Vilfredo Pareto fue un sociólogo y economista italiano del siglo pasado (murió en 1923) que enumeró una curiosa regla la cual hoy en día parece que ha resurgido con fuerza en los análisis de numerosas disciplinas y sectores de nuestra sociedad.
Pareto observó que la gente en su entorno se dividía naturalmente entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco», dividiéndose en dos grupos de proporciones aproximadas de 80:20 tales que el grupo minoritario, formado por un 20% de población, ostentaba el 80% de algo y el grupo mayoritario, formado por un 80% de población, el 20% de algo.
Regla en todos los ámbitos
Esta regla del 80/20 parece tener aplicación en prácticamente todos los campos en los que la pongamos a prueba y ha sido estudiada y demostrada numerosas veces por estadistas. Así, en nuestro trabajo por ejemplo, realizamos el 80% de nuestras tareas en el 20% de nuestro tiempo, y tardamos el 80% del tiempo restante en hacer solo el 20% de lo que nos queda por hacer (de 8 horas de trabajo, realizamos la mayoría de nuestras tareas en solo 1,6 horas).
Lo mismo aplica a las ventas, el 80% de nuestros ingresos proviene del 20% de nuestros clientes. A nivel económico, se ha estimado que la regla es aun mucho mas estricta, el 10% de la población posee el 90% de las riquezas del mundo, y el 10% de las riquezas restantes se reparten entre el 90% de la población. ¿Interesante, no? ¿En qué lado de la ecuación estamos nosotros?
Usando a Pareto en nuestro desarrollo personal
La regla de Pareto tiene aplicaciones en todos los campos, pero a nosotros nos interesa el desarrollo personal y espiritual. ¿Cuántos programas, libros, meditaciones guiadas, cursos de diferentes ámbitos, etc. seguimos a la vez? ¿Cuáles de ellos tienen más repercusión en nosotros y cuáles están quitándonos el tiempo y proporcionando pocos resultados? ¿En qué podemos poner nuestras energías para que el 80% de los resultados nos venga solo del 20% del esfuerzo que hacemos?
Personalmente siempre trato de que tanto a nivel personal como profesional, mantener un equilibrio en mi vida para conseguir, por ejemplo:
-Trabajar ese 20% del tiempo que somos productivos para llegar al 80% de los resultados que se espera de nosotros. Por ello una de las razones de trabajar libremente en casa o fuera de un horario 9-18hs es que puedes buscar qué par de horas del día te van mejor para ser hiper-productivo y conseguir los mismos resultados que si estuvieras 7 horas sentado en la oficina. Esto se puede aplicar a cualquier ámbito profesional si se estudia con cuidado y se hacen algunos cambios en tu rutina laboral actual.
-Eliminar tareas, acciones, obligaciones, etc. que estén fuera de ese 20% que genera la mayoría de cosas que solo nos quitan tiempo sin beneficios ni resultados óptimos.
-Ejecutar aquellas acciones que proporcionan el 80% de los resultados que esperamos, es decir, ir a lo grande, en vez de sumar poco a poco, focalizarnos en aquello que nos proporciona de inmediato el mayor número de resultados deseados. algo que se puede extrapolar a cualquiera de las actividades que realizamos.
-Optimizar nuestra vida, nuestras energías y nuestro tiempo.
Con este principio en nuestra mente, y con sólo un poco de esfuerzo y análisis, podemos llegar a quitarnos de encima todo aquello que no es parte de ese 20% de actividad que nos genera el 80% de los resultados. El cambio puede ser espectacular, pues de repente puedes ver liberado una gran cantidad de tiempo que puedes usar para cualquier actividad por puro placer y diversión, o para descansar o para lo que quieras. Sobre todo, para conseguir algo más de paz mental al haber reducido el nivel de estrés que puede generar el tener tantas cosas que queremos hacer a la vez, sin que éstas proporcionen los resultados óptimos que esperamos de ellas.
Optimizando nuestra vida, buscando nuestro propósito. . .
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