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El rápido derretimiento del hielo marino en el Ártico ha obligado a unos 35.000 morsas aglutinarse en una playa de Alaska al no poder encontrar hielo sobre el que descansar para continuar su viaje por el mar. Este acontecimiento está ocurriendo desde el 2007 y los científicos aún están estudiando las consecuencias de este comportamiento en cuanto a su acceso al alimento y a los perjuicios para su salud.
Las morsas son expertas buceadoras y con frecuencia se sumergen cientos de metros hasta el fondo de la plataforma continental para buscar alimento. Pero utilizan hielo marino como plataforma para dar a luz, amamantar a sus crías y eludir a los depredadores, y cuando es escaso o inexistente acaban refugiándose en tierra firme.
La morsa del Pacífico, no tienen energía para nadar indefinidamente y dependen del hielo marino para descansar periódicamente. Siguiendo el hielo marino del Mar de Bering, que se va alejando hacia el norte en el verano, es su transporte hasta el Mar Chukchi, frente a la costa de Alaska. Este año, y todos desde el 2007, la falta de hielo marino ha congregado a mas de 35.000 morsas en la playa de Alaska.
Este es un cambio real y una de las primeras víctimas del cambio climático del que aun no conocemos las consecuencias sobre el impacto que tendrá en el ecosistema y su equilibrio.
La pérdida del hielo marino ha dado lugar a que esta especie entre en la lista de especies en peligro. La población actual se estima en más de 200.000, pero a medida que la tierra continúa calentándose y el hielo marino se retira, las morsas comienzan a estar amenazadas.