Únicamente un loco podría considerar la tortura una diversión. Sí, vivimos en un mundo de dementes. Lo que está claro, es que los animales hablan a través de gritos y lágrimas. Por supuesto, los toros no quieren «Fiestas», tampoco formar parte de espectáculos de consideración artística o cultural, independientemente de su naturaleza, finalidad o ámbito. Un toro al que llaman Easy Rider será utilizado desde el próximo 24 de Mayo hasta el 17 de Junio en el Teatro Real de Madrid para la ópera «Moisés y Aarón», ¿Qué significa esto? Una exposición del mismo a luces y sonidos intensos al nivel de ópera, transporte constante y un estrés innecesario, pero no sólo en su escena, sino también en los ensayos.

Cuando este toro tuvo su representación en París, diferentes colectivos animalistas llevaron a la Ministra de Cultura de Francia, Fleur Pellerin, 30.000 firmas instándola a retirar la obra por el estrés que supone para el animal, así como por la sospecha de que éste pudiera ser drogado para tener la escena controlada, ¡Se trata de un animal de 1.500 kilos de peso! y como todos los animalistas sabemos, el uso de animales no humanos en cualquier tipo de entretenimiento es vejatorio, cruel e innecesario. Aunque esto debería saberlo todo el mundo. Por ello, se ha abierto una petición de firmas [Firmar] dirigida al Ayuntamiento de Madrid, ¿El objetivo? La cancelación de la obra o la proposición de utilizar una estatua en lugar de un ser vivo. Son 17.000 personas las que apoyaron dicha cancelación, muchas menos que en Francia por ello se requiere máxima difusión de la misma, y en cuanto al buey de Allariz, a ver si consigue suprimirse de la «Fiesta», ¡Más de 23.000 personas han firmado para reorientarla! [Firmar] ya que por desgracia, se realizan carreras con bueyes ensogados.

En Luchando por Ellos hemos dicho por activa y por pasiva que los animales sufren en esta actividad, e incluso nos han llegado comentarios alegando que el toro ni muere, ni sufre. Los propios veterinarios alegan que sí sufre [Fuente] y en cuanto a la muerte del buey, aunque no se produzca en la propia fiesta, es igual de dolorosa [Fuente] para él. Diversos puntos específicos de España son la clara representación del maltrato animal, como ha sucedido en Pinseque, Zaragoza. Los pasados días 29, 30 de Abril y 1 de Mayo tuvo lugar su triste «Fiesta» que los vecinos defienden como tradicional, «Toro de Ronda». Todo lo atribuyen a una «Costumbre» cuando se habla de toros, pero en este caso, el hábito es colocarle unos artilugios en los cuernos, impregnárselos con material inflamable y prenderles fuego. Cuando el toro consigue soltarse del pilar, intenta apagar de forma desesperada el fuego. En sus intentos, puede dislocarse el cuello y provocarse diferentes lesiones a causa de bruscos movimientos, deambulando por las calles de Pinseque bramando de angustia debido a las quemaduras que sufre, sobretodo en los ojos, en la cabeza y en el lomo.

Los cuernos son un área sensible con terminaciones nerviosas que sienten el dolor penetrante de las quemaduras. Resulta algo muy común que los toros que son embolados intenten lanzarse contra un muro o despeñarse para poner fin a este martirio. De igual modo, mueren a causa del estrés provocado por la desesperación de esta práctica bárbara y sádica. El Ayuntamiento de Pinseque recibirá una petición en la que firmaron 62.000 personas [Firmar], pero ¿Qué se puede esperar de un Ayuntamiento que se gasta 20.000 Euros en maltrato animal? En vez de mejorar la red de transporte, la limpieza o elaborar planes de empleo para su población, las sumas son destinadas a: «Vacas, vaquillas y espectáculos taurinos», «Veterinario» y «Director de Lidia» dejando más que claras sus preferencias.

Y aunque España sea la cuna del maltrato animal por excelencia, sirve de mal ejemplo para muchos países, lo cual resulta vergonzoso. Existe otra petición de firmas en el portal SosVox [Firmar] dirigida al Gobernador regional de Apurimac, Wilber Venegas Torres para detener «El Yawar» o «Fiesta de Sangre» que comenzó en el virreinato del Perú y ahora se celebra en Apurimac. De origen hispánica, esta tradición lleva a los animales a perder la vida.

Con todo ello, tengamos en cuenta que los toros no quieren formar parte de las «Fiestas» porque alegar tradición para cubrir el sufrimiento, es síntoma de crueldad y de demencia. Son muchos los casos, como lo es el toro ensogado de Ohanes, Almería [Fuente], el famoso Toro de la Vega [Fuente], el Toro de Medinaceli y de Coria [Fuente], o tal vez, esa época del año en la que las calles de Pamplona se llenan de gritos, miedo, golpes, alaridos, dolor y sangre. Un lugar en donde acude gente desde todos los rincones de la geografía para actuar como primitivos. Todos los toros que protagonizan los encierros son torturados en público.