El término afrodisíaco proviene de Afrodita, diosa griega del Amor, que surgió desnuda de la espuma del mar de Cuthera en el siglo VI a. C y que consigue, según Homero, colocar el deseo en las fieras, los hombres, los dioses y hasta enloquecer de pasión al mismo Zeus; pero el origen de los afrodisíacos es mucho anterior; de hecho aparecen en escritos sagrados de la India con más de 4.000 años de antigüedad.
Semen de toro, nidos de golondrina, sangre de la menstruación femenina han sido algunas de las delicatessen procedentes del reino animal recomendadas para que la bandera ondeara a plena asta.
Desgraciadamente, la búsqueda de afrodisíacos ha provocado la desaparición de numerosas especies animales y ha puesto a muchas en grave peligro de extinción como el rinoceronte, el caballito de mar, el tigre y, si llegan a hacer caso a una receta del Lucayus Cook Bokk publicada en 1660, hasta los gorriones y los cuervos.
«Para aumentar sus facultades. Toma un gorrión macho y desplúmalo vivo. Échalo luego a 10 avispas, que lo matarán a picaduras. Añade los intestinos de un cuervo negro, aceite de lila y manzanilla. Cuécelo todo en grasa de toro hasta que la carne se deshaga. Ponlo en una botella y lo usas cuando lo necesites. Es maravilloso.»
Esta receta es un ejemplo claro de los actos infames que puede llegar a cometer el ser humano con tal de satisfacer su deseo sexual. Y la siguiente anécdota, de los actos estúpidos que puede cometer por el mismo motivo.
La mosca española
Uno de los afrodisíacos del mundo animal más conocido y de mayor reputación es la cantárida. La Cantharis vescicatoria es un escarabajo de color verde esmeralda metalizado y pequeño tamaño, endémico de los bosques de fresnos de los macizos del centro de la Península Ibérica y conocido vulgarmente como la mosca española.
De ella se extrae un alcaloide denominado cantaridina que aplicado en las dosis adecuadas produce una potente y duradera erección; lo malo es que también es un potente veneno que causa la muerte y/o el sangrado vaginal.
Fue el afrodisíaco de moda desde la floreciente Grecia, tras ser mencionado por Aristóteles, hasta el siglo XVII cuando la gente dejó de tomarlo intimidada porque los consumidores caían como “moscas”.
En el siglo XVIII volvió a estar de moda en Francia con el sobrenombre de los caramelos Richelieu:“pastilles Richelieu”, hasta el «caso de Marsella» protagonizado por Sade. Éste contrató a varias prostitutas para celebrar una orgía. Tras ingerir un cóctel afrodisíaco que había preparado Sade, a muchos invitados les sobrevino la locura hasta el punto que una prostituta se arrojó por la ventana y dos de ellas sufrieron un fuerte envenenamiento por causa de un exceso de cantárida. Tras un tenso juicio fue sentenciado a muerte por sodomía y envenenamiento; consiguió huir y fue ejecutado en efigie enAix-en-Provence el 12 de septiembre.
Hay afrodisíacos que se cobran vidas.
http://www.sexologicos.com/