En este, así como en una serie de otros artículos, tocaremos un tema muy serio que ha sido fuente de largas discusiones y muchas preguntas. Este tema se refiere a lo que sucede después de la muerte y será planteado desde el punto de vista de la Biblia, el cual honestamente creemos, siendo lo que Dios ha dicho, es la única fuente que puede darnos información confiable.
1. Muerte: Dios no nos quiere ignorantes
Empezando la investigación de nuestro tema, iremos a 1 de Tesalonicenses 4:13 donde leemos:
1 de Tesalonicenses 4:13
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.”
Como es obvio en el pasaje anterior, Dios no nos quiere ignorantes sobre aquellos “que duermen” esto es, los muertos. Más bien, nos quiere informados, lo cual a su vez significa que Él también ha proveído toda la información que es necesaria para la eliminación de toda ignorancia y malos entendidos. Lo único que se necesita de nuestra parte para recibir esa información es simplemente continuar leyendo en el mismo pasaje, los versos 13 al 18 en el mismo capítulo que dicen:
1 de Tesalonicenses 4:13-18
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
Como se puede ver, este pasaje se refiere a los “muertos en Cristo” o aquellos que “duermen en Jesús”, esto es aquellos que murieron creyendo en el Señor Jesucristo. Aunque esos son solo una categoría del total de los muertos, las conclusiones que se arrojan del pasaje anterior en cuanto al estado de la muerte tienen aplicación general1.
Continuando ahora con lo que el pasaje anterior nos dice, esto es, con la información que Dios nos dio, para eliminar nuestra ignorancia y malentendido sobre los muertos, podemos ver que no se hace ninguna referencia a una supuesta vida inmediatamente después de la muerte. Más bien, lo que este pasaje claramente señala es la resurrección como la ÚNICA salida del estado de muerte y la única manera de volver a entrar en vida. De acuerdo al pasaje anterior, los muertos en Cristo resucitarán el día de la venida del Señor, mientras que los cristianos vivos seremos arrebatados con ellos en el cielo para encontrarnos con el Señor en el aire. “ASÍ ESTAREMOS (todos los cristianos muertos y vivos) ESTAREMOS SIEMPRE CON EL SEÑOR”, lo cual a su vez significa que puesto que ESTAREMOS (tiempo futuro) con el Señor, ningún muerto está con el Señor ahora, ni tampoco si morimos estaremos inmediatamente con el Señor. Más bien, estaremos con Él a su venida.
Aparte del pasaje anterior de 1 de Tesalonicenses 4:13-18 que nos fue dado para que estemos totalmente consientes sobre los muertos en Cristo, la Palabra de Dios contiene más pasajes que corroboran lo que 1 de Tesalonicenses 4:13-18 dice. Uno de esos es 1 de Corintios 15:20-24, donde empezando de los versos 20-22 leemos:
1 de Corintios 15:20-22
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo TODOS SERÁN vivificados.”
Quedan dos cosas claras de este pasaje. La primera es que TODOS serán vivificados, aunque, como el verso 23 que sigue nos dice, “pero cada uno en su debido orden” esto es, no todos simultáneamente. Aparte de eso, algo más que el pasaje anterior también pone en claro es que los muertos SERÁN vivificados, lo cual a su vez significa que NO ESTÁN vivos ahora, y por lo cual la doctrina que enseña lo contrario, esto es, que ahora están vivos, no puede ser correcta. Ahora, cuándo los muertos serán vivificados es algo que se responde en los versos 23 y 24 del mismo capítulo, donde leemos:
1 de Corintios 15:23-24
“Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.”
El primero – y el único hasta ahora – que ha sido resucitado de los muertos es Cristo. Sin embargo, su resurrección no será única por siempre, porque en el futuro será seguida: en primer lugar, por la resurrección de aquellos que son de Cristo, esto es, aquellos que murieron creyendo en el Señor Jesucristo y luego, por la resurrección de los restantes. El tiempo en que sucederá la primera de estas resurrecciones, esto es, la resurrección de aquellos que son de Cristo, está definida en el tiempo de la venida de Cristo, la cual es lo que 1 de Tesalonicenses 4 también nos dijo. De eso se puede concluir, que de acuerdo al tiempo del pasaje anterior, los muertos en Cristo serán los primeros en ser vivificados y puesto que el día en que eso sucederá será el día de la venida de Cristo, la cual es aún futura, aparte del Señor Jesús, NO hay muertos que ahora estén vivos. Más bien, todos SERÁN vivificados en el futuro, y cada uno en su debido orden.
