a mujeres menores de 40 ni radiografías de tórax de forma rutinaria
Se abusa de las pruebas radiológicas, como las radiografías y las mamografías de cribado en mujeres jóvenes. Así lo consideran los expertos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), que han elaborado un informe sobre las actuaciones que no deberían realizarse en esta especialidad. Una de las conclusiones es que una tercera parte de las pruebas que se solicitan no aportan información relevante y podrían haberse evitado.
El informe recomienda, entre otras cosas, que no se hagan radiografías de tórax preoperatorias de forma rutinaria ni que se someta a mujeres menores de 40 sin factores de riesgo a mamografías de cribado. En el caso de los niños, los 25 radiólogos que han elaborado el texto consideran que muchas veces puede sustituirse la tomografía computerizada (TC) para estudiar una apendicitis aguda por la ecografía, que no emite radiación.
La radiografía de tórax es una prueba complementaria que se usa de forma rutinaria en los preoperatorios. La SERAM considera que no debería hacerse a todos los pacientes que van a someterse a una intervención quirúrgica —“irradia de forma innecesaria a los pacientes y no aporta información relevante al anestesista”, señala—, sino únicamente en determinadas cirugías como la cardiopulmonar, los trasplantes, cuando se sospecha de la presencia de un tumor maligno y cuando existe la posibilidad de un ingreso en la UCI.
En cuanto a las mamografías de detección precoz, que en la sanidad pública empiezan pasados los 50 años, los radiólogos aseguran que en mujeres menores de 40 que no presentan factores de riesgo “no existe justificación”. En mujeres jóvenes “tienen un bajo rendimiento diagnóstico y elevado coste económico y social, además de la posible yatrogenia asociada, es decir, que en ocasiones pueden generar reacciones adversas más graves que la patología que se pretende controlar”.
«Más que un problema de programas de cribado, es cuando se realizan en pacientes jóvenes que presentan molestias, dolor o se notan un bulto», precisa a EL PAÍS Javier Rodríguez Recio, portavoz de la sociedad. «Conocemos que la ecografía de mama es más resolutiva y no usa rayos X», añade.
«Es muy importante transmitir que la mamografía, ya sea por patología o en programas de cribado, debe ser siempre valorada por un radiólogo experto en este área y con un mamógrafo digital, que necesita mucha menos radiación que los antiguos mamógrafos totalmente analógicos –placa– o los que usan sistemas de digitalización sobre equipos analógicos. Además la mamografía digital tiene mejor capacidad de detección de cáncer en fase inicial no palpable», subraya este experto.
El Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña anunció esta semana que está elaborando un protocolo para disminuir el número de radiografías y TAC que se realizan a los niños. Estudios recientes publicados en revistas como The Lancet han demostrado los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes en el organismo de los niños: aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer a largo plazo.