Hay determinados momentos en la vida en los cuales parece imposible seguir adelante. En esos momentos es como si nuestras reservas de energía y esperanzas se hubiesen agotado, entonces el más mínimo paso nos parece una tarea titánica. Sin embargo, antes de tirar la toalla definitivamente, puedes hacer un último esfuerzo poniendo en práctica la regla del 40%.
El muro de los 30 kilómetros nos enseña el valor de la resistencia psicológica
Quienes hayan corrido alguna vez una maratón, deben conocer “el muro de los 30 kilómetros”. De hecho, la mayoría de los corredores se detienen en este punto en su primer maratón y son incapaces de ir más allá.
Lo curioso es que todo iba bien durante la carrera, pero de repente al corredor le sobreviene un enorme cansancio. En este punto las piernas no responden, sienten que su cuerpo pesa unos kilos más y la mente les dice basta.
Este fenómeno está provocado porque nuestro cuerpo tiene una reserva calórica de glucógeno que se termina aproximadamente a los 30 kilómetros de la carrera. Entonces entra en juego el entrenamiento psicológico, el poder de la mente.
De hecho, el muro de los 30 kilómetros no es un fenómeno meramente físico. También se ha apreciado que cuando el corredor comienza a notar la fatiga muscular y piensa que no podrá terminar la carrera, experimenta una enorme frustración, la cual disminuye los niveles de dopamina. Entonces sí resulta imposible terminar.
Sin embargo, cuando el corredor logra sobrepasar esa barrera, tiene grandes probabilidades de terminar la maratón. En la vida cotidiana también llegamos a ciertos puntos en los cuales nos parece que tenemos ante nosotros una barrera infranqueable, nos parece que nos han abandonado las fuerzas y que no podremos seguir adelante. Sin embargo, se trata tan solo de una barrera psicológica.
La regla del 40%
Newt Gingrich, un político estadounidense, dijo que “la perseverancia es el trabajo duro que haces después del trabajo duro que ya has hecho”. Se trata de una frase genial porque captura la verdadera esencia de la perseverancia y la determinación.
En este sentido, resulta interesante la regla del 40% que siguen los NAVY Seal, quienes son famosos por su exigente entrenamiento físico que a menudo los lleva al límite de sus fuerzas. Según estos, las personas somos capaces de soportar mucho más de lo que pensamos y llegar más lejos de lo que nos proponemos. Según estos soldados, cuando nuestra mente nos dice “basta”, en realidad solo hemos logrado un 40% de lo que somos capaces. Por tanto, cuando estamos a punto de tirar la toalla, aún podemos recorrer y esforzarnos un 60% más.
Por supuesto, no se trata de tomar al pie de la letra ese porcentaje, sino tan solo de tener en mente que en muchas ocasiones de nuestra vida, cuando estamos a punto de abandonarlo todo, no se trata realmente de falta de energía sino tan solo de un bloqueo mental.
La regla del 40% es una herramienta muy sencilla que nos ayuda a revalorar nuestros límites y nos permite cambiar la perspectiva, nos enseña que si queremos realmente superar nuestros límites, tenemos que dar un paso más para demostrarle a nuestro cerebro que esa barrera es solo un fruto de nuestra imaginación.
¿Cómo aplicar esta regla?
El principal problema, cuando creamos una barrera psicológica, es que las frases positivas no son muy eficaces. De hecho, a veces pueden ser contraproducentes y terminan agobiándonos o frustrándonos aún más. Cuando sufrimos un bloqueo emocional, es difícil salir de esta con la racionalidad. Por eso, teniendo en mente que aún no hemos alcanzado todo nuestro potencial, solo tenemos que asegurarnos de ir paso a paso.
Si damos un paso a la vez, no nos asustaremos sino que nos daremos tiempo para recuperar el autocontrol. De hecho, el secreto radica en que no debemos centrarnos en la meta final, no debemos recordar cuántos kilómetros de la maratón nos faltan por recorrer sino que tan solo debemos pensar en los próximos pasos. De esta forma, poco a poco, iremos superando la barrera que nosotros mismos hemos creado.