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La posible eliminación de dos influyentes actores políticos (Dilma Rousseff y Lula Da Silva) del campo electoral siembra incertidumbre sobre las elecciones presidenciales de 2018, con pocos candidatos claros del PT en el horizonte.
En la sesión del miércoles los fiscales buscaron pintar a Lula da Silva como el autor intelectual de la gran estafa de Petrobras. Con una serie de power points explicaron cómo los principales colaboradores de Lula Da Silva del izquierdista Partido de los Trabajadores orquestaron un plan para sobornar al congreso cuando Lula llegó al poder en 2003.
Conocido como el Mensalão, o el escándalo de las mensualidades, implicaba pagos mensuales a políticos de la oposición usando dinero de fondos públicos a cambio de apoyo a la agenda del Partido de los Trabajadores. Cuando el plan fracasó en 2005 muchas de las mismas figuras, dice la acusación, recurrieron a Petrobras en busca de fondos ilícitos.
Explicaron también cómo el PT y sus ex aliados, que incluye el Movimiento Democrático Brasileño, PMDB, del actual presidente Temer, nombraron a altos ejecutivos de Petrobras cuya misión era obtener sobornos y campañas ilícitas de donaciones de contratistas de la compañía.
Por su parte, Lula da Silva, quien sigue siendo el candidato más popular para la presidencia en las elecciones de 2018 según las últimas encuestas, contraatacó a sus acusadores en un vehemente discurso. Haciendo poca mención de los cargos que se le imputan acusa a sus acusadores y a los medios de conspirar para poner fin a su carrera política.
«Crearon una mentira como si fuera el argumento de una telenovela «m dijo, «Si pueden probar que fui corrupto yo mismo voy a encaminarme a la prisión».