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EEUU ha sido la única potencia naval en dominar los océanos en los últimos 25 años. Sin embargo, últimamente han aparecido —y reaparecido— rivales que desafían su supremacía en las aguas, informa la cadena rusa Zvezda.
Debido a más de dos décadas de ‘tranquilidad’, las capacidades navales del Pentágono en el mar están en declive. Además, varios países han lanzado un desafío contra Washington al reclamar su propia presencia en las aguas abiertas, afirman en el artículo publicado en la página Zvezda.
EEUU ya ha determinado la amenaza
La gestión militar estadounidense entiende bien que el mundo cambia constantemente y cada vez requiere de nuevos enfoques. Está claro que las tecnologías de 25 años de antigüedad ya no sirven, y que EEUU «ya no puede hacer todo lo quiera con impunidad», opinó el excomandante de la Sexta Flota de EEUU, Philip Davidson, citado por la cadena.
El aumento de las capacidades militares de países como Rusia, Irán y China obliga a Washington a prestar más atención en los intentos de esos rivales de privar a EEUU de su hegemonía en los mares, afirmó Davidson.
«Es una lucha con muchos componentes, del profesionalismo y la experiencia de las tripulaciones a las armas únicas que generan un auténtico interés», sostuvo el almirante.
El dragón marino se despierta
China, el principal socio comercial de EEUU, ha progresado mucho en el ámbito de la tecnología en los últimos diez años y ha avanzado en su industria aérea y naval.
El rápido avance tecnológico demuestra que Pekín no solo intenta proteger sus propias fronteras sino que también está dispuesto a participar en los eventos geopolíticos de su interés.
No hay nada sorprendente en que Pekín fortalezca su flota. El país tiene capacidades considerables en la construcción tanto de naves civiles como de buques de guerra de su propio diseño, recuerda Zvezda.
En el ámbito de las armas, China también ha demostrado un progreso notable. A pesar de que los diseños propios chinos de los misiles de crucero—basados en las tecnologías soviéticas y, posteriormente, rusas— apenas superan a sus ‘antecesores’ por las características tácticas, el país sigue mejorando.
Así, el novedoso misil antibuque YJ-83 ya es capaz de cubrir una distancia de 220 kilómetros y es resistente a las interferencias electromagnéticas. Otro misil reciente —el supersónico YJ-18A destinado para equipar los destructores chinos— tiene un alcance de hasta 500 kilómetros y puede acelerar hasta 3.000 kilómetros por hora en la fase final de vuelo.
China prevé desarrollar las variantes marítimas, aéreas y submarinas de sus armas antibuques. En este sentido, la preocupación de la Armada estadounidense sobre el ‘despertar del dragón’ no es infundada.
El oso también sabe ‘pescar’
Moscú sigue con el proceso de modernización de su Ejército y Flota y prevé concluirlo para 2020. Por supuesto, este plan tiene en cuenta el aumento paralelo de las capacidades de sus rivales, incluidas las de Estados Unidos.
Mientras el Pentágono continúa apostando por el uso de portaviones como su fuerza principal y herramienta de intimidación, Rusia desde hace tiempo ha puesto en servicio misiles diseñados para neutralizar blancos de este tipo —ya en el período soviético los militares rusos desarrollaron opciones para derrotar una unidad entera de portaviones junto con sus buques auxiliares—, señala Zvezda.
En la actualidad, la Marina de Guerra rusa goza de un nuevo lote de sumergibles diésel-eléctricos clase Varshavianka equipados con los novedosos misiles de crucero Kalibr. Además, se encuentra en fases finales el proyecto del submarino diésel de la siguiente generación —proyecto Kalina—.
Por el momento, los Varshaviankas son los submarinos más silenciosos entre todos los rivales de la Armada de EEUU. Los estadounidenses no tienen «antídoto» contra el factor sorpresa que conlleva su capacidad de aparecer cerca de los portaviones, mientras que las armas que portan son capaces de hundir o severamente dañar a esas naves, destaca la cadena.
Además, recientemente se incorporaron en las FFAA rusas los submarinos clase Yasen. El primer buque de la serie es una nave polivalente equipada con 32 misiles de crucero de lanzamiento vertical clases Oniks y Kalibr con un alcance de hasta 500 kilómetros contra los blancos marítimos. En el futuro se prevé el uso de los misiles estratégicos X-101 con un alcance de 5.500 kilómetros en estos sumergibles.
Los especialistas subrayan que dados todos los avances en el campo de defensa por parte de Rusia y China, la Marina de Guerra norteamericana a corto plazo tendrá que solucionar el nuevo problema: en vez de una única amenaza a su dominio marítimo, ya han surgido de las aguas dos potencias rivales, concluye Zvezda.
Un tercer problema a solucionar, sería que los 2 primeros se aliasen, tal como parece que esta ocurriendo…