Aida. La muerte, resurrección y ascensión de Jesús ¿verdad o mito?

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Dentro de la tradición cristiana se tiene la creencia establecida de que Jesucristo murió crucificado, resucitando al tercer día, como obra de un milagro, al ser Jesús el hijo de Dios. Pero si este se investiga, se puede ver que en realidad hay muchas versiones y misterios alrededor de este tema. Acerca de Jesucristo hay un gran debate, incluso de si existió o no, de si su historia es una copia de otros personajes y dioses más antiguos, como Horus, Krishna, Dionisio, Mitra, Attis, etc. También de si el apóstol Pablo inventó o solo alteró la historia de Jesús, dándole una imagen de más amoroso e incluyente. Pero de haber existido, ciertas investigaciones indican que no murió en la cruz, y por lo mismo tampoco resucitó.

Para empezar diremos que Poncio Pilato, el procurador romano de Judea, que tenía que decretar la muerte de Jesús, sentía simpatía por él. Incluso existe una carta de Pilato dirigida a Tiberio César, que data del año 32, en la que le expresa su simpatía por Jesús. Estos son unos extractos de esa carta: “mi secretario me informó que jamás había leído en las obras de los filósofos nada que pudiera compararse con las enseñanzas de Jesús. Me informó que Jesús no era seductor ni agitador. Por ello decidimos protegerle. Era libre de actuar, de hablar y de reunir al pueblo. Esta libertad ilimitada provocaba a los judíos, los indignaba y los irritaba; no a los pobres, sino a los ricos y poderosos”. “Opino que un hombre que sabe transformar el agua en vino, que cura a los enfermos, que resucita a los muertos y apacigua a la mar embravecida, no es culpable de un acto criminal. Y como otros han dicho, debemos admitir que es realmente el hijo de Dios”. El original de esta carta se encuentra en la Biblioteca Vaticana de Roma.

A pesar de esto, Pilato no podía ir en contra de lo que los judíos querían, eliminar a Jesús, así que planeó ajusticiarlo de tal manera que pudiera aparentar haber muerto y sin embargo seguir con vida. En la Biblia encontramos: “Desde este momento Pilato intentó liberarlo; pero los judíos gritaban: Si lo dejas ir, no eres amigo del César; todo aquel que se declara rey se declara en contra del César.” (Juan 19, 12). Por lo mismo se le crucificó en viernes, pocas horas antes de ponerse el sol, a punto de caer la noche del Sabbath, así las mismas leyes judías no permitirían que el cuerpo de Jesús permaneciera en la cruz después del anochecer. Casualmente también, en el momento preciso, aparece un amigo de Pilato, José, quien era discípulo secreto de Jesús, llevándose el cuerpo lejos de los judíos.

Pilato lavándose las manos

JESÚS EN LA CRUZ

Las leyes judías prohibían dejar colgando a un crucificado durante el día sagrado del Sabbath, por lo mismo, sólo permaneció en la cruz por algunas horas. La crucifixión en realidad era una tortura que se prolongaba tres o cuatro días, no era para provocar la muerte inmediata. La muerte venía a causa del hambre y sed o de las inclemencias del tiempo; en ocasiones incluso se bajaba al reo y se le dejaba vivir. A los malhechores que estaban crucificados a los lados de Jesús, les quebraron las piernas al bajarlos para que murieran, cosa que no hicieron con Jesús.

EL SANTO SUDARIO

El Lienzo de Turín es el sudario que envolvía a Jesús después de su crucifixión, y en 1957 Kurt Berna, un autor católico y secretario del Instituto Alemán de investigaciones del Santo Sudario de Stuttgart, publica unos libros titulados “Jesús no murió en la cruz” y “El lienzo”, donde se exponían las revelaciones que demostraban que Jesús no murió en la cruz, causando sensación y polémica. Se cree que es auténtica esta sábana ya que tiene minúsculos granos de polen fosilizado de plantas que existen solo en Palestina, y son de hace veinte siglos. Esto lo afirma el profesor Max Frei, un famoso criminólogo, director del Laboratorio Científico de la Policía de Zurich, licenciado en Biología y Ciencias Naturales, y utiliza un método llamado palinología. Hay indicios de polen de seis plantas de Palestina, una de Constantinopla y hasta ocho mediterraneas. Así que tras las investigaciones se llega a la conclusión de que Jesús fue enterrado vivo, a menos que hubieran colocado a una persona que hubiera sufrido la misma calamidad . Existen 28 manchas de sangre en el sudario que avalan esta teoría, ya que un cadáver no puede sangrar de esta manera. Este sudario mide 1 metro 10 centímetros por 4 metros 36 centímetros, y primero se calculó que Jesús medía 1.62 m, pero después se calculó en 1.87 m. Los estudios serios de este lienzo comenzaron en 1931.

Conclusiones de las investigaciones de Kurt Berna:

  • La cabeza y las manos de Jesús ocupaban un nivel superior al resto del cuerpo, si hubiera estado muerto, no habría podido fluir sangre fresca y dejar huellas en el lienzo.
  • Una vez quitada la corona de espinas las heridas comenzaron a sangrar, de haber estado muerto, la sangre se habría estancado, coagulándose.
  • En el lienzo se nota un hilo de sangre, que viene de la herida ocasionada por el clavo en la mano derecha de Jesús, queriendo decir que al momento de des colgarlo fluyó sangre fresca de esa herida. Esta hemorragia indica claramente  que el corazón estaba activo en ese momento.
  • La herida causada por la lanza de un soldado romano, en el costado derecho de la caja torácica, que salió por la parte alta izquierda del torax, pasó muy por encima del corazón de Jesús, ni siquiera los rozó. Por eso en el evangelio de Juan dice que de esa herida “fluyó sangre y agua”, ya que si fluye sangre de un cuerpo indica que está vivo.