2. ¿“Con qué cuerpo vendrán los muertos”?
La Biblia no solo nos dice que aquellos que murieron creyendo en Cristo serán resucitados el día de su venida, sino que también nos dice con qué cuerpo serán resucitados. Empezando del 1 de Corintios 15:35-41 leemos:
1 de Corintios 15:35-41
“Tal vez alguien pregunte: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán? ¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera. No plantas el cuerpo que luego ha de nacer sino que siembras una simple semilla de trigo o de otro grano. Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada clase de semilla le da un cuerpo propio. No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.” NVI
La razón por la cual Pablo hace referencia a la semilla que crece y se convierte en algo diferente, una planta, y a las diferencias entre los cuerpos y “carnes” etc. se demuestra al principio del pasaje, donde se nos dice explícitamente que todos esos se mencionaron en referencia a “cómo resucitarán los muertos y con qué clase cuerpo vendrán”, así como en el verso 42 donde leemos:
1 de Corintios 15:42
“Así sucederá también con la resurrección de los muertos…”
La frase “así….también” conecta lo que la precede (los versos 35-41) con lo que le sigue (“la resurrección de los muertos”). En otras palabras, como una semilla, aunque “muere” da toda una planta, así también aunque este cuerpo terrenal morirá otro cuerpo lo sucederá en la resurrección. Y como los cuerpos no todos son iguales, así también los cuerpos resucitados no serán los mismos en cuanto a los cuerpos terrenales. Como los versos 42-45 dicen:
1 de Corintios 14:42-45
“Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual. Así está escrito: El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente; el último Adán, en el Espíritu que da vida.” NVI
En este pasaje, la frase “cuerpo natural” es una traducción de la frase en griego “soma psuchikon”, donde la palabra “psuchikon” es el adjetivo del sustantivo “psuche” que significa “alma”. Así que, “soma psuchikon” significa “alma cuerpo” esto es, un cuerpo cuya vida está basada en un alma2. Este es el cuerpo que ahora tenemos, el cuerpo que “está sembrado” (1 de Corintios 15:44). Sin embargo, este cuerpo es inapropiado para la vida eterna que Dios nos ha prometido. Como 1 de Corintios 15:50 dice:
1 de Corintios 15:50
“Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible.” NVI
Este cuerpo de carne y sangre, siendo corruptible, es incapaz de heredar lo incorruptible, por lo cual tiene que cambiarse. Como los versos 53-55 dicen:
1 de Corintios 15:53-55
“Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria.” NVI
Solo cuando el cuerpo mortal y corruptible que tenemos ahora se revista de inmortalidad y de incorrupción, la muerte habrá sido devorada por la victoria. Porque el cuerpo nuevo – el cuerpo que es resucitado (1 de Corintios 15:44) – que tomará el lugar del presente cuerpo alma corruptible – el cuerpo que está sembrado (1 de Corintios 15:44) – será incorruptible, la muerte ya no tendrá poder sobre el. Ya no será un cuerpo alma, esto es, un cuerpo cuya vida está basada en un alma, sino un cuerpo espiritual, esto es, un cuerpo con las mismas propiedades y habilidades que el cuerpo del Señor Jesucristo, el único que hasta ahora tiene un cuerpo como ese. Como los versos 44-49 de 1 de Corintios 15 dicen:
1 de Corintios 15:44-49
“Si hay un cuerpo natural (soma psuchikon), también hay un cuerpo espiritual (soma pneumatikon). Así está escrito: El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente; el último Adán, en el Espíritu que da vida. No vino primero lo espiritual sino lo natural, y después lo espiritual. El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. Y así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.” NVI
Cualquier hombre que haya pasado por sobre la faz de la tierra, incluidos Adán y Cristo, tienen un cuerpo alma.
