Cuando los padres son robados en China
Hope Chen habla con la prensa en Parliament Hill el 9 de diciembre de 2015. La joven de 22 años, llama la atención sobre la difícil situación de su padre, que fue encarcelado en China por demandar al ex líder chino Jiang Zemin. Chen fue amenazada por un agente chino por hablar sobre la detención de su padre en los medios de comunicación. (Matthew Little/Epoch Times)
Una de las personas que secuestró al padre de Hope (Esperanza) Chen en China le advirtió a la mujer de 22 años de edad, el 8 de diciembre, que nunca volvería a verlo si no se controlaba.
Al día siguiente, Hope les contó la historia a los reporteros en la sala de prensa del Parliament Hill de Canadá. Afuera del recinto, se juntaron 700 personas para hacer un acto y los parlamentarios vinieron uno tras otro para dar su apoyo a todos los que se encuentran en su misma situación, gente que perdió a sus seres queridos en China o que han sido amenazados en Canadá.
Tanto Hope como su padre practican Falun Gong, una práctica de qigong de meditación china, de movimientos lentos, con una filosofía moral centrada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia.
El número de practicantes de Falun Gong creció exponencialmente en los años 90 en China, según cifras oficiales alrededor de 70 a 100 millones de personas practicaban la disciplina. El 25 de abril de 1999, después de una campaña silenciosa del régimen chino para reprimir la práctica, por ejemplo, interrumpiendo las prácticas matinales en los parques, 10.000 practicantes de Falun Gong fueron a apelar a Beijing.
A los pocos días el entonces cabecilla chino Jiang Zemin empezó a planear un golpe masivo. Lo lanzó de manera oficial el 20 de julio de ese año y resultó en cientos de miles de arrestos y miles de muertes. Las estimaciones de los números de muertos varían ampliamente debido a que cientos de miles de practicantes de Falun Gong desaparecieron dentro del sistema judicial chino y no se supo más de ellos.
En medio de la persecución, los practicantes de Falun Gong han hecho informes de prensa clandestinos para contrarrestar la propaganda estatal, y regularmente entregan a manos o por correo estos informes a los ciudadanos chinos. Fuera de China crearon algunos de los software anti-censura más efectivos para que la gente de China pueda sortear el cortafuego chino.
Muchos chinos han sufrido persecución y torturas por querer contar su historia en una sociedad profundamente restringida por la censura.
El padre de Hope, Chen Yongbo, es uno de ellos.
Historia de persecución
En el año 2000 a Hope le quitaron su padre por casi tres meses cuando ella tenía 6 años. Fue golpeado, torturado e inyectado con drogas que alteran la mente, en un esfuerzo por “reeducarlo” y forzarlo a renunciar a Falun Gong.
“Me acuerdo de cuando lloraba hasta quedarme dormida por las noches, esperando que ocurriera un milagro para que mi padre volviera. Pero a pesar de las injusticias que enfrentó el nunca dejó de ser una persona compasiva y tolerante, y no renunció al derecho de buscar la verdad y la justicia”, dijo ella.
Su padre, Chen Yongbo, continuó contándole a la gente la verdad sobre la persecución y las torturas que él mismo había sufrido en carne propia. El 11 de noviembre pasado fue secuestrado de su lugar de trabajo y llevado a un campo de concentración en la ciudad de Wuhan.
El parlamentario conservador Peter Kent, director del grupo de parlamentarios amigos de Falun Gong, habla en una conferencia de prensa en el Parliament Hill, el 9 de diciembre de 2015. Paul Li and Hope Chen, cuyos padres están presos en China por practicar Falun Gong, están parados en el fondo. (Matthew Little/Epoch Times)
El parlamentario conservador Peter Kent, director del grupo de parlamentarios amigos de Falun Gong, habla en una conferencia de prensa en el Parliament Hill, el 9 de diciembre de 2015. Paul Li and Hope Chen, cuyos padres están presos en China por practicar Falun Gong, están parados en el fondo. (Matthew Little/Epoch Times)
El 8 de diciembre, Hope trató de llamar a su padre. En cambio terminó hablando con una mujer llamada Xu Jun de la oficina 610, una agencia extrajudicial que está a cargo del triste trabajo de delatar y encarcelar a los disidentes chinos. Este organismo fue lanzado específicamente para erradicar a Falun Gong.
La voz de Hope tiembla ligeramente mientras habla acerca de su conversación con Xu, quien había leído un artículo en el periódico acerca de los esfuerzos que estaba haciendo Hope para crear consciencia sobre la difícil situación de su padre y para lograr su liberación.
“Me amenazó para que no me reuniera más con practicantes de Falun Gong”.
Hope contó que le dijeron que si no dejaba de creer en Falun Gong nunca le darían una visa para reingresar a China.
“Luego dijeron que no le darían una visa a mi papá. Básicamente me estaban amenazando con que si seguía con Falun Gong nunca me dejarían ver a mi padre nuevamente”.
Apoyo político
En el acto en Parliament Hill, Hope estuvo acompañada por dos hombres que estaban sentados en los gabinetes de sus respectivos partidos: Irwin Cotler, como Fiscal General del gobierno liberal de Paul Martin, y Peter Kent, uno de los ministros de medio ambiente de Stephen Harper.
También se le unió Paul Li, un ciudadano canadiense que fue arrestado cuando visitó a su padre en China en abril, y luego fue deportado después de ser detenido por cuatro días. Su padre, Xiaobo Li fue sentenciado a ocho años en prisión. Su crimen fue exponer el arresto y tortura de otros practicantes de Falun Gong a través de escribir artículos y enviar información acerca de un show de radio clandestino.
Para el joven Li, la presencia de gente como Cotler y Kent, así como de otros parlamentarios que se hicieron presentes en el rally significó mucho. (Judy Sgro, una de las parlamentarias que habló en el rally, reveló que el primer ministro Justin Trudeau habló sobre el drama de los practicantes de Falun Gong con el líder chino Xi Jinping en un encuentro reciente).
“Por largo tiempo en el último año, me he sentido triste y a veces impotente acerca de lo que le pasó a mi padre. Pero con el correr del tiempo me siento alentada por las acciones llevadas a cabo por mi padre y los practicantes de Falun Gong y por el apoyo del gobierno canadiense”, dice Hope.
“A pesar de que mi padre está siendo perseguido en prisión por su creencia, sus acciones son rectas”.
La Gran Época