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Ali JarekjiReuters
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Un estudio dirigido por la investigadora Barbara Sherwood Lollar refleja los resultados del análisis de agua prehistórica descubierta a dos kilómetros y medio de profundidad en una mina de Ontario (Canadá) en 2013, en la que se halló la evidencia de un sistema de soporte vital autosustentable, recoge la revista ‘Nature’.
Sobre el agua encontrada, de unos 2.500 millones de años de antigüedad, los investigadores realizaron pruebas de sulfatos que demostraron la presencia de niveles de sulfatos hasta mil veces por debajo de los que cabría esperar de un depósito de agua convencional, lo que sugiere que en ese agua hay pequeños microbios que la habitan y que han sobrevivido bajo la superficie de la Tierra durante millones de años, sin luz solar ni oxígeno de la atmósfera.
«Esto nos hace pensar en cuán habitable es nuestro planeta, además de la habitabilidad de otros planetas, como Marte», afirma Sherwood Lollar a ‘The Globe and Mail’. Su referencia a Marte se debe a que los estudios sobre el planeta rojo revelan que su superficie está cubierta de rocas repletas de compuestos minerales similares a los encontrados en Ontario.
Cueva inundada en Líbano / Mohamed AzakirReuters
«Puesto que las características geológicas de la Tierra y Marte son parecidas, creemos que, ya que están presentes los minerales y agua apropiados, que pueden generar la energía necesaria para mantener a los microbios. No digo que existan, pero sí que se da el escenario y condiciones para mantener vida microbiana en Marte», añade la autora del estudio, Long Li.
Por su parte, el profesor en geobiología, Alex Sessions, apoya el hecho del avance significativo que representa este descubrimiento. «Es particularmente especial que el sulfato se genera por la desintegración radiactiva. Esto significa que en un incontable número de planetas, lunas y asteroides que carecen de océanos, volcanes y fuentes hidrotermales –necesarios para albergar ecosistemas como en la Tierra– la vida alienígena podría sobrevivir con poco más que un poco de agua, sulfuro y elementos radiactivos», explica Sessions.