Sin embargo, Jesús es el único que fue más allá de eso, porque aunque había muerto, no permaneció muerto como todos los demás, sino que fue resucitado, después de tres días y tres noches, con un cuerpo espiritual incorruptible. Así que, el cuerpo espiritual no es un concepto teórico, sino una realidad, puesto que es el cuerpo que el Señor Jesucristo tiene ahora3. Y como ahora usamos el “uniforme” de Adán, el cuerpo alma – “la imagen de lo terrenal” – así algún día, el día de la venida de Cristo, también usaremos Su “uniforme”, el cuerpo espiritual, – “la imagen de lo celestial”. Cuando sucederá eso es algo que se responde en los versos 51-52 del mismo capítulo de 1 de Corintios, donde leemos:
1 de Corintios 15:51-52
“Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados.”
Y como en 1 de Tesalonicenses 4:15-18 también nos dice:
1 de Tesalonicenses 4:15-18
“Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.”
Entonces, concluyendo lo que hasta ahora hemos visto: Dios no nos quiere ignorantes en cuanto a los que han muerto y por esa razón, Él ha proveído en Su Palabra toda la información relevante para nuestro beneficio. Así que, de acuerdo a esta información, Cristo es el primero y el único, que aunque murió AHORA está vivo, porque Dios lo levantó de los muertos. Como en 1 de Corintios 15:23 característicamente nos dice, Él es las PRIMICIAS, el PRIMERO. Siguiéndolo, los siguientes que recobrarán vida serán aquellos que son de Cristo, esto es, los cristianos muertos, mientras que más tarde los muertos restantes seguirán (1 de Corintios 15:23).
Ahora, en cuanto al tiempo en que los muertos en Cristo recobrarán vida, la Palabra lo define como el tiempo de la venida del Señor. A su vez, eso significa que como la venida del Señor aún es un evento futuro, los muertos de ninguna manera pueden ahora estar vivos. Sino que SERÁN vivificados aquel día. Sin embargo, ese no será el único evento que sucederá ese día, junto con la resurrección de los cristianos muertos, aquellos que estén vivos aquel día serán arrebatados con los muertos en las nubes, para encontrarse con el Señor en el aire (1 de Tesalonicenses 4:17). Y como 1 de Tesalonicenses 4:17 dice: “Y ASÍ NOSOTROS (todos los cristianos) ESTAREMOS SIEMPRE CON EL SEÑOR”.
En cuanto al cuerpo que los muertos tendrán ese día, ese será lo que la Biblia llama “cuerpo espiritual”, esto es, un cuerpo incorruptible e inmortal como el cuerpo que Jesucristo tiene ahora. Ese también será el cuerpo que los cristianos vivos que serán arrebatados en las nubes obtendrán aquel día, sustituyendo al presente cuerpo alma corruptible. De acuerdo a la Palabra, todo eso tomará solo “un abrir y cerrar de ojos” (1 de Corintios 15:52), y puede suceder en cualquier momento, incluso el próximo momento. El tiempo exacto no es algo que Dios haya revelado en Su Palabra y por lo cual nadie lo puede saber (ver 1 de Tesalonicenses 5:1-2, Marcos 13:32, 2 de Pedro 3:4-13).
3. Mas análisis en cuanto a los muertos
A pesar del hecho de que la Palabra de Dios dice muy claramente la verdad sobre los muertos, un vistazo a lo que muchos cristianos creen demuestra una gran diferencia. Para muchos cristianos, cuando uno muere, su alma continúa viva y después de que es juzgada, va al cielo donde está con el Señor y sus amados, teniendo completa conciencia y alabando al Señor felizmente. Por lo cual, de acuerdo a este “punto de vista común” la muerte es en realidad un amigo mediante el cual obtenemos una mejor vida en “el otro lado”. Una comparación de este punto de vista con lo que vimos que Dios reveló para nuestro beneficio, hace obvio su error. Sin embargo, aparte de los pasajes que ya hemos visto hasta ahora, la Palabra contiene aún más que señalan el error del “punto de vista común” y lo hace más que evidente. A continuación, las principales afirmaciones de esta opinión serán examinadas y comparados con la Palabra de Dios4.
3.1 ¿El cielo es el lugar a donde los muertos van después de morir?
Como vimos en la primera parte, el primer grupo de muertos que irá al cielo serán los cristianos resucitados, el día de la venida del Señor. De esto, se puede concluir fácilmente que no hay muertos en el cielo ahora – aparte por supuesto del Cristo resucitado – y nadie va ahí después de su muerte. Entonces, ¿a dónde van los muertos después de morir? La respuesta que la Biblia da es en el “dominio de la tumba”, ya que este es el significado de las palabras “Seol” y “Hades” que la Biblia usa para denotar el lugar de los muertos. Se puede obtener una completa comprensión de las características del “dominio de la tumba” mediante un estudio de estas dos palabras. Para eso, el apéndice 3 contiene una lista completa de sus apariciones en la Biblia.
