Vamos con otro tema que podría decirse es “delicado” ¿Cómo se hace el amor en los nuevos tiempos sin miedo? ¿Te imaginas que exista una nueva forma de “hacerlo”? Lo lógico es que la respuesta sea afirmativa si se pasa de sobrevivir en el miedo a vivir en el Amor. Visto esto, seguro que estás con ganas de saber el cómo, aunque en realidad habrá que averiguar el por qué partiendo del por qué existente en el pasado donde el miedo era la tónica general.
En aquella vieja manera de hacer todo, ya abandonada, para muchas personas, aunque se sientan los resquicios que quedan cayendo sin remedio, afortunadamente, hacer el amor, era eso, un HACER. Sólo un hacer. Por tanto, hay que cambiar el concepto antiguo por otro nuevo. Pero no adelanto la nueva definición, la iré explicando.
El por qué se hacía el amor es muy evidente a estas alturas. Para la mayoría de las personas se hacía porque así satisfacían una necesidad instintiva y biológica. Se hacía porque daba un gran placer. Pocas personas sabían que el hecho de hacer el amor era más que realizar una serie de posturas, más o menos concretas, desde donde encontrar un mayor placer o excitación hasta llegar al orgasmo; lo cual producía un “éxtasis”, más bien, corto en duración. Menos personas entendieron que era algo más profundo que buscar el orgasmo. Menos aún llegaron a darse cuenta que ese hacer el amor podía producirse en duración en el tiempo sin necesidad de la orquestación sexual habitual. Me refiero a los previos y a los post ¿Cuántas personas entendieron que hacer el amor era mucho más que la búsqueda del orgasmo y que podrían estar en un orgasmo continuado con un simple, y continuado, abrazo desde donde mimarse y acariciarse sin la necesidad de llegar a más, aunque podía llegarse posteriormente, pero tras horas de excitante placer y comunión entre ambos seres? Lo mejor llegaba después, donde la mayoría, una vez concluido el ritual se daban la vuelta, y quizá se fumaba un cigarro, sin percibir que el amor podría extenderse en el tiempo al igual que se había realizado de forma previa.
Sí, muchas veces sólo era una cuestión de tiempo. Había prisas por llegar, o no se entendía, en modo alguno, que hacer el amor podría durar horas. Pero aquella manera forzaba a vivir con el tiempo pegado en el trasero y no se dedicaba tiempo a amarse porque había muchas otras cosas que hacer. A veces, tristemente, hacer el amor, por no decirlo de otra forma despectiva tal y como se enunciaba, sólo era un mero usar y tirar como a un kleenex.
Existe, aún, un condicionamiento que salvar al respecto: el tiempo. Y es que ya no hay tiempo que contar, sino usar del tiempo que se quiera para amarse.
No se trata de nuevas posturas, o que el Kamasutra se amplíe. Se trata, como dije, de cambiar el concepto. Se trata de saber qué es eso que se llamaba “hacer el amor” en tiempos pretéritos; porque en momentos actuales, para much@s, aún se mantiene tal costumbre con muy ligeros cambios. En cambio, lo que se puede descubrir, sino se ha descubierto, es el Amor en Plenitud. Porque si partimos desde este punto, quizá se entienda mejor lo que quiero manifestar. Un Ser, cuando sabe que es un Ser, y sabe con certeza que es un Ser Divino encarnado en una forma (física) sin necesidad de tener que hacer nada concreto, sino de ser desde su Ser expresado en su forma física (y esa sería su forma de hacer: siendo desde su Ser), sabe que está en Plenitud. Además, sabe con certeza que su expresión mediante la forma física en otra forma física, lo que pretende es crearse en el ofrecimiento de creación que aportar la otra forma. Aunque mejor sería expresarlo como co-crearse con otra forma desde el Ser de ambas Formas en una manifestación interna de creatividad en la misma esencia que los conforta y conforma mediante el “uso” de las formas físicas de ambas Formas de Ser encarnadas. No se busca un orgasmo externo, pese a que se produce o se alcance, sino que co-crean un éxtasis interno de suprema belleza, calidad, calidez y cantidad sin medir el tiempo, sino siendo el tiempo en esa co-creación que ambas partes asisten.
