Desde siempre el numero 13 ha sido asociado a la mala suerte, sin embargo, el mismo está presente en numerosos hechos historicos que no tienen nada que ver con el mal augurio.
Es posible que este número esconda desgracias, negatividad, maldad, enfermedades, pero puede ser también un número de suerte. Esta mística y mágica cifra, está rodeada de un simbolismo particular. El miedo a la superstición dirigida hacia este número se remonta a muchos siglos atrás. Ya antes del cristianismo, se tenía cierto temor al número trece. En el judaísmo, el 13, representaba un mal número, ya que se lo asociaba directamente con la cantidad de genios y espíritus que se relacionaban con el mal.
Otra creencia nórdica vinculada con la negatividad del este número, nos cuenta que, una deidad maligna llamada Loki, ocupaba, en el panteón, el lugar decimotercero. La historia de esta deidad maligna surge del relato que dice, que doce dioses estaban invitados a un banquete y que Loki no había sido invitado. Éste, ofendido y con deseos de lucha, se presenta a la reunión, ocupando el lugar 13 entre los dioses. A continuación se entabla una terrible lucha en la que muere el dios favorito llamado Balder.
Ya en la época de Cristo, la leyenda urbana más difundida dice que en la Última Cena, se reúnen trece comensales, Jesús y sus doce apóstoles. Luego de esta cena, Judas, uno de los apóstoles, traiciona a Jesús. De esta reunión surge la superstición de que 13 comensales no se sienten a la mesa, ya que es un llamado a la desgracia.
Si bien todos estos relatos nos demuestran la negatividad del número trece, existen otros relatos que determinan todo lo contrario.
El cortejo de Zeus, el dios supremo del Olimpo, estaba integrado por 12 dioses, más él, sumaban 13. Por otra parte Ulises, según la mitología griega, era el Dios número 13, y pudo salvarse de ser devorado por un cíclope. Otra diosa vinculada con este número, es Freya, una diosa germana muy bella, representante del amor y de los versos amorosos.
En la actualidad, si el calendario nos indica que es martes 13, se supone que la desgracia esta garantizada, por ese número y por su relación con Marte, el dios de la guerra. Hay un dicho que dice: en martes 13 no te cases ni te embarques, ni te mudes a ninguna parte.
En la creencia anglosajona, es el viernes 13 donde puede ocurrir la desgracia, es decir es el día crítico. Se dice también que durante esta jornada los espíritus negativos aprovechan para rondar y dañar a los vivos. Para las creencias japonesas, si el día 13 cae en viernes, puede ser un día maravilloso, es propicio para los juegos de azar y para que se cumplan todos los sueños.
Por otro lado, se utiliza este número para alcanzar la trascendencia, en muchos cultos de oriente.
Los antiguos egipcios, establecían que la muerte era la decimotercera fase del ciclo de la vida, por lo que consideraban que el número trece representaba la nueva existencia, era el camino hacia la morada de los dioses, un viaje al más allá.
En los estudios de Pitágoras, de la disciplina numerología, el número 13 pasa a ser el número de la evolución y del crecimiento. También este número sirve para que el buscador de lo místico, usándolo adecuadamente, pueda abrir las puertas del conocimiento.
El número 13 en magia, simboliza el velo de los maestros, que podrá se levantado una vez que el iniciado haya alcanzado la iluminación perfecta, una vez que el cuerpo, la mente y el espíritu se hayan purificado.
En los rituales egipcios, se debían realizar en el templo de iniciación, trece pasos. Seis pasos, representaban la audacia, la certeza, la voluntad, los objetivos, el deseo y el coraje, estos se debían realizar hacia delante y para representar que cada paso realizado hacia delante estaba meditado, se realizaban seis pasos hacia atrás. Por último, el paso número 13, servía para cruzar, de modo simbólico, la puerta que los conduciría a la nueva vida, a la nueva existencia.
En todas partes existen las manías acerca del este número, en el deporte, por ejemplo, no existe la camiseta que tenga este número y si la hay, los deportistas se niegan a usarla.
Por otra parte es más común de lo que uno cree, decir doce más uno, para no pronunciar el número 13. Encontramos también gran cantidad de hoteles que pasan del piso 12 al 14, es decir no existe el piso 13, para no llamar a la mala suerte, se suele considerar que este piso puede afectar la estructura, la solidez de estos enormes edificios. Para evitar las desgracias en los negocios y tener buena suerte y prosperidad, se evitó, expresamente, crear la planta 13 en los edificios más emblemáticos de Nueva York, como el Rockefeller Center, el Hotel Pierre o el Helmsley. Cuando este piso existe en algún edificio, se lo utiliza para asuntos relacionados con el servicio y no para que se alojen sus clientes.
Otro caso particular es el del Apolo XIII, que despegó el 11 de abril de 1970, a las 13 horas en punto y no habían alcanzado a pasar 13 minutos… En Estados Unidos, los diseñadores de los aviones de guerra, nunca han proyectado un caza con la nominación F-13, ya que conocen que sus pilotos son sumamente supersticiosos.
Otra creencia popular y hogareña, es nunca juntar en un recipiente 13 cabezas de ajos.
Cuando la superstición o creencia por la negatividad del numero 13 es desmesurada, se convierte en una patología, la cual se denomina triscadecafobia, y puede presentar desde nauseas, dolores de cabeza o mareos, hasta desarreglos emocionales que pueden provocar fuertes estados de ansiedad. Estas personas no salen los días 13, sea martes o viernes, no suben al piso 13 o no eligen sentarse en la fila o asiento que tenga este número, e incluso no pueden ver el número 13, ni permiten que le hablen de él.
Ya Hesiodo advertía a los labradores sobre empezar la siembra el día 13 del mes.
En el año intercalado babilónico había un mes 13 intercalado en el signo del CUERVO DE LA MALA SUERTE.
13 fueron los comensales de la última cena de Cristo.
COVEN se llamaba al grupo de doce brujas a las que asistía el diablo como décimo tercero.
En las creencias mayas existían 13 cielos y el calendario azteca estaba dividido en períodos de 13 días.