Las Técnicas de Unificación son un proceso sistemático de re-educación de la mente para liberarnos de los prejuicios y los condicionamientos que nos mantienen en limitación.
Es un proceso completamente automático; una vez que se empieza continua por si mismo.
La mente se asemeja a un disco de vinilo- existen surcos en nuestros cerebros, circuitos de neuronas, formados por repetidas experiencias y pensamientos constantes que analizan, clasifican y razonan desde un lugar de conflicto e insatisfacción, donde percibimos que todas nuestras situaciones son injustas..
Es posible entrenar la mente de nuevo para que los surcos mas profundos sean los que lleven, primero a soltar todo el dolor acumulado, luego sentir la verdadera expansión de la conciencia y seguir hacia la libertad absoluta de ser siempre uno mismo, aceptandonos y confiando en lo que el universo nos está ofreciendo.
La mente sólo necesita aprender a tomar el ángulo correcto, para saber desde donde miramos nuestra vida, entonces todo el proceso es perfectamente natural.
Los surcos mas profundos a través de la Unificación comienzan a esfumarse y son eventualmente eliminados.
Las emociones que se derivan del amor, vibran en las frecuencias más elevadas, esto significa que la longitud de onda del amor es más corta que la longitud de onda del miedo, por tanto cruza el ADN en más lugares mientras se mueve en nuestros cuerpos, así, en cada punto donde la onda se cruza con el ADN es activado más de nuestro código genético.
Aún cuando el miedo vibra a una frecuencia más baja que el amor, sentir las emociones que derivan de él, como el coraje, tristeza, celos, y sentirse indignos, despierta la luz dentro de nosotros más rápido que si lo reprimimos.
En esencia, mientras más sientas tus emociones, cualquiera que ellas sean, más te conviertes en tú mismo.
Lo que sucede naturalmente mientras unificamos, es que comenzamos a sentir más apreciación de la percepción de la vida, gratitud y amor en todo momento, y mientras esto ocurre el ADN comienza a funcionar de una manera maravillosamente nueva, sin esfuerzo; mientras más nos ponemos en contacto con nuestra experiencia interna de plenitud, más rápido esa experiencia expandida comienza a derogar las experiencias de miedo y culpa, dejamos de juzgar y nos abrimos dejando fluir nuestras emociones, esto nos lleva a sentir primero todas las emociones que hemos tenido bloqueadas, entonces nos sentimos más libres de sentir amor, lo que conlleva a la aceleración del proceso que despierta el ADN, en otras palabras esto quiere decir utilizar nuestro potencial total llevándonos a la iluminación, al nivel mas alto de conciencia al que un ser humano puede aspirar.
Cada hemisferio recoge la misma información de los censores (ojos, oídos, gusto, tacto, olfato) y la procesa de forma diferente.
En el hemisferio derecho ocurre el proceso creativo, intuitivo y la visualización. Este hemisferio es el que realiza una síntesis holística. En el hemisferio izquierdo es donde se procesa el pensamiento lógico y analítico. En el esquema de pensamiento occidental se dice que predomina el hemisferio izquierdo.
Utilizar solamente uno de los hemisferios del cerebro, limita nuestras capacidades físicas y creadoras.
El cerebro sin ninguna ayuda externa se sincroniza por cortos lapsos de tiempo durante el día.
La sincronización de los hemisferios ocurre cuando los hemisferios funcionan al unísono.
Al suceder esto las ondas en el cerebro se mueven a un ritmo coherente a través de la corteza y se produce casi simultáneamente una emisión de ondas cerebrales de amplitud y frecuencias idénticas.
Las personas que unifican hacen que el estado de sincronización se prolongue.
La integración de nuestro pensamiento es el funcionamiento óptimo de nuestro cerebro y esto se logra cuando se sincronizan los hemisferios, cuando unificamos esas ondas cerebrales en coherencia conjunta hacen que la persona realice sus actividades diarias con total normalidad, como trabajar, hablar, ver televisión o hacer deportes, pero la onda vibratoria es similar a la de una persona cuando está meditando
El cerebro humano consta de dos hemisferios, unidos por el cuerpo calloso, que se hallan relacionados con áreas muy diversas de actividad y funcionan de modo muy diferente, aunque complementario. Podría decirse que cada hemisferio, en cierto sentido, percibe su propia realidad; o quizás deberíamos decir que percibe la realidad a su manera. Ambos utilizan modos de cognición de alto nivel.
