El cambio del modelo lingüístico de los colegios provocará un giro drástico en la rutina diaria de miles de escolares si finalmente se aplica la medida incluida en el programa electoral de Compromís, del que se desprende su preferencia por un sistema único de inmersión en valenciano. Sirve el ejemplo de Valencia capital, donde la inmensa mayoría del alumnado estudia en castellano, independientemente de si el centro es público o de iniciativa privada, hasta el punto de que este colectivo representa el 83,09% de todas las matrículas.
Desde una perspectiva puramente económica, llevar a la práctica el programa de los nacionalistas supondría cambiar gran cantidad de libros de texto, por no hablar de que su implantación generaría polémica en cuanto a la libertad de las familias de elegir el modelo pedagógico que quieren para sus hijos.
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Los datos se extraen del último anuario estadístico publicado por el ayuntamiento, que incluye importantes novedades en materia educativa, como la diferenciación del alumnado en base al programa lingüístico con el que estudian. Los datos se refieren al curso 2013-2014 y aunque no son los más actuales sí permiten hacerse una idea de la realidad lingüística de la capital, que de hecho difiere bastante de la existente a nivel autonómico, donde el porcentaje de estudiantes en líneas en castellano es del 62%.
Por etapas, de los 29.492 niños matriculados en Infantil (de cero a cinco años), 24.278 estaban inscritos en programas donde el castellano es la lengua vehicular. En Primaria (6-11 años) figuraban 34.411 de los 42.128, cifra que en la Secundaria Obligatoria (12-16) se situó en 22.836 de los 27.332 que había en total. La misma tendencia se dio en Bachillerato (10.176 de 11.412). No hay datos relativos al resto de enseñanzas de régimen general, como los ciclos formativos o los programas de cualificación profesional.
El Consejo Escolar debate los cambios en la admisión
La comisión permanente del Consejo Escolar de la Comunitat abordará hoy los borradores de las normativas que permitirán cambiar el sistema de admisión. Entre las novedades, se elimina el distrito único, el punto que daban los centros y se acometen cambios en los criterios que se valoran en caso de baremación. Por ejemplo, se equiparan las familias monoparentales con las numerosas de categoría especial. El organismo consultivo también se pronunciará sobre el nuevo arreglo escolar, que por primera vez implicará una planificación conjunta en los centros públicos y en los concertados.
La estadística incluye situaciones curiosas. De los 19 distritos de Valencia, sólo en dos (Poblats del Sud y Benimaclet) existe mayoría de alumnos estudiando en valenciano en alguna de las etapas, aunque a nivel global siempre ‘gana’ el castellano. Además, hay varios donde no figuraLa comisión permanente del Consejo Escolar de la Comunitat abordará hoy los borradores de las normativas que permitirán cambiar el sistema de admisión. Entre las novedades, se elimina el distrito único, el punto que daban los centros y se acometen cambios en los criterios que se valoran en caso de baremación. Por ejemplo, se equiparan las familias monoparentales con las numerosas de categoría especial. El organismo consultivo también se pronunciará sobre el nuevo arreglo escolar, que por primera vez implicará una planificación conjunta en los centros públicos y en los concertados. ningún escolar formándose en la lengua materna en determinados cursos. Sucede en Benicalap y Pla del Real, donde no hay alumnos de valenciano en la ESO ni en Bachillerato. Sumando las matrículas de todas las etapas analizadas, se extrae que Poblats del Sud es el distrito más valencianizado y Pla del Real el más castellanizado.
El nuevo modelo
Conocer la realidad lingüística de las escuelas valencianas es importante en el sentido de que el modelo actual, el heredado del PP, desaparecerá en los próximos cursos, por lo que la estadística ayuda a medir el impacto de las medidas que se adoptan a nivel político. La previsión es que las normativas que regularán el nuevo sistema se den a conocer a lo largo del mes de febrero, según el calendario de asuntos a tratar con los sindicatos docentes que se facilitó a finales de año.
Lo que no se sabe es por dónde irán los tiros, es decir, si se mantendrá la dualidad actual (programas plurilingües en castellano y valenciano) o se avanza hacia un modelo de inmersión, el defendido por Compromís. La mejor pista se extrae de su programa, que textualmente dice que «el sistema educativo tiene que garantizar el conocimiento y la capacidad de expresarse en valenciano, por eso conviene superar los actuales modelos de educación bilingüe y establecer un único modelo de inmersión lingüística en el que se incorporan dos lenguas extranjeras más». Pese a su claridad, no se puede olvidar que el partido mayoritario en el Gobierno, el PSPV, no se pronuncia con esta contundencia, de ahí que hayan dudas sobre cuál será el modelo final. Oficialmente, se trabaja en determinar cuál es el idóneo para los alumnos valencianos, y en base a estudios y opiniones de expertos, se decidirá.
La información que ha desvelado el Ayuntamiento de Valencia tiene diferentes lecturas, incluso favorables a las tesis de Compromís, pues se sustenta la idea de que es necesario priorizar el valenciano al tratarse de una lengua minoritaria. También se puede interpretar que la demanda de las familias va en dirección contraria -se prefiere el castellano al valenciano-. Aunque es cierto que la oferta de plazas existentes tiene una influencia clara en la elección, en el sentido de que se elige entre lo que se ofrece a los padres, no se puede olvidar que las plazas que se sacan en la admisión también dependen de las preferencias familiares, pues la demanda es un criterio que se utiliza a la hora de crear o suprimir unidades escolares.
La explicación de las cifras municipales puede estar en el peso de la red concertada, muy presente en Valencia ciudad en relación a la media autonómica, pues más de la mitad del alumnado de las etapas obligatorias estudia en centros sostenidos a través del concierto. A nivel autonómico, el 90% de todo su alumnado cursa sus estudios en líneas en castellano.
La inmersión obligaría al 80% de los alumnos de Valencia a dejar el castellano