Las bolsas europeas han comenzado la semana con fuertes caídas ante el temor de una desaceleración económica global, que algunas analistas llegan a comparar con la gran depresión que siguió a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
La mayor caída se ha registrado en la bolsa española y la italiana, mientras que en el resto de las plazas europeas han sufrido caídas en torno al 3%.
El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este lunes con un recorte del 4,44%, lo que ha llevado al selectivo a protagonizar su mayor caída desde el 24 de agosto de 2015, y a situarse en los 8.122,1 enteros, volviendo, de este modo, a niveles de julio de 2013.
Ningún valor del índice español ha conseguido aguantar el tipo. Popular ha liderado los retrocesos con una caída del 7,32%, seguido de IAG (-7,29%), ArcelorMittal (-7,17%), Gamesa (-6,97%) y Amadeus (-6,94%).
El resto de bolsas europeas han cerrado en negativo. El Dax alemán ha caído un 3,3%, mientras que el parisino CAC ha bajado un 3,2%. Así, los valores se han visto arrastrados por el desplome del valor de las materias primas, con el precio del barril de crudo en 33 dólares. El dato de empleo estadounidense también ha influido en los datos, como ya ocurrió en días anteriores.
A una hora y media del cierre, la Bolsa de Milán mostraba una importante contracción y su índice selectivo FTSE MIB caía un 3,87, hasta los 16.583,08 puntos, y suspendió la cotización de seis títulos bancarios de su índice selectivo debido a las fuertes pérdidas que registraban, una tendencia que también afectó al sector petrolero, arrastrado por la caída del precio del crudo.
En el caso de la banca, aún pesan las sospechas sobre su solidez, después de que Roma haya acordado con la Comisión Europea la creación de un mecanismo que reduzca el número de créditos morosos que acumula el sector bancario italiano.
La Bolsa de Atenas ha cerrado la sesión en niveles no vistos desde 1990 después de sufrir una caída del 7,87% arrastrada por el hundimiento del sector bancario griego, cuyos representantes llegaban a perder más de un 24% de media.
En concreto, el selectivo de la Bolsa de Atenas ha concluido la sesión con un retroceso del 7,87%, hasta cerrar en los 464,23 puntos, su nivel más bajo desde enero de 1990.
El estratega de mercados de IG Daniel Pingarrón atribuye el desplome de la Bolsa a un conjunto de circunstancias entre las que cita los precios del petróleo, los problemas del sector bancario europeo cuyo origen podría encontrarse en Italia, la dudas sobre la economía china y la desaceleración de la economía americana.
“Da la sensación de que los grandes inversores no quieren participar en un mercado repleto de interrogantes hasta que haya algún elemento que aclare el panorama. Y nadie sabe dónde puede aparecer ese elemento, si en los bancos centrales, si en los datos macro, si en unos precios más bajos que los actuales…”, ha apuntado el analista.
“El escenario es el más complicado y bajista que se recuerda. La mayoría de selectivos está ya por debajo de los niveles de agosto del año pasado, cuando el miedo a un fuerte aterrizaje de la economía China alcanzó máximos”, ha recordado Pingarrón, quien insiste en que hay varios factores negativos sobre la mesa.
Por su parte, el presidente de Renta 4, Juan Carlos Ureta, achaca las caídas a que el ciclo monetario de los Bancos Centrales y de las Bolsas “está agotado”, lo que conlleva “un ajuste estructural de los precios de los activos, en parte para corregir la ‘hinchazón artificial’ que se había producido en los últimos años y en parte para reflejar los efectos laterales que la intervención monetaria masiva ha tenido, creando burbujas y alterando de forma notable los precios de mercado de casi todos los activos”.
La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles con vencimiento a diez años en relación a sus homólogos alemanes ha llegado a superar la barrera de los 150 puntos básicos, algo que no había sucedido desde el pasado 15 de septiembre, aunque la última vez que el diferencial cerró por encima de esta cota fue a principios de julio de 2015.
En concreto, el diferencial del bono español a diez años con respecto al ‘bund’ se ampliaba hasta un máximo intradía de 152,70 puntos básicos, frente a los 137,50 del comienzo de la sesión.
La rentabilidad del bono español con vencimiento a diez años alcanzaba un máximo del 1,730% durante la jornada, frente al 1,631% de la apertura.
Esta escalada de la prima de riesgo española se explica en gran parte por el desplome de la rentabilidad exigida al ‘bund’, que llegaba a caer hasta el 0,235%, frente al 0,296% del comienzo de la jornada, su nivel más bajo desde abril.
Público / LibreRed