Por RT
Importantes partidos políticos surcoreanos afirman que la seguridad nacional del país está amenazada por varias potencias nucleares.
Los líderes del partido gobernante en Corea del Sur instaron al Gobierno a considerar el desarrollo de sus propias armas nucleares, calificándolas como “armas pacíficas en pro de la defensa”, informa el diario ‘The Korea Herald‘.
“Es hora de que nos armemos pacíficamente con armas nucleares para la autodefensa y repeler el terror y la agresión de Corea del Norte”, instaron los líderes del partido Saenuri en el Parlamento.
Pero Seúl se comprometió a abandonar el uso militar de la energía nuclear en el marco del Tratado de no proliferación de armas nucleares.
“Ha llegado el momento de encontrar soluciones alternativas para resolver el problema nuclear del Norte”, que este miércoles realizó con éxito la prueba de su primera bomba de hidrógeno, agregaron.
Los llamados de los líderes de Saenuri también encontraron respaldo de otros importantes partidos políticos del país.
Reanudación de la propaganda antinorcoreana
Por otro lado, Seúl ha anunciado que reanudará a partir de este viernes la difusión de propaganda a lo largo de la frontera con Corea del Norte en represalia a la prueba nuclear realizada por Pionyang.
Las autoridades surcoreanas además advirtieron que las tropas de su país están preparadas para el combate y responderán severamente a las provocaciones de Corea del Norte.
¿Qué consecuencias tendría para el resto del mundo que Corea poseyera una bomba de hidrógeno?
De acuerdo con el portal Vox, a la luz de los eventos “nada va a cambiar radicalmente en el ‘statu quo’ de la península coreana”. Una bomba de hidrógeno es un paso tecnológico importante para Corea del Norte, pero supondría más un cambio en el grado que en la clase, en términos militares.
Por otra parte, el orientalista ruso Dmitri Verjotúrov sentenció que existe la posibilidad de un conflicto armado en la península coreana, en el que se verían implicados también otros países. En caso de guerra Corea del Norte se mantendrá en pie, aunque a costa de sufrir una gran destrucción. En cambio Corea del Sur se desintegraría como Estado en caso de conflicto bélico. Otro desenlace sería que se repitiese la situación de la etapa final de la Guerra de Corea; es decir, la península seguirá dividida, y Pionyang contaría con el apoyo de China y Seúl con el de EE.UU.