«Talismán» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Un joven ha puesto entre las páginas de un libro, la flor que le ha dado su amiga. Muy poco tiempo después, claro, los pétalos están marchitos descoloridos ¿pero qué importa? Cada vez que mira esta flor, le parece que su amada le sonríe y le dice mil cosas a través de ella. Pone esa flor contra su corazón, se la lleva a los labios, es como un talismán que le abre las puertas del cielo y se siente lleno de gozo, inspirado, se vuelve poeta. Pero el tiempo pasa y las relaciones con esta chica ya no le parecen tan ideales: ahora, casi no presta atención a la flor entre las páginas del libro; ya no le dice nada, es como si hubiese enmudecido. Y después, un día, acaba tirándola a la papelera.
¿Qué es lo que ha sucedido? La flor seguía estando ahí, no había cambiado, pero el chico, en cambio, sí que había cambiado. Fue él quien hizo de esta flor un talismán y fue también él quien le quitó su poder. La conclusión que hay que sacar de este ejemplo, es que por sí mismo un objeto es indeterminado; es nuestra forma de considerarlo la que puede hacer de él, un talismán


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