La filosofía del Vedanta, no es ni un solipsismo ni un mentalismo inferior. Tampoco afirma la realidad absoluta del mundo. El método de abordamiento del Vedanta es integral. No dice que solo la idea subjetiva sea real, ni que solo el mundo objetivo sea real. Ni tampoco que no haya nada real en absoluto. No dice que lo Real sea solo trascendente o solo inmanente. Ni dice tampoco que entre el sujeto y el objeto uno sea superior al otro. Ambos son correlativos. El Vedanta no se inclina hacia ninguna idea dogmática, hacía ningún lado o aspecto, sino que acepta en su visión el ser verdadero entero.
Las Upanishad, la base de la filosofía Vedanta, no abordan la Verdad de un modo meramente subjetivo o individualista, no caen en el subjetivismo individualista. Saben que el individuo es imperfecto. Y tampoco cometen el error de fijarse solo en el lado objetivo de la existencia y caer en el materialismo. De hecho, no puede demostrarse la realidad de nada objetivo, ya que ningún objeto se conoce realmente con independencia de las categorías del conocer, que limitan el conocimiento a su propia esfera de comprensión.
La naturaleza del mundo que existe fuera del conocedor no puede determinarse porque faltan los medios de conocimientos necesarios. La observación objetiva de las cosas, por aguda que sea, no puede proporcionar un conocimiento absolutamente correcto de ellas, ya que en todas las formas de observación queda abierto un abismo entre el conocedor y lo conocido. Cuanto más se extiende el poder de observación, más grande parece la extensión de la existencia. No hay esperanza de sondear lo infinito utilizando la capacidad sensorial o incluso la facultad mental, ya que ambas se ocupan del conocimiento de las formas fugaces.
El Espíritu parece objetivo, material y transitorio cuando se lo contempla por medio de la mente y los sentidos. La filosofía Samkhya (1) utilizó el método de la observación objetiva y consecuentemente cayó en la profunda sima abierta entre Purusha (Espíritu) y Prakriti (Materia), que se vio obligada a sostener como dos realidades eternas. Obviamente, la existencia de dos realidades es injustificable y contradice la aspiración propia de la filosofía, que es la experiencia de una existencia incontestable. La filosofía del Yoga, que se basa en el Samkhya añade unIshvara que flota suelto por el sistema de la existencia, pero en realidad no es posible encontrar sentido alguno en un Ishvara que no es ni el creador del Universo ni la meta de la aspiración de nadie. Esto apenas es mejor que decir que no hay Ishvara en absoluto.
Las filosofías Nyaya y Vaisesika (2) también emplearon el erróneo método de la percepción objetiva en su búsqueda del conocimiento verdadero y postularon varios absurdos como el de sustancias en última instancia independientes o el de un Configurador trascendente del Universo sin capacidad real de alcanzar el Universo que está siendo configurado. La perspectiva objetiva de la Mimamsa (3) también la obliga a aceptar la realidad de las formas exteriores del mundo, las deidades, la región celestial., etc. Todas estas filosofías objetivas han intentado igualmente contemplar la existencia desde el lado subjetivo y han llegado a la conclusión de que hay una pluralidad de Atman o almas. Varias de estas escuelas llegaron a decir que la naturaleza esencial del Atman no es la conciencia pura.
En todas estas filosofías el dualismo que se establece entre el experimentador y lo experimentado es un gran obstáculo para el logro de la libertad absoluta, porque lo que está limitado por un objeto no puede ser absoluto. Un enfoque puramente objetivo es ciego y desemboca en la conclusión de que incluso el Espíritu es un mero fenómeno material mientras que un enfoque puramente subjetivo es estrecho y lleva al agnosticismo, el escepticismo etc. Solo una visión completa de la vida puede proporcionarnos una filosofía válida y una religión satisfactoria.
