Algunas de las bacterias intestinales presentes en la actualidad en el ser humano y en los simios han evolucionado de forma conjunta con los homínidos durante millones de años. Según un nuevo estudio, estos microorganismos han estado conviviendo en simbiosis saltando de un ancestro a otro y dividiéndose en diferentes cepas al mismo tiempo que sus huéspedes se diferenciaban en especies.
Representación de bacterias del intestino humano y de sus parientes más cercanos. / Universidad de Texas / Jenna Luecke.
Ciertas bacterias han convivido de forma simbiótica durante más de diez millones de años en el intestino humano y en el de nuestros ancestros, según detalla un nuevo estudio publicado en Science.
Humanos y ciertas bacterias intestinales han evolucionado en paralelo y a ritmos casi idénticos
Aunque la evidencia científica ya probaba de que humanos y grandes simios albergaban estas bacterias en el intestino, todavía era una incógnita la procedencia y la persistencia en sus anfitriones.
Al igual que los seres humanos y los grandes simios africanos evolucionaron a partir de un ancestro común, las bacterias también divergieron en distintas cepas acomodándose a los cambios de la línea evolutiva humana.
La vida en simbiosis es tan prolongada en el tiempo que, según los autores, ambas especies –humanos y ciertas bacterias intestinales– han evolucionado en paralelo y a ritmos casi idénticos, un fenómeno llamado cospeciación.
«Aunque podríamos haber obtenido estas bacterias de muchas fuentes externas, en realidad estas evolucionaron conjuntamente dentro de sus huéspedes”, explica Howard Ochman, profesor de biología integrativa en la Universidad de Texas en Austin.
Evolución a la par
Gracias a muestras fecales de grandes simios –chimpancés, bonobos y gorilas–, a muestras de habitantes de Connecticut (EE UU) y a procesos de secuenciación genética, los investigadores reconstruyeron el árbol evolutivo de tres grupos de bacterias intestinales: Bacteriodaceae, Bifidobacteriacea y Lachnospiraceae.
Estos tres grupos de bacterias, que componen más del 25% del microbioma intestinal humano, podrían, según los expertos, guiar el desarrollo temprano del intestino –grueso y delgado–, capacitar a nuestro sistema inmunológico para combatir patógenos e incluso afectar al estado de ánimo y al comportamiento.
Estas bacterias podrían guiar el desarrollo temprano del intestino o afectar al estado de ánimo
La evidencia genética señala que la división bacteriana en diferentes cepas ocurrió casi al mismo tiempo que sus hospedadores se diferenciaban en especies. Según el estudio, hace 15,6 millones de años se produjo una de las divisiones bacterianas que coincidió con la separación del linaje de gorilas con el del resto de homínidos. Otra segunda diferenciación ocurrió hace aproximadamente 5,3 millones de años, cuando los humanos se separaron del linaje que también condujo a los chimpancés y los bonobos.
Los investigadores no están seguros de cómo estas tres cepas de microbios saltaron de una generación de huéspedes a la siguiente durante millones de años y lograron salvaguardarse de las amenazas en los cambios de dieta, en la disposición geográfica o incluso del uso de antibióticos.
Según los expertos, es posible que esta coexistencia se extendiera mucho más atrás en el tiempo. «Tal vez estos microbios existieran en el ancestro común a todos los mamíferos, los reptiles, los anfibios o todos los vertebrados”, concluye Moeller, investigador post-doctoral en la Universidad de California en Berkeley.
Referencia bibliográfica:
A. H. Moeller et al. «Cospeciation of gut microbiota with hominids» Science 21 de julio de 2016
Es muy probable que estas cepas que vienen con nosotros a través de los millones de años de evolución sean también la causa de nuestros estados de ánimo y de la correcta circulación de los alimentos y su transformación a través de los intestinos y del sistema en general.