El médico Peter Gøtzsche, autor del libro Psicofármacos que matan y denegación organizada ha estado en Madrid. Ofreció una conferencia demoledora en la que desmonta algunos mitos en torno a los medicamentos usados en salud mental. En particular, habló sobre los fármacos antidepresivos, su falta de eficacia y graves daños.
La intervención de Gøtzsche es densa, toca muchos temas. Él empezó por la medicalización de los problemas mentales (y de los que NO lo son), como el duelo, la pérdida de un ser querido que casi todos hemos experimentado.
Ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos, se recetan sin tener en cuenta sus efectos dañinos, según este galeno, uno de los fundadores de la Medicina Basada en la Evidencia (en pruebas), hegemónica hoy.
En su libro documenta que muchos psiquiatras recetar medicamentos a sus pacientes sin saber realmente su eficacia.
Quizá el apartado sobre el que más se extendió fue el de los antidepresivos. Una parte del trabajo de este investigador es hacer revisiones de cosas supuestas o dadas por buenas que ayuda a desmitificar basándose en el estudio de la literatura científicapublicada.
Y según revisiones que ha hecho la red de investigadores independientes Cochcrane: Las pruebas disponibles ofrecen poco apoyo a la creencia de que los antidepresivos son un tratamiento eficaz para pacientes con depresión y demencia.
En su ponencia el autor del libro ofreció datos tanto suyos como de sus compañeros.
Basándose en dos grandes estudios, el médico dice que la eficacia de losantidepresivos en comparación con un placebo (una sustancia sin efecto alguno) son eficaces sólo en un 10% de la población diagnosticada de depresión.
Serían esos individuos los casos másgraves, por lo tanto este grupo de fármacos no sería eficaz en la mayor parte de las depresiones, por suerte, moderadas o leves.
Aún así, continúan recetándose sin pudor a esos pacientes a los que no les producirá efecto alguno. Cada vez más, hay sobrediagnóstico y sobremedicación con antidepresivos.
Y claro, estos medicamentos no son chuches, golosinas. Para una aparte de quienes consuman estos productos será difícil dejarlos porque provocan adicción. Y en el proceso aparece de nuevo la depresión que, siempre según Gøtzsche estaría causada ahora por los propios medicamentos. La depresión como efecto secundario de la medicación antidepresiva.
Otra reacción adversa de cierta gravedad serían las variadas disfunciones sexualesque pueden provocar en un voluminoso número de consumidores este grupo de medicamentos.
Son datos todos estos que se conocen desde hace tiempo pero que el autor contextualiza con maestría y actualiza. Nos ofrece pues una versión corregida y aumentada de la realidad.
También se sabe desde hace años que losfármacos antidepresivos pueden incitar al suicido en quienes los consumen. Lo hemos publicado en Descubierto el fraude con el fármaco antidepresivo paroxetina que incita al suicidio (que ha superado 200.000 de share sólo en Facebook).
En este punto el médico danés también se explayó para documentar que el problema es mayor del que nos habían explicado. Las ideas y prácticas del suicidio que toman antidepresivos es clara en menores de 24 años nos decían pero el investigador, basándose en documentos internos de la FDA (la agencia de medicamentos de Estados Unidos) eleva la cifra hasta pasados los 40 años. Habrían 15 veces más suicidios por antidepresivos que lo que apunta la citada agencia.
Pese a ello, la receta de antidepresivos a niños y jovencitos no para de aumentar.
Por supuesto, la contundencia de los datos de Gøtzsche y la vehemencia con la que los argumenta no pasan desapercibidos e incluso conducen a la polémica y a la aparición de críticas.
En el lado opuesto me llamaron la atención dos intervenciones del público: una mujer con variados diagnósticos “mentales” que dijo que el trabajo de Gøtzsche “salva vidas” y un estudiante de quinto de Medicina que aludió a su “malformación universitaria”dado que en la facultad nunca le han explicado estas cosas.