Hoy en ufopolis vamos a estudiar asombrosas referencias de posibles viajes a la luna… en la edad antigua. Y es que si nos remontamos a los orígenes de la humanidad en las civilizaciones mesopotámicas y sumerias, encontramos que en Babilonia en la épica del libro de Etana de 4700 años de antigüedad aparecen diferentes descripciones de la tierra desde distintas altitudes. ¿Cómo podrían haber descrito nuestro planeta sin disponer de tecnología aeroespacial?
Esas descripciones son tan exactas como las imágenes captadas por Estados Unidos y Rusia a partir de los años 50 incluyendo la perspectiva de una esfera que se va haciendo más y más pequeña, y el cambio de los colores de la tierra y la atmósfera.
Igualmente, en el famoso Libro de Enoc, los antiguos exponían que los astros tenían calor como el fuego y frío como el hielo para explicar cómo los planetas tienen diferentes áreas iluminadas o en sombra, algo que incide en sus temperaturas, tal y como ocurre en la luna.
En la antigua ciudad asiria de Ur también aparecen algunos diseños que nos recuerdan a modernos cohetes metálicos como los utilizados en las misiones Gemini de la NASA y si seguimos buceando en la historia podemos estudiar referencias en la cultura india, concretamente en el libro Surya Siddhanta en donde filósofos y científicos “orbitaban la tierra debajo de la luna y sobre ella” y en donde se comenta que el diámetro de la tierra es de 12617 km siendo los actuales estudios de la NASA de 12675 km de distancia. ¿Cómo podían saberlo sin disponer de tecnología de propulsión a chorro como la utilizada en cohetes?
En esta obra también se expone que la distancia a la luna es de 407.198 km siendo hoy conocido que es de 384.480 km. ¿Cómo podían llegar a calcular estas medidas prácticamente exactas sin el uso de tecnología láser? ¿Tenían relación estas referencias con esos antiguos emplazamientos gigantescos encontrados en la superficie lunar? Las preguntas, desde luego, son de lo más sugerentes.
En estos textos sanscritos sorprendentemente también se describen tanto las dimensiones como el interior de estructuras similares a los gigantescos satélites que a día de hoy orbitan nuestro planeta. Aquí se habla de los Shiras, hombres perfectos, y los Vidayaras, hombres sabios que viajaban por el espacio y que dividían el tiempo en porciones de 3 centillonésimos, es decir, un cero y una coma seguida de 600 ceros y la cifra correspondiente. Esto podría indicar la posesión de aparatos de medida totalmente sofisticados, a años luz de lo que a día de hoy maneja nuestra ciencia. ¿Significa esto que existió algún vínculo entre los posibles habitantes de la luna con algunos pueblos de nuestro pasado más remoto?
Sin salir de la India, encontramos referencias a los antiguos vimanas, artilugios voladores que surcaban los cielos con partes que recuerdan a modernas turbinas que funcionan pasando uncombustible basado en el mercurio de una cámara a otra y en donde se habría logrado un movimiento perpetuo sin perdidas por fricción. Un ciclo de Carnot perfecto e imposible de conseguir a día de hoy por la ciencia. Y esto no acaba aquí.
Sin salir de Asia, en la provincia de Yunnan en China encontramos grabados de máquinas que se parecen a cohetes cilíndricos que son capaces de “escalar el cielo” y que habrían aparecido tras emerger una estructura piramidal desde el fondo del lago Kun Ming durante un terremoto, algo que si a día de hoy lo viésemos lo identificaríamos con uno de los modernos avistamientos de ovnis que se registran en el mundo.
De igual modo, En el tercer siglo antes de Cristo tenemos al científico y filósofo chino Chuang Tzu en un tratado que se llama “Viaje al infinito” en donde relata un viaje en el espacio a 52.000 kilómetros de la tierra, es decir, un cuarto de los 384.000 kilómetros que hay hasta la luna.
¿Cómo conseguiría Tzu elevarse a tal altura? ¿Se basan estos relatos en auténticos viajes intelestelares hace miles de años?
Y la gran pregunta: ¿Sería posible que el hombre hubiese coronado la luna antes de que Neil Armstrong dijese su famosa frase ante millones de espectadores el 20 de Julio de 1969? ¿Cuál habría sido en ese caso la verdadera primera frase del hombre de la luna?
Las descripciones impresionan por su exactitud. Desolada, fría y de cristal. Así definía el ingeniero del emperador Yao en el año 2309 a.C. a la luna tras haber estado allí en un “pájaro celestial que funcionaba gracias a la fuerza de una corriente de luz luminosa”, que bien podría parecer la salida de los gases de combustión de un cohete, y que le proporcionaba información sobre el viaje de forma continua, tal y como las modernas aplicaciones de la NASA proporcionan datos en directo sobre el estado de los equipos a los cosmonautas. Tecnología olvidada, legajos y una de la historia olvidada y obviada porque no encaja con los estamentos oficiales de la línea cronológica de los seres humanos. Pero ahí está.
En China encontramos también el relato de Hou Yih en el que se decía que desde el espacio, el propio Yih no podía percibir el movimiento de rotación del sol ni el amanecer, algo que solo ocurriría si estuviese en órbita durante días en una posición en la que se mantuviera oculto de los rayos del sol, observando la tierra de noche desde el espacio. ¿Significa eso que algunas civilizaciones antiguas eran capaces de moverse libremente en el espacio? ¿De dónde sacarían la idea de la rotación respecto al sol?
En el mismo texto se describe la luna como un “horizonte congelado y frío” en donde se habría erigido una construcción llamada “el palacio del frio”.
Su esposa Chang Ngo habría encontrado una esfera luminosa que brillaba como el cristal, de enorme tamaño y fría como el hielo, algo que en la antigüedad no era conocido pero que enlaza perfectamente con la composición en silicio, calcio y carbono de las misiones de la NASA. Este tipo de referencias podrían indicar la existencia de viajes al corazón de nuestro satélite hace miles de años, pero ¿qué dice la NASA al respecto? Creo que ya conocen la respuesta: nada de nada. Y es que podríamos pensar que es más fácil ponerse la primera medalla que hurgar en los libros de historia y comprobar que en una antigua humanidad, quizá ya olvidada y comida por las arenas del tiempo, hubo héroes que desafiaron las mismas leyes de la física que hoy decimos dominar. Y ellos, al parecer, también tuvieron éxito.
Si os ha gustado este artículo os invitamos a ver el programa que hicimos sobre la teoría de la caída de las cuatro lunas en la tierra y dos de nuestros programas preferidos de las crónicas de la luna. Esperamos que sean de su agrado.
Ufopolis.com 2016
alguien tiene que decirlo…..
no hay astronautas en el pasado.-
(es un chiste para vender libros….).-
profesor J