– Cuando la Organización de las Naciones Unidas ONU) redactó su último informe sobre lo que llama “el dramático cambio hacia la vida urbana”, pretendió trazar un retrato equilibrado de las oportunidades y los retos que genera el hecho de que 50 por ciento de la población del planeta viva en zonas urbanas.
Este equilibrio falló claramente. Mientras que las ciudades surgieron en los últimos 20 años como plataformas económicas para la producción y la innovación, que ayudan a millones de personas a escapar de la pobreza con mejores empleos y calidad de vida, la urbanización masiva también causó superpoblación, profundización de las desigualdades y una andanada de problemas ambientales y sanitarios, según el informe.
“El cambio dramático hacia la vida urbana tiene profundas implicaciones para el consumo de energía, la política, la seguridad alimentaria y el progreso humano”, destacó la primera edición delInforme Mundial de las Ciudades, editado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat ).
Aunque parte del cambio es positivo, la urbanización mal planificada podría generar desorden económico, congestionamiento, contaminación y disturbios civiles, advierte.
El informe “Urbanización y desarrollo: futuros emergentes”, presenta un análisis del desarrollo urbano de los últimos 20 años e intenta revelar, con pruebas convincentes, que hay nuevas formas de colaboración y cooperación, planificación, gestión, finanzas y aprendizaje que pueden sostener el cambio positivo.
Dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades en 2030
Aunque prevé que dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades en 2030 y producirán hasta 80 por ciento del producto interno bruto mundial, el informe demuestra que el modelo de urbanización actual es “insostenible” en muchos aspectos.
En el período previo a Habitat III – forma abreviada de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, que se realizará en
Quito del 17 al 20 de este mes – el informe señala que el patrón de urbanización tiene que cambiar para responder mejor a los desafíos de nuestro tiempo, como “la desigualdad, el cambio climático, la informalidad, la inseguridad y las formas no sostenibles de expansión urbana”.
“En los veinte años transcurridos desde la Conferencia Habitat II, el mundo ha presenciado la conglomeración de su población en zonas urbanas. Esto ha ido acompañado de un crecimiento socioeconómico en muchos casos. Pero el paisaje urbano está cambiando y, con él, la urgente necesidad de un enfoque coherente y realista sobre la urbanización”, declaró el director ejecutivo de ONU-Habitat, Joan Clos.
A medida que la población urbana aumenta, la superficie ocupada por las ciudades crece a un ritmo mayor. Se proyecta que, para el año 2030, la población urbana de los países en desarrollo se duplicará, mientras que el territorio abarcado por las ciudades podría triplicarse.
“Esta expansión urbana es un desperdicio en términos de consumo de tierra y energía y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero. El centro urbano de la gravedad- al menos para las megaciudades – se ha desplazado a las regiones en vías de desarrollo”, según ONU-Habitat.
Crecimiento imparable
En 1995, había 22 grandes ciudades y 14 megaciudades a nivel mundial. En 2015 las cifras para las dos categorías de ciudades se habían duplicado, con un 22, o 79 por ciento, de las grandes ciudades situadas en África, América Latina y Asia.
Los centros urbanos de mayor crecimiento son las ciudades medianas y pequeñas con menos de un millón de habitantes, que representan 59 por ciento de la población urbana del planeta.
El informe reconoce que la urbanización ofrece una gran oportunidad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero advierte que, si bien en algunas ciudades se está dando lo que en Nueva York se conoció como “renacimiento urbano”, en la mayor parte del mundo ese no es el caso en absoluto.
Fracaso espectacular
“El fracaso de la política urbana ha sido espectacular en su visibilidad y devastadora en sus consecuencias para hombres, mujeres y los niños en muchas ciudades”, destaca el informe. Demasiados habitantes tienen viviendas de mala calidad, sin los servicios de infraestructura adecuados como agua, saneamiento y electricidad, y sin empleo estable, fuentes confiables de ingresos, servicios sociales o perspectivas de movilidad social, añade.
“La prosperidad se describía como una marea que elevaba a todas las embarcaciones, pero la impresión actual es que la prosperidad solo eleva a los yates”, subraya el informe, mientras enumera los elementos clave de un enfoque integral para un Nuevo Programa Urbano que debe ser audaz y orientado a la resolución de problemas.
¿Un derecho humano universal?
En el Día Mundial del Hábitat, celebrado el martes 3, ONU-Habitat declaró que “la vivienda adecuada es un derecho humano universal” y, por lo tanto, debe ser una prioridad de la política urbana y en el centro físico de la ciudad.
“La rápida expansión no planificada de los pueblos y ciudades significa que cada vez más personas pobres y vulnerables viven en condiciones precarias, sin espacio vital suficiente ni acceso a los servicios básicos, tales como agua, saneamiento, electricidad y atención médica”, declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su mensaje en el Día Mundial del Hábitat.
Ban recordó a los líderes del mundo que 25 por ciento de los habitantes de las ciudades viven en barrios marginales o asentamientos informales. “Suelen estar aislados de las oportunidades de trabajo digno y son vulnerables a los desalojos forzosos y la falta de vivienda”, añadió.
Y destacó la necesidad de otorgar el acceso universal a una vivienda adecuada como una de las prioridades de la Nueva Agenda Urbana, que se espera que los gobiernos adopten en la conferencia de Hábitat III en Quito.
“Las viviendas deben estar ubicadas en el centro físico de la ciudad… A esta altura eso puede sonar utópico, una especie de sueño ilusorio, pero por el contrario, es un paso urgente hacia una solución eficaz para los problemas más acuciantes de nuestra sociedad moderna”, subrayó Ban.
Un estudio reciente realizado por el Observatorio Urbano Mundial de ONU-Habitat, en colaboración con la Universidad de Nueva York y el Instituto Lincoln, concluye que la vivienda pública representa menos de 15 por ciento de los tipos de vivienda, en el Sur en desarrollo y en el Norte industrializado.
“La tendencia en las últimas dos décadas es que hubo un aumento del costo de la vivienda, obligando a la gente a alejarse a las afueras de la ciudad para encontrar una vivienda asequible”, agregó.
Traducido por Álvaro Queiruga