En años recientes se ha descubierto que los insectos tienen un alto valor proteínico, lo cual, sin embargo, no los ha hecho lo suficientemente populares en la dieta de la humanidad, salvo algunas escasas culturas (como la mexicana, por ejemplo), en buena medida porque por causa de su aspecto o su hábitat, usualmente los asociamos con lo desagradable. Con todo, ciertas investigaciones recientes han mostrado que un puñado de gusanos o coleópteros bien puede equipararse a un buen bistec o una pieza de pollo en cuanto a valor alimentario se refiere y, en contraste, con un impacto ambiental de producción mucho menor.
En relación con esto, hace unos días un grupo de científicos publicó una investigación realizada sobre una especie de cucaracha, la Diploptera punctata, que segrega una fórmula con la cual alimenta a sus crías y que según los análisis es tres veces más nutritiva que la leche de búfalo, a la cual se tomó como referencia por ser una de las de mayor contenido calórico y proteínico.
Además de este descubrimiento, los investigadores del Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa (con sede en la India) se asombraron también de que esta especie de cucaracha produzca esa sustancia, pues en general los insectos no suelen alimentar a sus crías de esa manera.
En particular, esa “leche” se distingue por estar conformada de cristales que a su vez contienen proteínas, grasas y azúcares en altas concentraciones. Sus proteínas además se integran por secuencias de todos los aminoácidos básicos, según declaró Sanchari Banerjee para el diarioTimes of India.
Con este hallazgo, ¿es posible que en el futuro cercano se produzca una leche de cucaracha similar que supla las necesidades alimenticias del género humano?
Estamos en pañales en relación a lo que tenemos que aprender de los animales y plantas, lástima que muchos se extinguirán antes de poder descubrir sus secretos.