El buscador de ‘ofensores sexuales’ del Estado de Nueva York ya está en Facebook

La División de Servicios de Justicia Criminal del Estado de Nueva York ha lanzado una aplicación de localización de ofensores sexuales a través de Facebook. Así los usuarios de la red social pueden obtener información sobre todo tipo de “ofensores sexuales” de medio y alto riesgo que viven cerca de su casa.

La búsqueda puede hacerse, en el caso de no conocer el nombre del ofensor, por el código postal o por el condado. Poco después se obtiene un listado de todos los “ofensores sexuales” que viven por allí. Por ahora la ley vigente no permite ofrecer los datos de los ofensores sexuales de Nivel 1 (poco riesgo) o de los que están pendientes de calificación.

Pero se ofrece a los interesados un número de teléfono desde el que serán informados con más detalle sobre la presencia de sospechosos (sin calificar o de poco riesgo) en el vecindario.

Puede llamarnos al 1-800-262-3257 y le indicaremos si ese individuo aparece como un ofensor sexual en el registro de Nueva York.

Sin inmutarse aclaran desde la División de Servicios de Justicia Criminal del Estado de Nueva York (DCJS) que si bien se esfuerzan por asegurar que la información que ofrecen es la correcta, no pueden garantizar la exactitud de los datos ya que la información que se incluye en el “subdirectorio” es reportada a la DCJS por diversas fuentes. Pero hacen un llamamiento a los usuarios de Facebook para compartir la aplicación desde sus propias páginas y animar a sus amigos a hacer lo mismo.

New York, New York.

Vía | NY Sex Offender Locator (Facebook)

http://www.nacionred.com/derechos-y-libertades/el-buscador-de-ofensores-sexuales-del-estado-de-nueva-york-ya-esta-en-facebook

Un comentario en “El buscador de ‘ofensores sexuales’ del Estado de Nueva York ya está en Facebook

  1. ¡Pues eso, que qué buenos que son «ellos», que nos dan las «herramientas» para defendernos de los agresores de toda especie!
    Está bien que esto pertenezca al mundo del face-book, ya que de qué sirve denunciar y poner caretos dentro de ese círculo llamado face-book. A lo mejor sí sirve de algo, pero cuidado, esta herramienta también es de lo más peligroso! Si no al tanto y alertar porque cada «herramienta» que nos dan para nuestro «uso y defensa» puede ser a la vez usada en mala forma y manera y no sólo se gira contra los agresores, sino contra quienes pueden no serlo, ya que tales herramientas están siendo usadas alegre y vivamente dentro de la sociedad… si no que se lo pregunten a algunas (o muchas) mujeres, quienes no sólo no han sido agredidas sino que manifiestan haberlo sigo ante jueces (para humillar, sacar pasta, etc.), esto también lo usan los gobiernos y estados para deshacerse directamente de ciertos individuos, los cuales ya no les interesan.
    ¡Cuidado pues con estas armas que son de más de un filo y que muchas veces no ayudan sino que degradan a la sociedad (lo poco que pueda quedar honesta de ella)! Quizás sea el principio, otra vez, de sacar listas negras. En esto los estados de la parte norte de América saben mucho… muchísimo… basta sacar listas negras que todo el mundo se lanza a ellas como pirañas… y hasta son capaces, otra vez de montar patrullas de vigilantes que, con legal arma en mano, patrullen por las calles en «defensa de los ¿ciuadanos?».

    La verdad es que, tanto por la red, en general, como por ahí (escondidos o no) hay tantas sabandijas que si las buscamos, basta conque demos un leve puntapié que van a salir como piñas y nos van a dar en todos los ojos de mirar como un alpargatazo. De verdad que esta escuela mal llamada «social» es el saco de la porquería mayor que la humanidad ha inventado y hasta el cual hemos aterrizado como si nada… en el nombre del progreso de unos tiempos y de unos «siglos»… ¡Dios mío si en «pleno siglo… todavía se sigue cometiendo esto, eso o aquéllo»! Pues sí, así es, y es que este «modelo» social más que social es algo amorfo y totalmente opuesto a la auténtica Realidad que nos han negado. Esa Realidad a la que aspiro que cada día seamos más y más y que por fin, dejemos, como en un apocalipsis, toda la porquería donde debe estar: en el cubo de la nada.

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