Por si no se ha entendido todavía, más que buscar el placer externo se busca el interno aunque el externo se dé o no. Porque lo que no sabía, o habían olvidado, es que el momento del orgasmo es la experimentación del éxtasis de Quienes Son en verdad. Cuando se alcanzaba el orgasmo, se alcanzaba la experimentación de la esencia del Ser propio de cada uno. Se puede decir que se alcanzaba el cielo. Que se palpaba a Dios, a La Fuente, al Origen de su propia creación. Pero duraba muy poco ese contacto puesto que se les había enseñado que eso era hacer el amor, un hacer hasta llegar a un punto cúlmen; no Ser el punto cúlmen en duración. Esta es una de las grandes diferencias entre hacer el amor y crearse en el Amor, aunque la mejor definición que encuentro es: crear amor. Crearse en el amor. Co-crearse mutuamente desde el amor que les Forma en sus respectivas formas físicas. Estos nuevos conceptos los dejo aquí, por si empiezan a servirte, no ya de referencia para cambiar, sino para entender qué es crear amor entre dos seres en plenitud de Sí, como mínimo.
Crear Amor, no hacer el amor, es posible desde el Amor Dimensional, desde la Conciencia de Quien se Es. Sólo es posible desde este punto de partida y al mismo tiempo de encuentro. Lo demás, puede considerarse que es más el uso de las formas “intentando” llegar a la Forma. Pero cuando un ser humano conoce su Forma, y sabe de otro ser en las mismas condiciones, crear amor es algo que sale a la perfección, con total naturalidad y espontaneidad, sin limitarse por la existencias de otras formas con las que también se puede crear desde la Forma sin eso que se llama el apego sufridor o los celos enfermizos.
Evidentemente, por si no te habías percatado, una Forma no usa a otras formas físicas, sino que crea Amor con otra Forma. Se ven desde la Forma (alma), independientemente de cómo sean las formas respectivas (cuerpo físico), que siempre serán hermosas dado que el prisma ha cambiado al verse desde la Forma sin calibrar la forma que es aceptada como es, y siempre es bella. Y en este acto de crear Amor no hay apegos; nadie posee a nadie; sino que se comparten en Sí. Por tanto, crear Amor es viable entre Formas que saben que son Formas sin que las formas les atrapen en un apego que le impida crear Amor con otras Formas. Tampoco existen los celos, o la posesión, ya que saben crear Amor es distinto a hacer el amor, pues lo primero es desde lo interno y lo segundo siempre se quedaba en lo externo exclusivamente. Y tampoco se busca la mera obtención de placer carnal. De tal manera, que eso de la fidelidad o falta de la misma no existe, pues no se “ve” el crear Amor como el uso del cuerpo de la otra forma física. Sino que saben que es la creación desde sus Formas de crear algo nuevo y perfecto en sus Formas y posteriormente expandirlo mediante sus formas a otras Formas con la que quieran crear Amor.
Queda claro que crear Amor es viable entre todas aquellas Formas que quieran crear Amor en sus Formas y en sus formas, sin que eso suponga una falta de Amor a nadie, sino todo lo contrario, una creatividad nueva que se expande al crear Amor entre otras Formas desde la experimentada y creada en dos Formas. Y aunque este párrafo podría sobrar, he querido incidir para que se pueda entender mejor, si es que se llega a entender.
Ni que decir tiene, que si enlazamos este tema con el anterior del para qué crear una nueva vida (hijos), se entienden mucho mejor ambos hechos, el de crear vida nueva y perfecta (forma física) desde las Formas y que las Formas no tienen porqué estar creando formas física continuamente si no existe el para qué, sino que crean Amor en sus Formas sin la necesidad de crearlo en la forma física, salvo cuando son requeridas ambas Formas para crear en Amor una nueva forma física para un Forma que quiere encarnarse mediante esas dos Formas escogidas que le dan la forma que quiere la nueva Forma que se quiere crearse una forma mediante dos Formas creando Amor libremente.
Así que este es el nuevo modo de hacer el amor: crear Amor; co-crearse en el Amor de ambos. Y cuando esto se produce, todo, absolutamente todo, ha cambiado. Eres la Forma creando Amor de forma continuada en las formas restantes y con las Formas que así lo quieran crear contigo.
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Autor: Deéelij
EL CIELO EN LA TIERRA