«Jesús decía: «Tomad mi yugo… porque mi yugo es dulce y mi carga ligera.» ¿Qué es un yugo? Una pieza de madera que sirve para uncir los bueyes. En cuanto a la carga, se relaciona más bien al asno. A primera vista se trata de unas imágenes raras; ¿acaso Jesús veía en nosotros bueyes y asnos?…
En realidad, si Jesús habla de su yugo y de su carga, es para oponerlos a los yugos y a las cargas que los humanos se ponen a sí mismos sobre la espalda o que aceptan que otros se las pongan. Se creen libres, creen que son dueños de sí mismos y en realidad son esclavos de su naturaleza inferior siempre tan ávida de bienes y de éxitos materiales, o se ponen al servicio de otros que los utilizan sólo para sus intereses. Si comprendemos que es el Principio divino, Cristo, quién se expresa por la boca de Jesús, descubrimos que el yugo, el vínculo y la carga de la que habla, es la luz. ¿Y qué vínculo puede ser más dulce que la luz y qué carga más ligera? La luz es un vínculo que nos libera y una carga que nos aligera.»
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