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El Broche de Tara fue descubierto en Irlanda. A día de hoy está considerado una de las más grandiosas obras maestras que han llegado hasta nosotros de la orfebrería céltica. Cuenta la leyenda de este broche que fue descubierto en un lugar conocido como la Colina de Tara, considerado tradicionalmente sede de los Altos Reyes de Irlanda. Sin embargo, el vínculo entre el broche y este importante emplazamiento irlandés se lo inventó un joyero que deseaba incrementar el valor de la pieza.
EL HALLAZGO DEL BROCHE
En lugar de en la Colina de Tara, está documentado que el Broche de Tara fue hallado en una playa de Bettystown, cerca de Laytown, en el Condado de Meath. La campesina que supuestamente encontró el broche en agosto de 1850 aseguraba haber encontrado la joya en una caja enterrada en la arena cuando realizó el descubrimiento.
Sin embargo, muchos no creen tampoco ni una palabra de esta otra versión. En su opinión el broche fue desenterrado realmente en algún lugar del interior. Solo que, a fin de evitar una disputa legal con el propietario del terreno, la familia de la mujer habría mentido acerca del lugar en el que fue descubierto el broche.
Playa de Bettystown, Condado de Meath
DE LA JOYERÍA A LAS EXPOSICIONES
De cualquier manera, el broche fue vendido a continuación a un comerciante, tras lo cual acabó en manos de un joyero de Dublín llamado George Waterhouse. Por aquel entonces, Waterhouse ya estaba produciendo joyas modernas de estilo celta, increíblemente populares a lo largo de la década anterior. Fue también mérito de Waterhouse influir en las tendencias de la época para conseguir cambiar el nombre del broche. Al asociar la pieza con la sede tradicional de los Altos Reyes de Irlanda, la Colina de Tara, Waterhouse acrecentó la fama y el valor económico del broche.
Modelo de antiguo broche junto con pieza de tela, mostrando cómo se empleaban antiguamente estos broches. Museo Británico.
Este hecho pudo ser comprobado al mostrarse al público el Broche de Tara en la Gran Exposición de Londres de 1851. Unos años más tarde, en 1853, el broche fue expuesto también en la Exposición Universal de París, además de en la Gran Exposición Industrial de Dublín, que fue visitada por la reina Victoria. En 1872 el Broche de Tara pasó a formar parte de la colección de la Real Academia Irlandesa. Finalmente, fue donado al Museo Nacional de Irlanda, donde aún se encuentra expuesto en la actualidad.
Broche de Tara, vista frontal. Museo Nacional de Irlanda.
UNA DECORACIÓN MAGNÍFICA
El Broche de Tara es considerado a menudo una de las más grandiosas obras maestras de la orfebrería céltica. El análisis de esta joya ha demostrado que fue confeccionada con oro, plata, ámbar y vidrios coloreados. El Broche de Tara pertenece a la categoría de broches conocida como ‘pseudo-penanulares’.
Los broches penanulares son uno de los tipos más habituales de broches antiguos, y son reconocibles por su forma de círculo abierto y sus extremos profusamente decorados. Aunque los broches pseudo-penanulares se parecen a los penanulares por sus extremos ornamentados, de hecho son círculos cerrados y no abiertos como los penanulares.
Broche de Rogart, ejemplo de broche penanular picto, Escocia, siglo VIII, plata dorada y vidrio.
Las dos caras del Broche de Tara, es decir, su anverso y su reverso, se encuentran magníficamente decoradas con gran detalle, aunque algo más en su parte frontal que en su reverso. Basándose en la calidad de los materiales empleados para la fabricación del Broche de Tara, así como en su fina artesanía, los expertos creen que esta pieza fue realizada para un opulento cliente, probablemente un hombre. Además de ajustar la capa de su propietario, el broche también habría servido como símbolo de riqueza y elevada posición social.
Broche de Tara, vista posterior. Museo Nacional de Irlanda.
Gran parte de la decoración del broche es entrelazada, y a menudo incluye figuras zoomórficas. Es éste un motivo destacado en la tradición artística céltica, lleno de significado simbólico. En el Broche de Tara se pueden encontrar motivos animales como aves y cabezas de lobos y dragones.
Aunque el simbolismo de esta decoración es de origen precristiano, continuó siendo utilizada tras la llegada del cristianismo. Por otro lado, se cree que estos símbolos zoomórficos habrían adoptado nuevas formas con complejos significados cristianos, que habrían desaparecido de la memoria popular con el paso del tiempo. También se considera que este tipo de decoración tenía el poder de proteger del mal a quien la llevaba.
Dibujo del Broche de Tara incluido en el ‘Manual de antigüedades irlandesas’ de Wakeman (1903)