El Vedanta es la gloriosa ciencia de lo Absoluto, que es Divinidad y Perfección. A las Upanishadse las llama Vedanta porque son las partes finales y culminantes de los Vedas y ofrecen la esencia más elevada de las enseñanzas de estos. Las Upanishad ven la existencia comoadhyatma, adhibhuta y Adhidaiva, como el individuo, el mundo e Ishvara o Dios, y afirman la existencia de Brahman, que comprende los tres en su Ser trascendente. No dicen que solo eladhyatma sea real: eso sería subjetivismo. Tampoco dicen que solo el adhibhuta sea real: eso sería materialismo. Para ellos el adhyatma, el adhibhuta y el Adhidaiva son aspectos de Brahman o Paramatman. Los tres son una apariencia triádica del Brahman realmente indivisible. Estos tres ―jiva, jagat e Ishvara― y su fundamento, Brahman, agotan los principios posibles de toda experiencia. De hecho, constituyen la experiencia entera.
Las Upanishad expresan de diversos modos la unicidad de la vida, la unidad de lo individual y lo cósmico. «El que está en este individuo es el mismo que está allí, en el Sol», dice laTaittiriyopanishad. La Chandogyopanishad identifica el éter que está dentro del corazón con el éter cósmico exterior. El microcosmos y el macrocosmos son uno. Uddalaka le describe a Svetaketu la Realidad objetivamente, como el Ekam Sat, lo Real Único, la fuente y la base de todos los seres, y después identifica con destreza artística ese Real Único con el Sí Mismo de Svelaketu. Hay una belleza dramática maravillosa en el modo en que las Upanishad retratan la Realidad de la vida del Universo. Los sabios de las Upanishad eran personas absolutamente prácticas que se ocupaban del vivir y del ser, y no solo de meras ensoñaciones diurnas fantásticas. Descubrieron directamente la Verdad Absoluta y supieron que las distinciones, incluso entre el individuo, el mundo y Dios, son relativas, y que las cosas solo tienen sentido por ser aspectos del Ser Supremo.
Cuando la razón se basa en las shrutis (4) nos da fuerza para amar la Verdad. Desvela la Verdad exponiendo los errores de la vida empírica. El mundo material de la experiencia no es real. La materia, la energía (vida), la mente, el intelecto, etc., no son sustancias, cosas o esencias dotadas de realidad absoluta, sino modos o categorías del conocer. La materia es la Realidad aprehendida por los sentidos y la mente. La Conciencia objetivada aparece como materia. También la energía, la mente y el intelecto son la propia Realidad conocida por grados.
El espacio, el tiempo, la causalidad y la objetividad, que son las categorías del proceso cognoscitivo, son los únicos responsables de la percepción de la Realidad como algo dividido múltiplemente en el intelecto, la mente, la energía, la materia, etc. Sin estas categorías objetivas no hay Universo. Lo que hay de real en el espacio, el tiempo, la causalidad y la sustancia o individualidad es Brahman, la Conciencia Absoluta. Lo Absoluto es lo que aparece como el Universo debido a esas categorías o relaciones que el inescrutable proceso del conocimiento ha proyectado en la experiencia.
El Universo, liberado de esas categorías, es Brahman. Además, esas categorías no son hechos objetivos subsistentes en el Universo como realidades en sí mismas sino situaciones, modos maneras, artificios para conocer la Realidad en términos de un conocedor individual. El conocimiento del Universo se basa en el monstruoso error fundamental de la idea de la realidad de la separación entre el conocedor, lo conocido y el proceso de conocimiento que los conecta. Este conocimiento, atado por la creencia en la causalidad, no puede ser un conocimiento verdadero.
Como conclusión de todo este análisis lo que queda claro es que no hay mundo, sino categorías de conocimiento sobreimpuestas a la Realidad que el individuo intenta en vano objetivar, y que el valor y la realidad percibidos o conocidos como presentes en el mundo no son otra cosa que Brahman. La materialidad es una ficción. Igualmente, la naturaleza distintiva de la energía, la vida, la mente y el intelecto son ficciones; pero la verdad de la materia, la sustancialidad de la materia, es el propio Absoluto. La verdad de la energía, la vida, la mente y el intelecto es, igualmente, ese mismo Absoluto. Cuando se dice la palabra «Brahman» o «lo Absoluto», todo queda dicho. Los atributos solo son accidentes limitadores y no añaden nada a la perfección de lo Absoluto.