Estas investigaciones pusieron en dificultades a la Iglesia, por lo mismo el Papa Juan XXIII proclamó el 30 de Junio de 1960 que “la salvación completa de la raza humana se efectúa a través de la sangre de Jesucristo, y que su muerte no es esencial para este fin.”

El lienzo de Turín

 DESPUÉS DE LA CRUCIFIXION

El cuerpo de Jesús no fue entregado a sus enemigos, sino a sus amigos, como se lee en Juan 19:38-39): “Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo a los judíos, rogó a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo concedió. Entonces vino y se llevó el cuerpo de Jesús. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y áloe, unas cien libras.” Fue llevado a una tumba de José de Arimatea, que curiosamente no fue rellenada con tierra, como era costumbre, sino que solo fue tapada con una gran roca (obviamente sabía que no estaba muerto, y necesitaba un lugar espacioso para respirar). También se tuvo que apartar la roca para que el pudiera salir, lo que indica que salió de ahí un cuerpo físico, no un ente espiritual que traspasase la roca. En Marco 15: 46-47 y 16:1-7 se lee:

“José (de Arimatea) compró una sábana, bajó el cuerpo, lo envolvió en la sábana, lo depositó en un sepulcro tallado en la roca e hizo rodar una piedra para tapar la puerta del sepulcro. María Magdalena y María, miraban dónde lo ponían. Pasado el sábado, María Magdalena, madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ir a ungirlo. A primeras horas de la mañana del domingo, llegaron al sepulcro a la salida del Sol. Y se decían entre ellas: «¿Quién nos separará la piedra de la puerta del sepulcro?» Miraron, y vieron que habían separado ya la piedra; era realmente muy grande. Entraron entonces en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con un hábito blanco, y se asustaron. Pero él les dijo: «No tengáis miedo. Buscáis a Jesús de Nazareth, el crucificado; ha resucitado, no está aquí; ved el lugar en que le pusieron. Pero id, y decidles a sus discípulos y a Pedro que os precede a Galilea; allá lo veréis tal como os dijo.”

También hay indicios de que Jesús fue curado de sus heridas por Nicodemo, con un ungüento que facilita la circulación de la sangre y cura las heridas, conocido como “el ungüento de Jesús” (Marham-I-Isa), y es nombrado en muchos tratados médicos orientales, como el famoso Canon de Avicena.

¿ASCENSIÓN O HUIDA?

En cuanto a la Ascensión de Jesús al cielo, es realmente muy improbable que haya sucedido, fue una manera de darle un final feliz a la historia, para poder decir que Jesús está con Dios. Este suceso es contado por Lucas al comienzo de los Actos y al final de su evangelio, y es el único que lo relata como un suceso visible a los ojos humanos, poniendo en el segundo relato un intervalo de 40 días, cosa que no hizo en el primer relato. Los demás autores solo mencionan que después de la resurrección logró llegar con el Padre al cielo, y lo dicen como confesión de fe. Este acontecimiento sucedió supuesta mente en la punta más alta del Monte de los Olivos.  Antes del siglo IV no se mencionaba este suceso, ya que no era tan conocido el testimonio lucano. También la fecha de esta supuesta ascensión varía dependiendo el redactor; Lucas y Juan lo colocan el día de Pascua, en cambio para otros sucede después de 18 meses y hasta 12 años. Otros como Justino y Tertuliano colocan su ascensión el mismo día de su resurrección. Por lo mismo, quedan como meras teorías, ya que para algunos ascendió solo su espíritu, y posteriormente para otros, el suceso incluía todo su cuerpo de carne, y esto por la influencia de la inmortalidad de la cultura griega. Se tenía que justificar su entrada completa al cielo con todo y su cuerpo físico, si solo hubiera sido espiritual el suceso ¿dónde estaría la tumba de su cuerpo?. También las leyendas de otros dioses paganos hablan de una ascensión, como Hércules y Mitra, pero generalmente son relatos simbólicos y no literales. En realidad este hecho no tiene un sustento histórico, nadie puede afirmar que fuera real.

De acuerdo a todo esto, si no hubo muerte no hubo resurrección y por lo tanto tampoco ascensión. En realidad Jesús debía huir de Palestina, por lo que emprendió su marcha hacia el Este para cumplir su verdadero objetivo, buscar y salvar a las tribus perdidas de Israel, por lo que Jesús radicó en Cachemira.

Tumba de Jesús en el Rozabal, en Srinagar, Cachemira

Para finalizar, la Epistola a los Corintios de San Pablo (15: 14-15): “Y si Cristo no hubiese resucitado, nuestra predicación no tendría objeto, ni lo tendría tampoco vuestra fe; y hasta resultaría que nosotros somos falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio en contra de Dios diciendo que ha resucitado a Cristo, cuando, de hecho, no lo habría resucitado.”

Un saludo…Alejandro Zack

Fuentes:

-Jesús vivió y murió en Cachemira: Andreas Faber-Kaiser

-Jesús no murió en la cruz: Kurt Berna

 

Fuente: Gran Misterio

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