Hersh indica que “para ese momento la CIA ya llevaba más de un año conspirando con sus aliados del Reino Unido, Arabia Saudita y Catar para enviar armas de Libia a Siria, pasando por Turquía, con el objetivo de derrocar a Assad”.
El Estado Mayor Conjunto de EE.UU. (JCS, por sus siglas en inglés) ha subvertido deliberadamente la política de Washington hacia Siria, saboteando los esfuerzos estadounidenses por ayudar a los rebeldes sirios e incluso enviando inteligencia sobre los extremistas islámicos en Siria e Irak al presidente sirio Bashar al Assad, revela Seymour Hersh, ganador del prestigioso premio periodístico Pulitzer, en un estudio publicado en la revista ‘London Review of Books‘.
“La firme convicción de Barack Obama sobre la necesidad de deponer a Assad y de que en el país existen grupos rebeldes moderados capaces de derrotarlo han conducido durante los últimos años al surgimiento de una oposición bastante evidente y por momentos abierta, incluso entre altos representantes del Comité Conjunto de Jefes de Estados Mayores de las Fuerzas Armadas de EE.UU.”, comienza escribiendo Hersh.
La DIA y el Pentágono alertan del peligro de derrocar a Assad
En verano de 2013, un informe altamente secreto elaborado por la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA, por sus siglas en inglés) y el JCS evaluó que un posible derrocamiento del presidente Assad sembraría el caos en Siria, lo que convertiría el país en una presa fácil para los extremistas islámicos (siguiendo el escenario libio), afirma el periodista citando a un exasesor del Comité de Jefes de Estados Mayores en calidad de anonimato.
La CIA llevaba más de un año conspirando con el Reino Unido, Arabia Saudita y Catar para enviar armas con el objetivo de derrocar a Assad
Hersh indica que “para ese momento la CIA ya llevaba más de un año conspirando con sus aliados del Reino Unido, Arabia Saudita y Catar para enviar armas de Libia a Siria, pasando por Turquía, con el objetivo de derrocar a Assad”.
Las armas fueron entregadas a todos los grupos de la oposición siria, incluyendo al Frente Al Nusra y al Estado Islámico. Los llamados ‘rebeldes moderados’ se habían “evaporado y el Ejército Libre de Siria se convirtió en un grupo diezmado que se situaba en una base aérea en Turquía”, dijo la fuente al periodista.
“Las valoraciones eran sombrías, en Siria no existe una oposición moderada vital contra Assad, y EE.UU. está armando a extremistas”, destaca.
“El documento contenía las valoraciones más diversas, desde varias señales y datos de satélites hasta informaciones de la inteligencia, y en él se criticaba el empeño de la Administración de Obama en continuar financiando y armando a la llamada oposición moderada”, escribe el ganador del Pulitzer.
“La Administración de Obama no quería escuchar la verdad”
Tal y como relata el general Michael Flynn, quien encabezó la Dirección de Inteligencia del Pentágono entre 2012 y 2014, citado por el periodista, su departamento envió “en varias ocasiones advertencias secretas a las autoridades civiles sobre las graves consecuencias de deponer a Assad”.
“Los informes de la Dirección de Inteligencia del Pentágono eran recibidos con gran oposición por la Administración de Obama”, criticó Flynn, añadiendo que tenía la impresión de que “no querían escuchar la verdad”. “En el Comité estábamos convencidos de que Assad no debía ser reemplazado por los fundamentalistas”, sostiene por su parte el exasesor.
“Flynn afirmó que si la sociedad estadounidense hubiese conocido los reportes de inteligencia que producían a diario se hubiera enfadado muchísimo”, destaca el periodista.
Traspase secreto de inteligencia al Gobierno de Assad
Dadas las circunstancias, el Pentágono se dio cuenta de que desafiar directamente la política de Obama era una estrategia condenada al fracaso, por lo que el entonces presidente del JCS, el general Martin Dempsey, decidió oponerse a los extremistas sin utilizar “canales políticos”.
Así, en otoño de 2013 se presentaron datos de inteligencia estadounidenses a otros países comprendiendo que estos serían entregados al Ejército sirio y usados en contra del enemigo común: los terroristas. Esta cooperación se llevó a cabo con los militares de Alemania, Israel y Rusia. Cabe destacar que Hersh señala que no hubo contacto directo entre los militares estadounidenses y sirios.
EE.UU., rehén de la mentalidad de la Guerra Fría
Según el periodista, las críticas por parte del JCS giran en torno al hecho de que el Gobierno de Obama se ha centrado en el aliado fundamental de Assad, Vladímir Putin.
“Según ellos, la Administración es rehén de la mentalidad de los tiempos de la Guerra Fría respecto a Rusia y China, y en cuanto a Siria no considera que Moscú y Pekín compartan las inquietudes de Washington sobre el avance del terrorismo y consideren también que el EI debe ser detenido”, indica.
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