3.2 ¿Los muertos tienen conciencia y conocimiento?
Otra afirmación de la tradición es que después de la muerte, los muertos continúan vivos, teniendo completo conocimiento y conciencia así como ayudando a los que están vivos. De nuevo, de lo que Dios nos dijo para que ya no seamos ignorantes es obvio que una afirmación así no puede ser correcta. De acuerdo a lo que vimos los muertos no están vivos ahora lo cual a su vez significa que no pueden hacer cosas que pueden ser asignadas y caracterizadas solamente por los vivos. Eclesiastés 9:4-6, 9 verdaderamente no deja espacio a ninguna opinión diferente. Así que ahí leemos:
Eclesiastés 9:4-6, 9
“Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”
Como es obvio en el pasaje anterior, los muertos no están consientes, y “nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” esto es, en nada de lo que se hace en la vida. Eso no solo refuta la afirmación de la conciencia y conocimiento después de la muerte sino que también refuta la afirmación de muchas denominaciones que “santos” hombres muertos aparecieron a otros “santos” hombres y les hablaron, y tales personas, como María, escuchan y responden oraciones. Como vimos, de acuerdo a la Biblia, excepto el Cristo resucitado, no hay hombre que haya muerto y que ahora este vivo. Así que no hay muerto que se pueda aparecer a algún vivo o escuchar o responder oraciones, porque estando muerto, no tiene conciencia y no puede “tener parte en todo lo que se hace debajo del sol.”
3.3 ¿Los muertos alaban al Señor?
Otra afirmación de la tradición en cuanto a los muertos, es que cuando uno muere va al cielo donde alaba a Dios. De lo examinado en la información anterior que Dios nos dio para que no fuéramos ignorantes y estuviéramos informados, es obvio que esta afirmación es de nuevo falsa. Ya que los muertos no están en el cielo ni vivos como para que puedan alabar, la Palabra responde esta afirmación también directamente. Así que en el Salmo 6:5 leemos:
Salmo 6:5
“Porque en la muerte no hay memoria de ti [Dios]; En el Seol, ¿quién te alabará?”
Contrario a las ideas de la tradición, la Palabra pone en claro que “en la muerte no hay memoria” de Dios. En el Seol, el dominio de la tumba, nadie le dará gracias porque nadie está vivo ahí como para que pueda hacerlo. En comparación, son los VIVOS y únicamente ellos los que alabarán a Dios y le darán gracias. Isaías 38:18-19 dice:
Isaías 38:18-19
“Porque el Seol no te exaltará [Dios], ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad. El que vive, el que vive, éste te dará alabanza…”
Son los vivos y no los muertos los que darán gracias y glorificarán a Dios. Es ahora que Le agradeceremos y alabaremos y no cuando muramos.
3.4 ¿Es la muerte un amigo enviado de Dios?
Además de lo anterior, otra afirmación de la tradición es que la muerte es un amigo enviado por Dios para acercarnos más a Él. De nuevo, lo que hemos visto en las partes 1 y 2, es suficiente para demostrar que esa afirmación es de nuevo falsa. Si la muerte fuera un amigo enviado por Dios entonces Dios no tendría ninguna razón para cancelar sus efectos con la resurrección. Eso demuestra que la muerte no pueden ser amigo, como la tradición apoya. En 1 de Corintios 15:26 leemos:
1 de Corintios 15:26
“El último ENEMIGO que será destruido es la muerte” NVI
La muerte no es amigo, como muchas la presentan, sino un enemigo y como tal será destruído5. De esto, podemos adicionalmente concluir que la muerte siendo un enemigo que Dios destruirá, no puede tener a Dios como originario. ¿Quién es entonces el originario de la muerte? La respuesta viene en Hebreos 2:14 donde leemos:
Hebreos 2:14
“Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo.” NVI
Por lo cual, es el diablo el que tiene el poder de la muerte. Como Juan 8:44 característicamente nos dice:
Juan 8:44
“Ustedes (se refiere a los judíos con quienes estaba hablando) son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino,” NVI
El diablo ha sido un asesino desde el principio. Por otra parte, Dios no solamente nunca deseo la muerte, sino que obrando exactamente en la dirección contraria, proveyó una solución al problema de la muerte. ¿Cuál es esa solución? El creer en el Señor Jesucristo. Como Jesús dijo en Juan 11:25:
“Entonces Jesús le dijo: — Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera” NVI
¿Cuándo viviremos? Ya lo hemos visto: el día de la venida del Señor cuando “los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados.” (1 de Corintios 15:52) NVI.
