Las redes sociales de una forma u otra han existido desde el inicio de la humanidad, pero aún no entendemos por completo como las encarnaciones más modernas afectan nuestras vidas y emociones a largo plazo.
Facebook, Twitter y otros sitios similares nos dan un vistazo masivo y al instante a las actividades de nuestros amigos como nunca antes, y un nuevo estudio del Instituto de Investigación para la Felicidad sugiere que no es necesariamente muy bueno para nosotros.
Más de mil voluntarios daneses formaron parte del estudio: la mitad siguió utilizando Facebook como siempre mientras que la otra mitad pasó su tiempo alejado de la red social más grande del mundo. Después de una semana, el 88% de quienes dejaron Facebook dijeron sentirse bien, a comparación del 81% de quienes seguían checando la página regularmente.
El 84% del grupo abstinente dijo apreciar su vida a comparación el 75% del otro grupo y sólo el 12% reportó sentirse insatisfecho, a comparación del 20% entre el primer grupo.
No es difícil adivinar la razón: envidia por la vida que otras personas están disfrutando, incluso si Facebook representa una versión editada de lo que está sucediendo en realidad. Los autores sugieren que esto sucede porque en vez de enfocarnos en lo que realmente necesitamos, tenemos una desafortunada tendencia de enfocarnos en lo que tienen los demás.
Aquellos que se abstuvieron de Facebook también reportaron sentirse más entusiastas, menos solitarios, menos preocupados y más decididos. Pasaron más tiempo viendo a su familia y amigos cara a cara y dijeron que fue más fácil concentrarse.
Nuestros cerebros aún se están ajustando a los efectos de estar siempre conectados a nuestros dispositivos móviles – estilo de vida del cual las redes sociales son parte – y psicólogos apenas comienzan a entender los efectos, especialmente a largo plazo.
Ahora los investigadores esperan poder analizar los efectos de dejar Facebook por un año, eso sí pueden encontrar a suficientes voluntarios dispuestos a tal sacrificio…
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