La líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, aseguró hoy que la victoria de su partido en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas, en las que su formación quedó en cabeza en seis de las trece regiones, constituye «la revuelta del pueblo contra las élites».
Los ciudadanos, según indicó en la emisora RTL, «no soportan ya el desprecio de una clase política que durante años ha defendido sus intereses» y no los de la población.
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Según Marine Le Pen, su victoria ultraderechista es la
«revuelta del pueblo contra las élites». Igualito que en Venezuela.
Aunque no creas M.A. no comprendo lo que leo en titulares, lo que es «la victoria ultraderechista» y lo que significa ese concepto, en la actualidad…saludos.
La victoria del FN no es más que el triunfo del hartazgo, de la pérdida de confianza en los políticos, de la zozobra social, del discurso fácil del nacionalismo, de la culpabilización del otro, del egoísmo personal y nacional…….. es el triunfo del hastío.
Y la consecuencia directa de los actos propios de los políticos, tan ocupados en perpetuarse en los cargos que han olvidado que la masa puede ser muy impredecible.
Tanto discurso sobre corrupción, sobre crisis, sobre élites, sobre castas…llevan al sentimiento de pérdida, de indefensión, de miedo…. y éste sentimiento desemboca en nacionalismo rancio, vetusto, trasnochado. Exaltador de virtudes patrias, de identidad étnica, de supremacía grupal, de odio y desprecio a lo ajeno, de repulsa y violencia………y éste pensamiento lleva al totalitarismo, al fascismo, al pensamiento único, al control férreo y al despropósito……y todo ésto no puede provocar más que dolor, sufrimiento, injusticia.
En tiempos de incertidumbre, social y/o personal , el humano se vuelve egoísta. Se cierra sobre sí mismo, y sus iguales, y aborrece lo distinto, lo novedoso, el cambio. Es el inmovilismo del pensamiento aldeano frente al dinamismo urbano.
La extrema derecha JAMÁS trajo algo bueno para el hombre. La extrema izquierda tampoco. Y entre ambas sólo hay idiotas, tarados, únicamente preocupados por medrar. Su incapacidad y ausencia de inteligencia y personalidad, nos lleva inevitablemente a oscilar entre los extremos.
¡Que perdida está la sociedad !, ¡ que mundo tan desnortado !.