La profesora de Ciencias Políticas Larycia Hawkins ha renunciado a su cátedra en la Universidad de Wheaton, en Illinois, tras la polémica generada por sus recientes declaraciones en las que afirmaba que cristianos y musulmanes adoran al mismo Dios.
Todo comenzó el pasado 10 de diciembre, cuando Hawkins publicó en su página en Facebook una foto suya con un hiyab para mostrar su apoyo a los musulmanes, cuestionados desde los recientes atentados de París o California. “Me solidarizo desde el punto de vista religioso con los musulmanes porque ellos, como yo, que soy cristiana, son gente del Libro”, explicó en su mensaje. “Como dijo el Papa Francisco, adoramos al mismo Dios”.
El revuelo generado tras difundirse su publicación provocó que la Universidad suspendiera a Hawkins argumentando que al no aclarar qué distingue el Cristianismo del Islam, Hawkins entró en conflicto con la Declaración de Fe de la universidad.
De inmediato numerosos colectivos, incluidos alumnos y profesores de la propia Universidad de Wheaton, se solidarizaron con la doctora Hawkins y exigieron su reincorporación. Personalidades de fuera de la universidad también expresaron su apoyo a la catedrática.
La propia Hawkins remitió un escrito argumentando teológicamente su postura, pero no fue suficiente para la dirección de la universidad y propuso a la catedrática que dimitiera o que se tomara dos años fuera de la cátedra, según ha revelado la profesora.
El rector gerente de Wheaton, Stanton Jones, quien pidió la destitución de Hawkins, se disculpó el sábado por su solicitud “precipitada”, pero apenas dos horas después se publicó una nota de la universidad informando de un acuerdo con Hawkins para poner fin a su relación laboral.
EE UU: Una profesora abandona su cátedra tras decir que cristianos y musulmanes adoran al mismo Dios
Pues en el fondo, aunque con muchos matices, tiene razón.
Lo que me resulta especialmente preocupante es que alguien pueda ser despedido de su trabajo por motivos ajenos a su desempeño profesional. Esta mujer tiene derecho, como cualquier otro, a tener opiniones propias y a poder expresarlas bajo su responsabilidad; sin que ello pueda ser usado para juzgar su capacitación profesional. Ni mucho menos para que sea objeto de despido.
Una cosa es lo que la doctora exponga en las aulas, que sí sería un argumento para dilucidar su idoneidad o no, y otra muy distinta lo que exprese a título particular en una cuenta de red social.
Obviamente podría haberse ahorrado todo este asunto si no se hubiese manifestado públicamente, pero éso sería limitar su libertad como individuo.
Las implicaciones sociales de las redes cada dia se están volviendo más limitantes y perjudiciales para sus usuarios. Y no creo que éso se solucione con legislación.
Deberíamos saber mantener, y garantizar, la diferenciación entre la actividad laboral de una persona y sus ideas particulares. Aunque pienso que ésto es casi imposible y que empeorará a medida que el uso de las redes — y el control a través de las mismas — vaya en aumento.
Si no eres libre para expresar tus pensamientos, es que algo en la sociedad no está funcionando bien. Y más en éste caso, en el que curiosamente lo que dice ni es ofensivo ni es incorrecto ni es falso.