La jardinería está de moda. Y ¿por qué no? Plantar unas cuantas semillas en su tejado o en su patio trasero produce resultados orgánicos, deliciosos y ahorro de dinero, también. Además, abril es el mes nacional de la jardinería. Aquí le mostramos algunos cultivos y consejos sobre cómo hacerlos florecer.
Cesta de frutas y verduras ecológicas
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Frutas y verduras de temporada.
Para comer de una forma sana, equilibrada y respetando el medio ambiente.
Tomate
Originaria de América del Sur, esta roja y regordeta planta herbácea perenne es rica en nutrientes como la niacina, potasio y fósforo, antioxidantes como licopeno, pigmentación y caroteno y vitaminas A, C y e. Los tomates pueden aportar un jugoso sabor a una variedad de platos como pastas, bocadillos y ensaladas.
Después de que la última helada del invierno se haya descongelado, elija un lugar en el patio que reciba mucha luz solar y pruebe el nivel de pH del suelo – que deseablemente esté entre 6 y 7. (Para aumentar el nivel de Ph, agregar Cal. Para reducirlo, añadir azufre.) Repartir compost en esta área y mezclarlo con el suelo. Cavar un agujero para cada semilla, dejando al menos 15 centímetros entre semillas, cubrirlas y presionar firmemente en el suelo. Regarlas con una botella de aerosol un par de veces por semana.
Rábano
Existentes en tonos rojo, morado y blanco, estos tubérculos fueron cultivados`por primera vez hace miles de años en Europa. Los rábanos son una gran fuente de potasio, ácido fólico, magnesio y calcio y son usados comúnmente en aderezos de ensalada o como guarnición para ensaladas.
Los rábanos crecen en el suelo con un nivel de pH de alrededor de 6 o 7. Escoja un lugar soleado en su jardín y plante las semillas un centímetro y medio por debajo de la superficie del suelo con dos centímetros y medio de espacio entre cada una. Regar ligeramente cada dos días. Los rábanos se cultivan muy rápidos y deberían estar listos para cosechar en varias semanas. No espere demasiado, o empezarán a deteriorarse.
Calabacín
A finales de 1800, de una mutación espontáneas de verano surgió el primer calabacín en Italia. Normalmente tiene forma de pepino. Esta verdura, amarilla o verde, es baja en calorías y rica en potasio, ácido fólico y manganeso. El calabacín puede ser hervido, frito o al vapor como una sabrosa guaqrnición o rellenos y al horno como un plato exquisito.
En un montículo de compost de 15 centímetros de alto y dos metros de ancho, sembrar varias semillas de calabacín. El espacio entre cada montículo será aproximadamente de medio metro de distancia, regar abundantemente cada día y esperar a que brote en un par de semanas. Deberían estar listos para cosechar un mes más tarde.
Remolacha
Evolución de las plantas silvestres en el Mediterráneo, la remolacha, tiene una raíz carnosa que puede ser hervida y comida, añadida a una ensalada o utilizada para hacer sopa. La betaina, uno de los nutrientes principales en esta verdura de profundo color rojo o púrpura, es conocida por mejorar la salud cardiovascular.
Limpiar y fortalecer las semillas sumergiéndolas en agua a temperatura ambiente durante un día. Arar la tierra y quitar las piedras de la parte superior. Cada 2 centímetros planta una semilla y regar por lo menos una vez al día.
Zanahoria
Esta verdura de raíz bienal fue domesticada primero durante el siglo x en el Afganistán de hoy en día. Rica en vitamina A, antioxidantes y fibra dietética, el color naranja de la zanahoria es el resultado del caroteno que sintetiza cuando crece. Las zanahorias son deliciosas como un snack saludable, al vapor o incluso al horno en un pastel.
Dejando varios centímetros entre agujeros, excavar a menos de 2 centímetros de profundidad y un sembrar un par de semillas en cada uno. Asegúrese de que el suelo permanece húmedo pero recuerde regar menos cuando las zanahorias empiezen a crecer.
Espinacas
En primer lugar se encontraron formas tempranas de esta planta anual en el mundo antiguo en el subcontinente indio. Alta en calcio y hierro, esta verdura de hoja verde se come de múltiples formas.
Mezclar la tierra con compost y plantar las semillas de espinacas a menos de 2 centímetros de profundidad, colocándolos al menos a 5 centímetros de distancia para dar espacio para el crecimiento. Mantener el suelo húmedo.
Guisantes
Datan de la edad neolítica en Jordania, Siria y Turquía, los guisantes crecen en la vaina de la semilla de una leguminosa. Una buena fuente de vitaminas A, B y C, estas pequeñas esferas verdes pueden ser asadas para un sabroso aperitivo o utilizadas en frituras, guisos y sopas.
Cultivar el suelo con compuestos ricos en nutrientes. Tenga en cuenta que su suelo debe escurrir bien a fin de que los guisantes florezcan. El espacio entre bcada semilla debe de ser de varios centímetros de distancia y siembre a 2 centímetros de profundidad. Las semillas recién plantadas requieren de 1 centímetro de agua cada semana, mientras que las plantas más maduras necesitan 2.
Pimientos
Nativos de centro y Sudamérica, estas verduras verdes, amarillas, rojas o naranjas tiennen un rango de sabor desde el picante al dulce. Contienen nutrientes como tiamina, folato y manganeso y pueden ser cocinadas con arroz y carne o en ensaladas, salsa y pasta.
Crecen mejor en tierra caliente, sembrar las semillas a 15 centímetros de distancia. Regarlas frecuentemente, mantener el suelo húmedo, o pueden saber amargos una vez cosechados.
Lechuga
Disfrutado en el antiguo Egipto como afrodisíaco, la lechuga es una buena fuente de ácido fólico y vitamina se utiliza A. Como el principal ingrediente en la mayoría de las ensaladas, esta verde hoja vegetal, de los cuales hay docenas de variedades comunes, también puede servir de relleno para hacer bocadillos, hamburguesas y tacos.
Asegúrese de que las semillas esten plantadas entre 20 y 40 centímetros de distancia y regarlas cada mañana. Evitar hacerlo por la noche, ya que esto podría causarles enfermedades.
Cebolla
La cebolla es rica en fibra dietética, ácido fólico y vitamina C. Estas hortalizas en forma de bulbo añaden sabor a una variedad de alimentos, como salsas, sopas, ensaladas, guisos y mucho más.
Arar la tierra a 15 centímetros de profundidad. Plantar las semillas a un par de centímetros de profundidad y varios centímetros de distancia.