La vida es un cambio continuo, por lo que debemos aprender a adaptarnos a las diferentes situaciones y crecer con las adversidades, con la convicción de que el sufrimiento pasará
La vida nos trae retos, experiencias imprevistas y muchos desafíos. La mayoría de estas cosas las afrontamos con esa energía vital que se enciende en nosotros casi de forma instintiva para sobrevivir y, a la vez, aprender del propio proceso.
Ahora bien, lo que ya no es tan fácil es superar lo que se va. Aquello que antes nos definía, que nos hacía felices e identificaba no siempre se mantiene, porque la vida trae cambios y, en ocasiones, se lleva lo que tanto queremos.
Tal vez también a ti te ocurra lo mismo: eres fuerte afrontando todo lo que te trae el día a día, tanto si es bueno como si es malo.
in embargo, pero hay veces en las que nuestras fortalezas se desintegran cuando hay que asumir que nada permanece, que no somos más que breves pasajeros en un mundo cambiante.
Lo que se va y que nunca volverá
Algo que nadie nos explica cuando llegamos a este mundo es que lo que tenemos y nos hace felices no siempre perdura. Las personas se van, nos abandonan, se despiden, las situaciones que tanto bienestar nos aportan en ocasiones se acaban.
La vida es un continuo fluir, un cambio constante integrado en unos engranajes que nunca se detienen. Y esto es algo que vamos aprendiendo con el tiempo: al cambiar de amigos, de ciudad, de trabajos, e incluso viendo esos cambios que se suceden en nuestro propio cuerpo y que trae la madurez.
Lo que viene lo asumes con integridad, pero lo que se va te obliga a desarrollar otras estrategias de afrontamiento que vale la pena recordar y tener en cuenta.
Crecerás con cada cambio, porque decir adiós también es crecer
Tenemos claro que, en ocasiones, decir adiós implica tener que despedirnos de un ser querido. Y pocos dolores son tan intensos. Ahora bien, hay que entender que la vida no es fácil y que no por ello vamos a rendirnos.
- Entiende que toda pérdida personal te va a obligar a desplegar esa importante dimensión llamada resiliencia. Sufrirás pero, a su vez, en tu interior dispondrás de más fuerza de la que piensas para poder hacer frente a estas situaciones.
- Lo que se va deja un vacío en el corazón pero, al fin y al cabo, es experiencia vital.Estarás creciendo como persona al asumir, aceptar y afrontar esos retos.
Entiende que el sufrimiento no será eterno
Asume que el dolor emocional no va a durar siempre. Aunque ahora mismo te sientas desbordado y casi inmovilizado, ten por seguro que día a día ese dolor intenso disminuirá.
- Nunca olvidarás, de eso hay que estar seguros. Siempre recordaremos a esa persona o esas situaciones que nos dieron tanta felicidad. Ahora bien, llegará un momento en que el recuerdo ya no irá de la mano del dolor, y podrás respirar en paz.
- Por ello, centra tus recuerdos en los mejores momentos, no en los días de sufrimiento. De lo contrario, quedarás encallado y no avanzarás en tu sanación personal, en tu duelo.
- Si te rindes, si te dejas llevar por el sufrimiento y el dolor día tras día, serás víctima del pasado. Si lo que has sufrido es una pérdida personal, si alguien cercano ha fallecido, estamos seguros de que esa persona no desearía verte mal.
Sé feliz por la gente que te amaba, por quien aún amas.
Construye nuevas ilusiones cotidianas
Las dificultades que nos trae la vida las afrontamos con motivación, con seguridad y una alta autoestima. Confiamos en nosotros mismos. Así pues… ¿Por qué no utilizar las mismas estrategias ante aquello que se va?
- Cuando llegan momentos difíciles a tu vida intenta ser optimista y decirte a ti mismo que con ilusión todo es posible.
- Lo que se va puede asumirse de la misma forma. Atiende tu autoestima, recuerda que a pesar de lo sucedido tú sigues mereciendo ser feliz y, por ello, nada mejor que crear nuevos intereses, nuevas ilusiones.
- En tu corazón siempre habitará el recuerdo de lo que antes te hizo feliz, pero ahora toca respirar y seguir avanzando. La vida merecerse vivirse de nuevo con optimismo.
No te conviertas en víctima de quienes te han dejado: sé valiente
Hay quien no logra superar el que alguien lo abandonara, lo dejara. Se niega a reconstruir su vida porque sigue anclado en ese pasado, en esa persona. Sin querer, se convierte en víctima de quien lo dejó atrás.
No lo permitas, no te dejes vencer por estos sentimientos. Si no te aman, no mendigues cariño, no mendigues amor. Eres mucho más que todo esto: eres una persona completa que merece lo mejor y que debe reconstruir su vida de nuevo.
Conoce gente nueva, emprende otros proyectos, da sentido a tu vida recordando lo importante que eres. Tu actitud es lo más importante, no lo olvides.
fuente/mejorconsalud.com