Surgen nuevas cuestiones acerca de cómo las especies antiguas compartieron el paisaje
Lucy y su especie no caminaban en soledad por la región de Afar. Un estudio publicado en PNAS, y que recopila y ordena datos sobre los fósiles de homínidos del Plioceno medio encontrados en Etiopía, Kenia y Chad, ha revelado que otras dos especies diferentes a Lucy, si no tres, compartían el espacio inmediato de Australopithecus afarensis. La toma de conciencia de esta realidad abre infinidad de nuevas preguntas sobre cómo era esa organización en el espacio, y nos muestra una vez más que la sucesión lineal de homínidos está muy lejos de la realidad.
Fecha de Publicación
7 de junio de 2016
Fuentes de información digital utilizadas
Europa Press
Fuente de las imágenes
Europa Press
Palabras clave:
destacados, prehistoria, plioceno medio, África, Lucy, homínidos, gente
Bibliografía científica, publicación original
PNAS
Un equipo de científicos ha compilado un resumen de evidencias fósiles de las últimas décadas, quedescribe un pasado evolutivo diverso y plantea nuevas cuestiones acerca de cómo las especies antiguas compartieron el paisaje. Su trabajo se acaba de publicar en la revista PNAS.
Yohannes Haile-Selassie y Denise Su, de The Cleveland Museum of Natural History, y Stephanie Melillo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania proporcionan una revisión puesta al día de los fósiles de homínidos del Plioceno medio encontrados en Etiopía, Kenia y Chad. Los investigadores rastrean el registro fósil, que ilustra una línea de tiempo colocando múltiples especies que se solapan en el tiempo y el espacio geográfico. Sus percepciones estimulan aún más preguntas sobre cómo aquellos ancestros humanos estaban relacionados y compartían recursos.
«Es ahora obvio que más de una especie de homínido temprano coexistieron en el tiempo de Lucy», dijo el autor principal, Yohannes Haile-Selassie. «La cuestión ahora no es si el Australopithecus afarensis, la especie a la que pertenece la famosa Lucy, fue la única especie potencial de ancestro humano que vagó en lo que hoy es la región de Afar, en Etiopía, durante el Plioceno medio, sino cómo esas especies se relacionaron entre sí y explotaron los recursos disponibles».
El descubrimiento en 1974 de Australopithecus afarensis, que vivió entre hace 3,8 a 2,9 millones de años, fue un hito importante en la paleoantropología que empujó el registro de los homínidos más de 3 millones de años y demostró la antigüedad de la forma de caminar similar a la humana. Los científicos han sostenido durante mucho tiempo que sólo había una especie de pre-humanos en un momento dado antes de hace 3 millones de años, que dió lugar a otras especies a través del tiempo de manera lineal.
Esto es lo que el registro fósil parecía indicar hasta el final del siglo XX. Pero el descubrimiento de Australopithecus bahrelghazali del Chad en 1995 y Kenyanthropus platyops de Kenia en 2001 cuestionaron esta idea. Sin embargo, estas dos especies no fueron ampliamente aceptadas, y se consideraron más bien variantes geográficas de la especie de Lucy, Australopithecus afarensis. El descubrimiento del fragmento de pie Burtele de 3,4 millones de años de edad, en Woranso-Mille por Haile Selassie en 2012, fue la primera evidencia concluyente de que al menos otra especie antecesora humana vivió junto con Australopithecus afarensis.
En 2015, fósiles recuperados por Haile Selassie en el área Woranso-Mille de la región de Afar, en Etiopía, fueron asignados a la nueva especie Australopithecus deyiremeda. Sin embargo, el fragmento de pie Burtele no se incluyó en esta especie.
«El área de estudio Woranso-Mille en la región de Afar, Etiopía revela que hubo al menos dos, si no tres, especies humanas primitivas que vivieron en el mismo tiempo y en estrecha proximidad geográfica,» dice Haile Selassie. «Este sitio clave para las investigaciones ha aportado evidencias nuevas e inesperadas que indican que fueron múltiples las especies con diferentes sistemas locomotores y adaptaciones en la dieta. Durante casi cuatro décadas, el Australopithecus afarensis fue la única especie, pero descubrimientos recientes están abriendo una nueva ventana a nuestro pasado evolutivo».
Denise Su, coautor del estudio, reconstruyó los ecosistemas antiguos. «Estos nuevos descubrimientos de fósiles de Woranso-Mille han abierto cuatro vías de investigación que no considerábamos antes. ¿Cómo múltiples especies relacionadas estrechamente logran coexistir en un área relativamente pequeña? ¿Cómo se reparten los recursos disponibles? Estos nuevos descubrimientos siguen expandiendo nuestro conocimiento y plantean más cuestiones sobre los orígenes humanos.»