Varios miembros de una asamblea local (“jirga”) han sido detenidos por intentar forzar, siguiendo los principios de la Sharía, el matrimonio entre un niño de ocho años con una niña de cuatro.

Farida e Imbad se fugaron hace tres meses de la aldea donde residían para casarse en un juzgado. Al conocer la noticia Sachal (padre de la novia) denunció a Imbad por el secuestro de su hija, al tiempo que amenazaba a Gulbahar (padre del novio) con los rigores de su venganza.

Gulbahar y toda su parentela, percibiendo un ambiente enrarecido, huyeron de la aldea; sin embargo, Sachal logró encontrar al fugado al que envió unos emisarios con un mensaje contundente: “ Debes aceptar que la jirga resuelva el problema; en caso contrario, atente a las consecuencias”. Finalmente, Gulbahar, aceptó someterse al arbitraje propuesto.

La jirga, presidida por dos venerables ancianos , dictaminó tras escuchar los alegatos de ambas partes que Farida e Imbad eran adúlteros; que Gulbahar debía abonar una indemnización por daños y perjuicios a  Sachal de 300.000 rupias; y que la hija de cuatro años de edad de Gulbahar debía casarse con el hijo menor de Sachal.

Gulbahar, después de escuchar el dictamen, afirmó que estaba dispuesto al pago de las 300.000 rupias, pero que en modo alguno aceptaba casar a su hija con un niño de ocho años. La respuesta de Gulbahar provocó la ira de los jurisprudentes agarenos, quienes le amenazaron y advirtieron de las serias consecuencias  que podrían derivarse de su desacato.

Por su parte, Imdad ha declarado que después de contraer matrimonio con Farida, Sachal le robó dos vacas y dos cabras… El joven, que actualmente vive con su esposa en lugar desconocido por razones de seguridad, ha manifestado que su padre (Gulbahar) ha desaparecido, por lo que sospecha que Sachal podría haberlo asesinado.

Pero ¿Cuál habría sido el destino de la niña de haber aceptado su padre la tradición? ¿cómo habría sido su vida en el seno de la otra familia bajo la tutela de Sachal? Tal vez, en una sociedad tan envilecida como la paquistaní, habría terminado corriendo la triste suerte de Lateenfan Bibi, que fue quemada viva por su marido y familia política a causa de  una cuestión dineraria el pasado 16 de octubre.

El padre de Lateenfan Bibi se había comprometido a entregar a su yerno , Shabbir,  la cantidad mensual de 400.000 rupias como resultado de un acuerdo entre ambas familias que resolvía un viejo litigio. Sin embargo, al no ser abonada la mensualidad correspondiente al mes de octubre Shabbir, su padre y tres de sus hermanos rociaron con petróleo a Lateenfan Bibi y le prendieron fuego.

Según testigos presenciales, los gritos de Lateenfan Bibi atrajeron la atención de un numeroso público, que lejos de prestar auxilio se limitó  a observar entre risas el dantesco espectáculo. Lateefan Bibi, con el 90% de su cuerpo quemado, murió a las pocas horas en un hospital. El suceso tuvo lugar en la provincia paquistaní del Punjab.

Ambas noticias, que no dejan de ser complementarias, fueron publicadas el 16 de octubre por el digital paquistaní The Express Tribune,que  medio viene denunciando los casos de pedofilia perpetrados en Pakistán y que son abalados por la tradición islámica.

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