Alexander Barranca
Un equipo de arqueólogos alemanes de la Universidad de Hamburgo conseguió acabar con uno de los mayores misterios de la antigüedad al encontrar los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la ciudad santa de Axum, en el estado federado etíope de Tigray. El profesor Helmut Ziegert, del Instituto de Arqueología de la Universidad de Hamburgo, que dirige el equipo, está además convencido de que en un altar levantado en el palacio y orientado hacia la constelación de Sirius reposó durante largo tiempo el Arca de la Alianza que contenía las Tablas de la Ley de Moisés.
El Cantar de los Cantares Bíblico – se le atribuye la autoría a Salomón – y algunos escritores dicen que se lo escribió a la mujer de sus sueños y su amor, Balkis. Es un hermoso libro de poesía aparentemente erótica, sin embargo, hay quienes afirman que es un escrito esotéricamente cabalístico, que también remite a la naturaleza humana.
“Todo cuadra. Los detalles, la datación y la orientación del edificio”, dijo Ziegert, cuyo equipo realizó el descubrimiento durante la actual campaña de excavaciones de primavera en la antigua capital de un imperio que abarcó desde Yemen hasta el este de Sudán, controlando el comercio entre África y Asia.
Datada hace unos 3.000 años, la residencia de la reina Makeda, como se llama a la reina de Saba en Etiopía, ha sido hallada bajo los muros del palacio de un antiguo rey cristiano en la capital de la iglesia ortodoxa etíope y la ciudad mas sagrada del país. El mayor tesoro que albergaba el palacio de la legendaria reina era probablemente el Arca de la Alianza, un cofre de madera de acacia negra recubierto de oro en el que, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las tablas con los Diez Mandamientos que Moisés recibió de Dios en el monte Sinaí.
Estos personajes son mencionados en La Torá Hebrea, la Biblia, el Corán, y el Kebra nagast (Gloria de Reyes, el libro sagrado de la Iglesia ortodoxa etíope). Algunos escritores dicen que Balkis, la Reina de Saba era de piel negra y originaria de Etiopia, y cuyo nombre aparentemente quiere decir Luz.
Ziegert subrayó que su equipo ha dedicado los últimos nueve años a investigar como llegó el judaísmo a Etiopía en el siglo X antes de nuestra era, a la vez que trata de localizar el emplazamiento actual del Arca de la Alianza. Añadió que las investigaciones han revelado que el palacio original de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado esta vez hacia la estrella de Sirius.
El equipo de científicos de Hamburgo presume que Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalem, según la tradición de la iglesia ortodoxa etíope, fue quien ordenó levantar el palacio en su emplazamiento final. Las numerosas ofrendas que los científicos germanos encontraron en torno al lugar donde debió de estar el altar han sido valoradas por los expertos como una clara señal de que la especial relevancia del lugar se ha transmitido a lo largo de los siglos.
La Reina de Saba era la bellísima hija de Abu Fatuh, Rey de de la Africana Nación de Saba. Este Rey se vale de su hija para conquistar otros reinos circundantes. La llaman Reina de Saba, que quiere decir en arameo La Reina que viene del Sur.
Los últimos resultados de las investigaciones realizadas en Axum indican que, con el arca de la Alianza y el judaísmo, llegó a Etiopía el culto a Sothis, que se mantuvo hasta el siglo VI de nuestra era, explicó Ziegert. Dicho culto, relacionado con la diosa egipcia Sopdet y la estrella Sirius, traía consigo que todos los edificios de culto se orientasen hacia el nacimiento de esa constelación.
El jefe del equipo de arqueólogos y científicos alemanes subrayó que los restos encontrados en las excavaciones de sacrificios de reses vacunas son una característica también del culto a Sirius practicado por los descendientes de la reina de Saba. El Antiguo Testamento habla de una reina de Saba, cuyo nombre propio omite, que visitó Israel y regaló grandes tesoros al rey Salomón, del que le impresionó su sabiduría y que le hizo convertirse al monoteísmo y ensalzar a Yavéh.
La tradición religiosa etíope asegura que de la breve relación entre la reina de Saba y el rey Salomón nació un hijo, que posteriormente sería conocido como Menelik I, rey de Etiopía, quien presuntamente se llevó el Arca de la Alianza desde Israel a su país.
Fuentes: Aurora-Israel 09-05-08,
Lázaharo Hael (citas), www1.uni-hamburg.de