Cuanto más avanzamos tecnológicamente, más cercanos estamos ante la idea de que nuestra biología, la organización celular y la constitución misma del cuerpo humano, responden a sistemas tecnológicos y programáticos, a unos niveles que todavía se escapan a la comprensión de la ciencia de nuestros días. ¿Imitamos nuestra propia naturaleza hacia la IA en la búsqueda de nuestro propio entendimiento como especie?
Publicado el 10 nov. 2015
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