La idea de progreso
Es cierto que Brahman no es en modo alguno parcial o limitado; pero eso no significa que contenga en su seno divisiones o hendiduras que constituyan el mundo. Donde hay división no está Brahman, y donde no hay división no hay mundo. Todo lo que afirma la mente lógica o científica es cierto, excepto la realidad de la dualidad y la pluralidad; pero la pasión de esa mente por las consideraciones individuales, sociales, nacionales y humanistas y sus motivos utilitarios la hacen aferrarse a un Universo de seres divididos conocidos como objetos. El progreso, la decadencia, el cambio y los distintos grados de la experiencia solo son verdaderos en la vida relativa y no en lo Absoluto. La realidad no es un proceso. Es indudable que el nacimiento, la vida en un mundo y la muerte parecen procesos de cambio ascendente o descendente, pero se trata solo de cambios en la situación relativa de las individualidades del mundo, Y no se refieren a nada más allá de la apariencia de la experiencia dualista. El cambio, sea como progreso o como decadencia, y la presencia de un mundo exterior son corolarios de jivabhavana, la idea de que se es un conocedor individual, y por tanto no pueden existir en el Ser Absoluto supraindividual.
Sin embargo, el Vedanta no dice que ninguna experiencia del mundo sea irreal en sí misma, sino que es relativa y susceptible de ser trascendida y por tanto, irreal desde una experiencia superior. Nada que pueda ser trascendido en uno u otro instante es real en último término. Todas las experiencias objetivas son un grado de la verdad positiva, pero sujeto a trascendencia e irreal desde un estado superior. La existencia entera se le revela al individuo en distintos grados, pero ninguna experiencia puede ser completamente falsa, ya que en todas las experiencias hay un elemento de conciencia; sin embargo, todas las verdades, excepto la última, son sombras, relativamente reales pero irreales desde un punto de vista absoluto. El mundo es irreal porque todas sus experiencias quedan absorbidas en una experiencia más amplia. Y su eficacia práctica o su valor relativo carecen de toda validez en el estado de Auto-conocimiento.
A veces pienso en lo felices que seríamos los humanos sin cerebro pensante. Una felicidad bovina, tal vez, pero felicidad.
Maravillosa extracción de texto Maestro… Luz, que ilumina la necesidad de entender integralmente, lo que el ejercicio del EQUILIBRIO significa, como sentido de discernimiento, entre las fuerzas que integran la VIDA CONSCIENTE.
Es decir, lo que en verdad SOMOS aquí y ahora.
Muchas Gracias… IN LAKECH.
Sapiente interpretación de La Vedanta,irrefutable e incomprobable como todas las teorías filosóficas.Aún cuando de su lectura se desprende una crítica descalificadora del esceptismo,solo ofrece una alternativa de acercamiento a la verdad.
A esta altura de mi propia búsqueda,me parece que el encomiable sacrificio de los pensadores de su propia y limitada existencia para ofrendarla en aras de alcanzar el conocimiento de la verdad,semeja los esfuerzos infructuosos de un ataque de trogloditas armados con palos y piedras a un bunker de cemento armado con ametralladoras situado en una altura inalcanzable y con acceso a una fuente inagotable de víveres y pertrechos.
Creo que los esfuerzos de todos los pensadores que en el mundo hemos sido,adolece del error de creer que podemos luchar contra una dificultad por ahora superior a nuestras posibilidades con esfuerzos inconexos y hasta ahora infructuosos.
Tal vez deberíamos realizar una retirada estratégica,unificar y reorganizar nuestras huestes,postergar el asalto final hasta estar preparados y armados en igualdad de condiciones.
Hay una realidad que ingenua y estúpidamente estamos soslayando:el ser humano todavía no ha alcanzado un estado de desarrollo evolutivo que le permita una posibilidad de éxito.Todos coincidimos en que nuestra capacidad de realización está contenida en nuestros genes.y declaramos estúpidamente que el mayor porcentaje de ellos «es basura y permace bloqueado»,¡son nuestras únicas armas y debemos habilitarlos antes de emprender una epopeya hasta ahora inútil!.
Confieso que yo no lo he logrado,pero si toda la fuerza pensante,toda la inteligencia de la humanidad unificara sus esfuerzos a lograrlo,postergando el asalto final hasta que estemos preparados,tal vez dejemos de actuar como Quijotes atacando molinos de viento.
Esta actitud es para mí la explicación del Esceptismo.