Así lo demuestran nuevos estudios, que dicen que en algunas personas es posible lograrlo y que ni siquiera es demasiado difícil. Un experimento que duró ocho semanas demostró, en la mayoría de los pacientes, desaparición
de síntomas.
A medida que cada vez más personas de la clase media consumen más azúcar, carne, gaseosas y otros alimentos procesados, el número de personas que sufren de diabetes tipo 2 derivada de la obesidad se ha cuadruplicado en los últimos 40 años. Hoy son 400 millones de personas que la sufren en todo el planeta.
La enfermedad, que consiste en una incapacidad del cuerpo para procesar adecuadamente la insulina, ha sido considerada crónica e incurable, una condición que empeora con la edad. De modo que todos los esfuerzos se concentran en la prevención.
Pero nuevas investigaciones sugieren que, para algunas personas ya diagnosticadas con diabetes, seguir una dieta extrema podría revertirla. Investigadores de la Universidad de Newcastle crearon un plan extremo par un pequeño grupo de prueba de 30 pacientes con diabetes tipo 2. Durante 9 semanas, los pacientes hicieron una dieta líquida de tomar tres batidos con leche al día y unos 200 gramos de vegetales sin almidón. Todo totalizaba 700 calorías diarias.
Al final del régimen, la pérdida promedio de peso entre los participantes fue de unos 14 kg. Y en muchos de ellos, la diabetes había desaparecido. Casi la mitad de los participantes no mostró síntomas de diabetes durante casi seis meses después de volver a comer normalmente. Los resultados del estudio fueron publicados en Diabetes Care.
Hay que aclarar que la mayoría de los que experimentaron reversión de síntomas habían tenido diabetes durante menos de cuatro años. También estaban, en general, en mejor estado de salud que los que no experimentaron reversión de síntomas mientras estaban en la dieta extrema.
Todavía no se entiende muy bien por qué es posible esta reversión. Una de las hipótesis es que, luego de la pérdida de peso, la remoción del exceso de grasa del hígado y el páncreas puede disparar las células que producen insulina para normalizar los niveles de azúcar.
La dieta es dura de hacer, pero no imposible. Para los que no pueden seguirla durante mucho tiempo, los expertos sugieren que incluso una reversión temporaria de síntomas puede ser beneficiosa, reducir los riesgos de diabetes, las complicaciones asociadas como daño en el riñón, pérdida de visión, ataques cardíacos y ACV.
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El cuerpo humano tiene plasticidad, bastante amplia y eficaz por cierto.
Recientemente se estudia la plasticidad cerebral, o neuroplasticidad, que permite la adaptación de las neuronas a los cambios. Pero esta cualidad no es exclusiva del cerebro ni las neuronas. Los órganos y las células también la poseen y, por ello, son capaces de modificarse adaptativamente según cambian las circunstancias de su entorno.
No es sorprendente, por tanto, el resultado de éste estudio; y menos aún tratándose de algo como la diabetes tipo 2 que es un padecimiento mayormente provocado por la alimentación y condiciones de vida inadecuadas.
El cuerpo humano es un organismo vivo. Parece una obviedad pero a menudo olvidamos lo que ello significa. No es un organismo estático, completado e inmutable; al contrario es algo dinámico, interactivo con las condiciones, y en constante desarrollo y cambio.
Siempre se puede mejorar, y el cuerpo posee los mecanismos y la disposición para llevarlo a cabo. Nuestro cuerpo es aún más maravilloso, y potente, de lo que imaginamos.
Si José, así es: siempre se puede mejorar. . . y el cuerpo sigue a la mente. (Y no al revés.)