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Las juventudes del Partido Liberal sueco quieren legalizar la necrofilia y el incesto. Alguien se puede preguntar, ¿por qué la necrofilia?. Sencillamente porque en rituales satánicos la practican. Es la forma de quedar impunes en caso de juicio y pruebas forenses post mortem.
El asunto del incesto es por lo mismo, en los sacrificios de estos satánicos algunos entregan a sus hijas/os , y se trata de poder quedar impunes. ¿Por qué en Suecia? Quieren trasladar la potestad de tribunales supremos como el de la Haya a Suecia.Suecia vendió su estado de bienestar. La pedofilia es parte del conjunto de prácticas de estos satanistas, independientemente de que les de igual si son juzgadas otras personas ajenas a sus prácticas, que también la practiquen. Se trata exclusivamente del blindaje de los poderosos del mundo. ¿Por qué en Holanda?, porque alberga el Tribunal Internacional de la Haya. Juzgar delitos así en Holanda o en el Tribunal Supremo de Suecia, será extensivo a toda la justicia internacional, por el carácter internacional que darán a estos hechos cuando tribunales locales nacionales acepten como llegaremos a ver, la potestad internacional de estos delitos.
Durante años nos han estado preparando estos asuntos con la legalización de la eutanasia. Algo más legítimo y personal, pero que requiere un planteamiento de toda la sociedad y el llevarnos a aceptar moralmente esta necesidad para dar fuerza justamente a los tribunales de Holanda y Suecia respecto al resto de la comunidad internacional de la justicia. Al dotar de esta independencia y poder a estos dos países, sin saberlo, les han logrado dotar de una fuerza inusitada para juzgar muchas otras cuestiones en litigio y futuras demandas en temas bien diferentes que interesan a sus participantes, actores a su vez del Nuevo Orden Mundial.
Aunque nada tenga que ver, lo demuestra el caso de Julian Assange que traslada al Tribunal Supremo de Suecia su caso, pero tiene que ver en que Suecia está albergando todo un conjunto de cambio de leyes en su sistema penal.
Es decir que, si en un Tribunal Supremo sueco quisieran juzgar la participación de violadores de cadáveres de otro país, estos quedarían absueltos todos por la nueva legislación y ni siquiera serían vistos para sentencia al no poder organizarse el juicio por no ser delito en Suecia. Y quizás solo quedarían condenados los asesinos materiales de los cuerpos vivos a los que normalmente ya los eliminan los propios satanistas como es el caso de Antonio Anglés, o de Marc Dutroux que ya está condenado y no pueden condenar dos veces. Los casos que vamos a ver aparecer no van a ser docenas sino cientos y se están blindando.
Casos como el líder del lobbie gay de Suecia, Stefan Johansson ha sido condenado precisamente en Suecia, porque es únicamente un actor inventado para lograr que sea exonerado próximamente con la nueva legislatura de Suecia, y sentar jurisprudencia para hacerla extensiva al resto del mundo.
En la misma línea la legalización de las drogas. No es lo mismo drogas blandas quizás con beneficios para la salud, que drogas duras como la heroína. Pero sabiendo que algunas víctimas satanistas son drogadas será otra exculpación más de la lista de delitos en rituales satánicos. Holanda lleva 40 años con el comercio libre de drogas en Holanda, pero no es lo mismo favorecerlo en una sociedad próspera como esnobismo y ocasional, que en sociedades deprimidas de consumo suicida y para desarraigados sin esperanzas, en dónde los efectos son debastadores. Y menos con la nueva marihuana sintética que cultiva y distribuye David Rockefeller y George Soros desde Uruguay, cien veces más nociva y altamente peligrosa.
Están multiplicándose pruebas, testimonios y conocimiento de la sociedad del verdadero perfil de casos muy conocidos y menos conocidos de rituales satanistas, y están realmente asustados todas las figuras públicas, financieras, políticas, sociales y religiosas que aparecen vinculadas a estos crímenes. Y solo ellos tienen el poder para cambiar las leyes y el lugar del juicio que permita su exoneración con la implementación de las nuevas leyes o su modificación penal, con lo cual ni siquiera tendrían que presentarse ante las posibles demandas ante la desestimación del delito por las nuevas leyes, y ni siquiera podríamos llegar a conocer los nombres contenidos en un posible sumario de acusación.