4. Conclusión
En este artículo, estudiamos el tema de lo que sucede después de la muerte. Como vimos, aparte del Señor Jesucristo que fue resucitado de los muertos, no hay otro muerto que ahora este vivo. Los próximos que recobrarán la vida, serán aquellos que son de Cristo, esto es, los cristianos muertos, en el día de la venida del Señor. El cuerpo que tendrán aquel día, no será un cuerpo alma, como el que tenían hasta su muerte, sino un cuerpo espiritual, como el cuerpo que el Señor Jesús tiene ahora. La resurrección de los cristianos muertos será seguida por el arrebatamiento de aquellos cristianos que estén vivos aquel día, y cuyos cuerpos también serán cambiados de alma a espiritual. Después de todo eso, “NOSOTROS (todos los cristianos, muertos y vivos) ESTAREMOS SIEMPRE CON EL SEÑOR” (1 de Tesalonicenses 4:17).
Habiendo examinado lo que la Biblia dice sobre la muerte, avanzamos y examinamos algunas afirmaciones comunes de la tradición a la luz de lo que la Palabra de Dios dice. Así que, vimos que los muertos:
i) No van al cielo sino al dominio de la tumba.
ii) No tienen conciencia y no tienen parte con lo que sucede en la vida.
iii) No alaban a Dios ni le dan gracias.
Además, vimos que:
iv) La muerte no son un amigo que nos acerca más a Dios, sino un enemigo que será destruido y que
v) No tiene a Dios como originario sino al diablo.
De todo lo anterior, debería quedar claro que la muerte no es una esperanza que como cristianos debemos de tener. Más bien, nuestra esperanza es la venida del Señor Jesucristo, mediante la cual, si estamos muertos seremos resucitados, y si estamos vivos seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire (1 de Tesalonicenses 4:17). Por lo cual, como cristianos no deberíamos esperar el día de nuestra muerte sino el día de la venida del Señor. Como en Filipenses 3:20-21 característicamente dice:
Filipenses 3:20-21
“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.” (NVI)
Por lo cual, no abramos nuestros oídos y nuestro corazón al falso “consuelo” de la religión sino al verdadero consuelo de la Palabra, para que no esperemos el día del miserable evento de la muerte sino el día de la gloriosa venida del Señor, en la cual nuestro presente cuerpo alma corruptible será transformado “para que sea conforme a Su glorioso cuerpo” y para que después del cual “siempre estemos con el Señor”.
http://www.jba.gr/es/Resurreccion-o-vida-inmediatamente-despues-de-la-muerte.htm
Siempre con el debido respeto a su autor, lo publicado corresponde a una de las tantas interpretaciones de La Biblia, no condice con afirmaciones de Jesús, y es muy probable sino seguro, que la misma no corresponde a un texto absolutamente original basándonos sobremanera en la traducción y en la capacidad de los sucesivos escribientes. Por tanto, y basándome en amplias lecturas y en dichos de Jesús, éste artículo aclara su contenido en el momento que basa su resurrección, pero en un cuerpo con otra forma. Obvio, al igual que en su resurrección que no se dejó tocar, no por tener otra forma, sino otra «materia».
Siempre con el debido respeto a su autor, lo publicado corresponde a una de las tantas interpretaciones de La Biblia, no condice con afirmaciones de Jesús, y es muy probable sino seguro, que la misma no corresponde a un texto absolutamente original basándonos sobremanera en la traducción y en la capacidad de los sucesivos escribientes. Por tanto, y basándome en amplias lecturas y en dichos de Jesús, éste artículo aclara su contenido en el momento que basa su resurrección, pero en un cuerpo con otra forma. Obvio, al igual que en su resurrección que no se dejó tocar, no por tener otra forma, sino otra «materia». PUBLICAR ESTE ULTIMO
Perdón, lo olvidaba,¿ no es Jesús quien habló de las infinitas moradas del Padre?