Nuestros cerebros son dobles, y cada mitad tiene su propia forma de conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa, incluso podríamos aventurarnos a decir que poseen su propia personalidad, siendo ambas mitadas complementarias una de la otra.
Podríamos decir, en cierto modo, que cada uno de nosotros tiene dos mentes conectadas e integradas por el cable de fibras nerviosas que une ambos hemisferios.
Ningún hemisferio es más importante que el otro. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos hemisferios, especialmente si es una tarea complicada.
Lo que se busca siempre es el equilibrio.
El equilibrio se da como resultado de conciliar polaridades, y no mediante tratar de eliminar una de ellas, con la práctica sostenida de la unificación esto ocurre de manera natural.Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de procesamiento de la información que recibe.
El hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. El hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, Piensa en palabras y en números, es decir contiene la capacidad para las matemáticas y para leer y escribir.
La percepción y la generación verbales dependen del conocimiento del orden o secuencia en el que se producen los sonidos.
Conoce el tiempo y su transcurso.
Se guía por la lógica lineal y binaria (si-no, arriba-abajo, antes-después, más-menos, 1,2,3,4 etc.).
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente, obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos convencionalmente aceptables.
Aprende de la parte al todo y absorbe rápidamente los detalles, hechos y reglas.
Analiza la información paso a paso.
Quiere entender los componentes uno por uno.
El hemisferio derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción global, sintetizando la información que le llega.
Con él vemos las cosas en el espacio, y cómo se combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas.
Es el experto en el proceso simultáneo o de proceso en paralelo; es decir, no pasa de una característica a otra, sino que busca pautas y gestaltes. Procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que componen ese todo.
El hemisferio holístico es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes, símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva.
Este hemisferio se interesa por las relaciones.
Este método de procesar tiene plena eficiencia para la mayoría de las tareas visuales y espaciales y para reconocer melodías musicales, puesto que estas tareas requieren que la mente construya una sensación del todo al percibir una pauta en estímulos visuales y auditivos.
Con el modo de procesar la información usado por el hemisferio derecho, se producen llamaradas de intuición, momentos en los que «todo parece encajar» sin tener que explicar las cosas en un orden lógico. Cuando esto ocurre, uno suele exclamar espontáneamente «¡Ya lo tengo!» o «¡Ah, sí, ahora lo veo claro!» El ejemplo clásico de este tipo de exclamación es el exultante «Eureka» (¡lo encontré!) atribuido a Arquímedes.
Según la historia, Arquímedes experimentó una súbita iluminación mientras se bañaba, que le permitió formular su principio de usar el peso del agua desplazada para deducir el peso de un objeto sólido sumergido.
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento divergente, creando una variedad y cantidad de ideas nuevas, más allá de los patrones convencionales.
Aprende del todo a la parte.
Para entender las partes necesita partir de la imagen global.
No analiza la información, la sintetiza.
Es relacional, no le preocupan las partes en sí, sino saber como encajan y se relacionan unas partes con otras.
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Todo esto no pasa de ser palabrería sin fundamento alguno.
El cerebro trabaja en todo momento como un todo ( lo que es ), no existen funciones » propias » de uno u otro hemisferio, eso es un mito creado a partir de explicaciones metafóricas mal interpretadas.
Lo que hace nuestro cerebro es, más o menos, lo que asemejaría una balanza. Ante cualquier situación, o pensamiento, o emoción, genera dos interpretaciones y dos reacciones posibles; para poder tomar una decisión. A veces es una de las dos propuestas completas y a veces, lo más habitual, es una mezcla de ambas.
Si nuestro cerebro no generase dos ( al menos ) interpretaciones y dos posibles reacciones, no sería posible el pensamiento. Viviríamos, por así decirlo, con piloto automático. Cada acción, o situación, o emoción, tendría una respuesta unívoca y permanente. No habria plasticidad no capacidad de decisión posibles.
Por decirlo en lenguaje cotidiano, cada vez que nuestro cerebro se enfrenta con una tarea, genera la opción más » bondadosa » y la más » malvada «, y disponiendo de ellas, decide.
Por ejemplo, ante un insulto o un menosprecio, nuestro cerebro genera los dos escenarios posibles. A) Ira y reacción B) Tranquilidad y aceptación. Y una vez que los ha generado, valora los pros y los contras de cada aspecto y establece la respuesta que dará. Y obviamente esto lo hace a una velocidad enorme, contínuamente.
Y el ADN no tiene nada que ver con esto, ni influye ni es influido. Por supuesto la » iluminación » tampoco tiene nada que ver aqui.