(Worms)
Una de las hortalizas de mayor consumo y presencia en las mesas familiares es sin duda la zanahoria. Dentro del reino vegetal, esta se caracteriza por sus importantes cualidades, por ello desde hace muchos años se la utiliza en la medicina y también como bálsamo de belleza.
Las zanahorias son ricas en betacarotenos, minerales, fibra, vitaminas y otros nutrientes importantes. Sus compuestos antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres que dañan las células protegiendo al organismo de enfermedades degenerativas y envejecimiento prematuro.
Para aprovechar sus excelentes cualidades alimenticias, estas hortalizas se pueden sembrar todo el año y crecen velozmente y sin dificultad, de modo que puede cultivarlas en el huerto urbano o en su terraza –a solo metros de su cocina- sin necesidad de recurrir al mercado para obtenerlas.
Para tener su propio cultivo de zanahorias orgánicas, no necesita tener una gran huerta, sino que si cuenta con espacio reducido, puede sembrarlas en macetas.
Esta faena no es complicada pero -como todo cultivo en macetas- necesita mucha atención, cuidados y nutrientes, más que nada porque crece en un lugar reducido.
¡Manos a la obra!
Paso 1 – Preparar la maceta
La maceta o contenedor debe tener unos 45 cm., ya que una zanahoria promedio tiene 20 cm. Las zanahorias tienen preferencia por los sustratos ricos, frescos y ligeros, aunque pueden crecer en todo tipo de suelos, excepto el arcilloso, que le resulta demasiado pesado y húmedo. Si busca un sustrato en un vivero, asegúrese que sea de buena calidad y que sea totalmente orgánico.
Paso 2 – Sembrar
Las semillas son diminutas, de modo que es conveniente mezclarlas con un poquito de arena para poder ver dónde y cuánto se siembra. Debe hacerse cada diez centímetros, a lo largo de hileras de uno a dos centímetros de profundidad, separadas 30-40 centímetros. En 10 o 15 días ya comenzarán a asomarse las primeras plantitas.
Paso 3 – Regar
La tierra no debe estar seca, pero tampoco es bueno el exceso de humedad, siempre es mejor utilizar una regadera para poder dosificar el líquido.
Paso 4 – Entresacar o clarear zanahorias
Mediante este proceso (clareo) se eliminan algunos de los brotes sembrados –los más débiles- dejando así el espacio suficiente a las plantas y a las raíces para que puedan crecer y desarrollarse con total libertad. Esto es importante, ya que de esto depende el tamaño de la futura zanahoria.
Otra recomendación es que hay que ser muy cuidadoso con las raíces de las plantas, no tirar los brotes con mucha fuerza y siempre hacerlo de a poco. Por otra parte si a los brotes que recoge, los quiere volver a plantar debe preocuparse de que al momento en que las raíces toquen el aire no haga mucho frío y no les llegue el sol directo.
Paso 5 – Cosechar
Es recomendable extraer las zanahorias de la tierra cuando apenas hayan alcanzado el tamaño deseado (se pueden consumir muy tiernas, cuando aún son pequeñitas). No hay que dejarlas madurar del todo ya que pierden calidad.
3 increíbles y sencillos usos de las zanahorias
Licuado de zanahorias:
Es una muy sencilla y nutritiva receta para hacer este sabroso licuado. Solo tiene que raspar 4 zanahorias crudas, lavarlas, secarlas y rallarlas. Luego se licúan junto a 3 cucharadas de miel y un litro de leche o yogurt (para esto es aconsejable usar una batidora manual). ¡Y listo! Si lo desea para darle más frío -en una época de calor- puede agregarle hielo triturado.
Bolitas de zanahoria:
Es un rico postre y muy fácil de lograr. Solo tiene que pelar 300 gramos de zanahoria y cocinarla. Cuando estén tiernas las escurrimos con un tenedor, y dejamos que se enfríen. Luego coloque las zanahorias escurridas en un bol y macháquelas con ayuda de un tenedor y añada 300 gramos de azúcar y 250 gramos de coco rallado, obteniendo una masa.
Luego rebóselas con coco rallado formando bolitas con las manos y colóquelas en moldes de magdalenas. Para servir frío consérvelas en la heladera.
Jabón de zanahorias:
Esta es una excelente alternativa natural –libre de químicos- para cuidar su piel y aprovechar las propiedades de la zanahoria.
Para fabricar su propio jabón casero, es recomendable utilizar guantes, estar en un espacio adecuado para manipular los ingredientes y emplear utensilios de madera.
- Hierva 100 gramos de zanahoria en un recipiente con agua y cuando estén blandas, conviértalas en un puré con la ayuda de un tenedor.
- En un recipiente aparte, vierta el puré de zanahoria y 200 ml de agua de cocción de las zanahorias.
- Agregue 110 gramos de soda cáustica con mucho cuidado y, mientras lo hace, remueva la mezcla con una cuchara de madera. Deje reposar esta mezcla por varios minutos.
- A continuación, proceda a incorporar en la mezcla aceite de coco, aceite de oliva, miel (una cucharada de cada una) y las gotas de aceite esencial de zanahoria.
- Remueva todo con la cuchara de madera y observe cómo comienza a aumentar la consistencia.
- Coloque la mezcla en moldes de silicona para darle forma a sus jabones y déjelo endurecer mínimo dos días antes de utilizarlo.
Este jabón natural se puede utilizar para limpiar el rostro todos los días, o convertirlo en el remplazo del jabón corporal.Para conservarlo mejor, evite dejarlo en una zona húmeda y procure guardarlo en un recipiente hermético o jabonera después de utilizarlo.
Valorar y cultivar esta hortaliza por nosotros mismos, hará que cada vez nos independicemos más de los alimentos industrializados…
Una vez más, advertimos que la naturaleza nos provee de todo lo necesario y que los químicos –presentes en todas las industrias- son un agregado que paulatinamente ha deteriorado nuestra salud y la del medio ambiente.
La zanahoria es un “regalo” más que nos provee la Madre Naturaleza. Valorar y cultivar esta hortaliza por nosotros mismos, hará que cada vez nos independicemos más de los alimentos industrializados o manipulados por la mano del hombre y retornemos a la tradición de nuestros antepasados.
La Gran Época