El cómico y actor británico Eddie Izzard asombró a muchos a finales de marzo, pero no por lo que suele sorprender.
Esta vez no deslumbró por su presencia escénica -usualmente aparece maquillado y usando algunas prendas de mujer, sin ser trasvesti- ni por sus monólogos, tan humorísticos como surrealistas , sino por haber completado la épica misión de correr 27 maratones en 27 días.
¿Por qué lo hizo? Por caridad: entre más corría, más dinero donaba el público para Sport Relief, un evento bienal de beneficencia para ayudar a personas vulnerables en todo el mundo, organizado por Comic Relief y BBC Sports.
¿Cómo lo hizo? Su fisioterapeuta Tim Cruse-Drew reconoce que lo logró porque estaba completamente drogado, aunque no había consumido ninguna droga.
¿Puede realmente el ejercicio tener tal efecto en el cerebro y el cuerpo?
«En resumen: Sí. De muchas maneras», le dice a la BBC el fisioterapeuta.
«Tenemos esta farmacia increíble en nuestro cerebro y, a través del ejercicio, podemos crear sustitutos de heroína y cannabis», explica.
«Las drogas que nos hacen sentir felices están en el cerebro. La dopamina es un fármaco basado en recompensas. Si te fijas una meta y lo logras, obtendrás un aumento de dopamina porque te sentirás bien contigo mismo. Es un buen fármaco».
Adicción al ejercicio
Curiosamente, también hay «alimentos felices», que son los que contienen 50% de grasa y 50% de azúcar.
Cuando te comes una rosca, por ejemplo, experimentas un aumento masivo de la dopamina en el centro del cerebro.
«Otro fármaco feliz que libera el cerebro son las endorfinas», señala Cruse-Drew.
«Se libera cuando ejercitamos intensamente». Y son una especie de heroína o morfina.
Pero no es igual, señala el fisioterapeuta: «En comparación con la heroína, una molécula de la endorfina es probablemente cien veces más potente».
«Se necesitaría una gran cantidad de heroína para obtener el mismo efecto que una pequeña cantidad de endorfinas».
«Cuando la gente toma o le dan morfina, deja de sentir dolor y se puede sentir soñadora. Eso es lo que hacen las endorfinas y por eso hay personas adictas al ejercicio».
«Además, esta dosis natural se puede obtener con bastante rapidez: media hora de actividad física intensa es suficiente».
Todo lo que sube, baja
En el otro extremo de la escala, una vez que has estado corriendo durante unas horas, el cuerpo comienza a producir anandamidas.
«Estos son los cannabinoides naturales, los marijuanas naturales del cerebro, indica Cruse-Drew.
«Las anandamidas liberan diferentes neurotransmisores y permiten esforzarse físicamente durante largos períodos sin dolor».
Y, como las endorfinas, las anandamidas son mucho más eficaces y específicas para el cerebro que la marihuana.
¿Entonces, cuando Eddie Izzard corre una maratón está literal y figurativamente en un viaje?
«Sí», confirma su doctor.
«Cuando termina siempre está muy feliz, riendo y bromeando. Nos cuenta un montón de historias divertidas apenas termina de correr».
Pero luego el bajón debe ser tremendamente poderoso, presumiblemente.
«Lo interesante es que, debido a que es natural, no le da el mismo bajón. Lo que suele ocurrir es que se va a dormir y, para cuando se despierta, todo se ha normalizado».
«No es como el consumo de drogas, con el que experimentas una elevada ola de bienestar y luego tienes que pagar por ella», asegura Cruse-Drew, y añade: «Mi consejo es, renunciar a las drogas y empezar a correr. Es mucho más barato y más eficaz«.
http://www.24horas.cl/noticiasbbc/es-cierto-que-el-ejercicio-puede-tener-el-mismo-efecto-que-las-drogas-ilegales-1976873
El ejercicio físico es saludable y recomendable. La adicción al ejercicio es igual de deplorable que las demás adicciones e igualmente perjudicial y peligrosa.
Caminar una hora al dia — lo ideal es en dos paseos de media hora, uno por la mañana y otro por a tarde — es muy beneficioso y necesario. Correr 27 maratones en 27 dias es un completo disparate, un alarde innecesario.
Caminar es algo natural, correr no lo es tanto. Y no deberíamos olvidar ejercitar también el tren superior. Unas elevaciones y aperturas de brazos irguiendo la espalda ayudan a mantener un tono físico óptimo.
Moverse es bueno, matarse moviéndose es una estupidez.