Ciertamente todos tenemos una percepción de la realidad y una forma particular de ver la vida, así como hay personas que les gusta resaltar lo bueno que encuentran a su paso, que centran su atención en lo bueno y rescatan inclusive en lo negativo algo positivo, están quienes actúan de manera contraria, observando a su paso lo negativo, divulgándolo y haciéndolo notorio.
La forma en la que alguien se expresa, manifiesta de qué está hecho. Si vemos a una persona que con dificultad reconoce el mérito en alguien más, que pareciera le molestase encontrarse con alguien que rebata su punto de vista o su apreciación, que tiene mirada aguda para detectar los defectos en los otros, probablemente estemos frente a alguien a quien la parte oscura de nuestro mundo sintoniza mejor con su interior.
No podemos confiarnos en que la persona que viene a cargarnos con lo que ve negativo en su entorno, en otras personas, que resalta aquello que consigue criticar, no dará media vuelta y expresará en la misma tónica nuestros defectos con alguien más.
Es evidente que cabe la pregunta introspectiva de: por qué alguien puede sentirse cómodo hablando de los defectos de los demás con nosotros? Qué estamos proyectando para que alguien dentro de la confianza que le inspiramos deposite en nosotros su visión negativa de los demás y del mundo. Si nosotros no fuésemos receptivos ante esta conducta, no nos veríamos expuestos a esta situación,probablemente nosotros también tenemos el cristal de la vida que opaca las virtudes de los otros y resalta sus defectos.
Es bueno reflexionar al respecto, ver hasta qué punto esto es algo puntual o estamos proyectando que somos tierra fértil para cosechar los comentarios de quien a través del juicio y la crítica observa al mundo.
Siempre seremos capaces de alimentar un lado en nosotros, siempre podemos desviar una información que no queremos recibir y siempre podremos cuidarnos de personas que traigan toxicidad a nuestras vidas y que nos coloquen en una posición de riesgo en relación a la divulgación de nuestras oportunidades de mejora.
Por lo general las críticas en boca de terceros no están cargadas de buenas intenciones, no intentan mejorar, ni generar un cambio, solo perjudicar a la persona de quien se habla. Así que no seamos partícipes, cómplices o víctimas de este tipo de situaciones. Siempre podremos aportar de manera positiva, si no podemos hacerlo de esta manera, será conveniente mantenernos al margen.