José Carlos Rubio, es un investigador y profesor de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo Michoacán, México, desde hace años investiga formas de mejorar y darle funcionalidades adicionales al cemento. Después de mucho esfuerzo, encontró una manera de poder producir pavimento capaz de emitir luz y con una vida útil de cien años.
Según Rubio, el problema más importante en el proceso fue el hecho de que el cemento es un cuerpo opaco, que no permite que la luz lo atraviese. Luego de mucho estudio y diversas experiencias logro una solución.
El investigador explicó cuál es la lógica detrás de esta invención. El cemento es un polvo que cuando se añade a agua se disuelve como un comprimido efervescente. En este punto el material empieza a asemejarse a un gel muy fuerte y resistente, mientras que se forman escamas cristalinas, pero estas escamas son completamente indeseables.
Para resolver el problema, Rubio se dedicó a cambiar la estructura del cemento, para eliminar las escamas y dejarlo por completo en forma de gel, logrando así absorber la energía del sol, para luego devolverla al medio ambiente en forma de luz. Este cemento “brillante” se hace con una base de arena y arcilla, y el único desperdicio de su fabricación es el vapor de agua.
El cemento puede absorber la energía del sol durante todo el día, y permanecer iluminado hasta por 12 horas. Además, el investigador explica que es posible controlar la intensidad de la luz para evitar que el brillo sea molesto para ciclistas y motoristas, y el material puede ser de color azul o verde. Lo mejor de todo es su vida, hasta un centenar de años.
La tecnología está siendo adaptada para la comercialización y los científicos también están estudiando su inclusión en yeso y otros productos de construcción como una alternativa natural para reducir el consumo de energía en entornos donde la iluminación se hace necesaria.
Ecocosas
Interesante descubrimiento. Gracias