La Unión Europea (UE) ha dado este martes un severo varapalo a los derechos digitales de los ciudadanos comunitarios evitando reconocer el principio que sostiene el potencial democrático de Internet: la neutralidad de la red, que asegura que todos los usuarios, sean cuales sean sus recursos, puedan acceder a la totalidad de los servicios disponibles.
El Parlamento Europeo ha aprobado, a propuesta de la Comisión y el Consejo de la UE, el acuerdo sobre el Mercado Único de las Telecomunicaciones, que no recoge siquiera una referencia al concepto y permite prácticas que atentan directamente contra él.
Mientras con una mano abolía el roaming —propuesta estrella del texto y que acaparará la mayoría de los titulares—, con la otra la Eurocámara ha dado la posibilidad a las teleoperadoras de discriminar entre las conexiones de unos usuarios y de otros. Les permitirá aplicar “medidas de gestión” del tráfico, su bloqueo o estrangulamiento ante una “inminente” congestión e incluso ofrecer a coste cero determinados servicios con cuyos proveedores lleguen a un acuerdo.
Esta posibilidad, conocida como Zero Rating y que permite que los usuarios accedan gratuitamente a aplicaciones como Facebook a pesar de, por ejemplo, haber agotado su tarifa de datos, supone un ataque directo a la neutralidad de la red. Esto es debido a que, merced a acuerdos privados entre empresas, los usuarios no tendrían que pagar por entrar a Facebook, pero sí para un blog, un medio digital o la página de una institución pública, todas ellas sin recursos para conseguir que la operadora priorice su tráfico.
La votación en la Eurocámara se ha saldado con 500 votos a favor y 163 en contra, procedentes del grupo de la Izquierda Plural y el grupo de Los Verdes. Ahora serán cada uno de los veintiocho Estados miembro de la Unión, al adaptar sus legislaciones nacionales a la nueva normativa comunitaria, los que deberán decidir hasta qué punto convierten a los operadores en regentes de los derechos de navegación de los ciudadanos.
La Organización Europea de Consumidores (BEUC), multitud de organizaciones defensoras de los derechos digitales de los ciudadanos o personalidades como Tim Berners-Lee, el padre la World Wide Web, se habían pronunciado contra un texto que consideran “deliberadamente ambiguo” y con “vacíos legales” en cuestiones clave. “La necesidad urgente de acabar con los abusos del roaming ha sido la excusa perfecta para acabar con la neutralidad de la red”, denuncian desde Xnet, grupo activista que ha intentado ejercer presión contra esta regulación. “Ha sido una manipulación y un chantaje desde el principio”, abundan.
“Supone una profunda desilusión para todos aquellos que, durante años, pelearon para asegurar la neutralidad de la red en Europa”, lamentan desde la Quadrature du Net, asociación de referencia en este campo y protagonista del boicot a legislaciones abusivas como el proyecto ACTA.
Presión ciudadana
En el 2014, las asociaciones de defensa de la neutralidad de la red lanzaron la campaña Save the Internet, facilitando a los ciudadanos las herramientas para ejercer presión sobre los eurodiputados su opinión contraria a esta legislación. Pese a que miles de ellos se sumaron a la iniciativa, no han conseguido que los miembros del único órgano elegido directamente por el pueblo europeo de todo el entramado comunitario se posicionaran a favor de la neutralidad de la red.
“La Comisión agregó la itinerancia “roaming” a la regulación sobre neutralidad de la red, con el fin de manipular el Parlamento a aceptar un mal acuerdo de neutralidad de la red. El Parlamento podría haberse alzado contra esta manipulación, pero cedió en vista de que las elecciones europeas se acercaban. Durante las negociaciones con el Consejo de la Unión Europea, el Parlamento aceptó un acuerdo débil porque se le chantajeó diciendo que, si las negociaciones fracasaban, sería culpado en los medios. El Parlamento cedió. Ahora, los partidarios de este acuerdo débil e incierto argumentan que, en caso de enmienda, el Consejo se negaría a negociar los puntos de discordia, destruyendo la propuesta. Así que el Parlamento tiene que ceder otra vez.”, explican los activistas de Xnet.
“El Parlamento Europeo ha evitado posicionarse en todos los puntos clave”, ha dicho Joe McNamee, director ejecutivo de la asociación EDRi (Derechos Digitales de los Ciudadanos, por sus siglas en inglés). “Ahora, los reguladores nacionales tendrán que decidir, sobre los abusos impuestos a través del Zero Rating, sobre las normas sobre congestión de tráfico, sobre servicios especializados y así sucesivamente”, ha añadido”.
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