Según las conclusiones de un nuevo estudio, dos objetos de bronce encontrados en el noroeste de Alaska se han convertido, recientemente, en la primera evidencia conocida de la presencia de metales procedentes de Asia en la Norteamérica prehistórica. Unos artefactos que llegaron al continente americano varios siglos antes de que se produjese el primer contacto oficial con los europeos.
“Esto no es una sorpresa, si nos basamos en la historia oral y en otros hallazgos arqueológicos, y era solo cuestión de tiempo que obtuviéramos un buen ejemplo de metal euroasiático con el cual se hubiese comerciado. Creemos que estas aleaciones fueron hechas en algún lugar de Eurasia y comercializadas en Siberia, para después pasar a serlo a través del Estrecho de Bering, donde las adquiriría el pueblo del que descienden los Inuit, conocido también como cultura de Thule, en Alaska.”, ha explicado H. Kory Cooper, miembro del equipo científico y perteneciente a la Universidad Purdue de Estados Unidos, en declaraciones publicadas por el portal Noticias de la Ciencia.
Los Thule eran los ancestros de los Inuit canadienses que llegaron a través de Alaska hacia el año 500 d. C., estableciéndose en el actual territorio canadiense en torno al año 1000. Además, un grupo de ellos pobló Groenlandia en el siglo XIII. De hecho su nombre proviene de Thule (actual Qaanaaq), una población situada al noroeste de Groenlandia, donde fueron hallados los primeros restos arqueológicos pertenecientes a esta cultura.
Yacimiento arqueológico Thule situado en Bahía Cambridge, Isla Victoria, Canadá. (Ansgar Walk/CC BY-SA 2.5)
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Journal of Archaeological Science. El cordón cilíndrico y el fragmento de la hebilla del cinturón están compuestos de una aleación de bronce con plomo. A su vez, la correa de cuero presente en la hebilla ha sido datada mediante la técnica del radio-carbono, obteniéndose como resultado una antigüedad de entre 500 y 800 años, aunque el metal podría ser aún más antiguo.
“Los metales disponibles en determinadas partes del Ártico, como el cobre y el hierro meteorítico y telúrico, fueron utilizados por los antiguos esquimales para fabricar herramientas y para indicar su estatus. Sin embargo, dos de los artefactos hallados en el Cabo Espenberg − un cordón y una hebilla − son de bronce con plomo. Ambos fueron recuperados de un yacimiento datado en el Periodo Prehistórico Tardío, entre los años 1100 d. C. y 1300 d. C., notablemente antes del contacto europeo, a finales del siglo XVIII», ha añadido Cooper en declaraciones recogidas por el portal SCI-News.
Fragmento recuperado de una hebilla de bronce de la cultura Thule que aún conserva parte de su correa de cuero (Fotografía: Jeremy Foin/Universidad de California, Davis.)
Numerosos estudiosos han presentado las regiones subárticas como áreas sin innovación tecnológica, basándose en la escasa población que las habitaba por aquel entonces. Con respecto a ello, Cooper ha puntualizado:
Eso no quiere decir que no pasaran cosas interesantes para los arqueólogos, y esto demuestra que la gente no sólo estaba usando metales disponibles localmente, sino que los consiguieron de otro lugar. La hebilla del cinturón se considera un producto industrial, y se trata de un hallazgo sin precedentes para esos tiempos. Se asemeja a un tipo de hebilla utilizado como parte de un arnés de caballo, parecido a los utilizados en el norte-centro de China durante los primeros seis siglos antes de la era común.
Imagen de portada: Artefactos de metal y de metal/marfil hallados en Cabo Espenberg: un cebo de pesca de hueso con ojos de hierro incrustados, aparejos de pesca con un anzuelo de cobre, una aguja de coser de cobre, un pequeño fragmento de una placa de cobre, una cuenta cilíndrica y el fragmento de una hebilla. (Fotografía: Sci-News/H. Kory Cooper)
Autor: Mariló T.A.