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Definición del término eutanasia
La palabra eutanasia viene del griego, así : eu = bueno, thanatos = muerte. «Buena muerte» término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento. Según la tradición cristiana, a la buena muerte se llega cuando se prepara espiritualmente al encuentro con Dios. Sólo dentro de la perspectiva cristiana de la redención, el sufrimiento alcanza su valor pleno. El dolor puede ser un instrumento de salvación, cuando es vivido cristianamente e iluminado por la Palabra de Dios.
Formas de aplicación de la eutanasia
– Eutanasia pasiva : este es un término mal utilizado por los medios de comunicación y a lo único que se refiere es a la muerte natural, así se suspende el uso de los instrumentos de apoyo de vida o el suministro de medicamentos para que se dé una muerte completamente natural que no contraria en nada la ley natural.
– Eutanasia activa : este término se refiere a la muerte que se ocasiona de una manera directa para poner fin al sufrimiento del paciente.
El suicidio asistido se relaciona vagamente con la eutanasia, este se produce cuando alguien le da información y los medios necesarios a un paciente para que pueda terminar fácilmente con su propia vida.
Creencias sobre la eutanasia
– Las creencias cristianas fueron bien documentadas por Tomás de Aquino, él condenó el suicidio porque :
* Infringe el deseo natural de vivir
* Daña a otra gente
* La vida es un regalo de Dios y así mismo sólo él puede quitarla
– Michel de Montaigne fue el primer disidente importante entre los escritores europeos. Escribió 5 ensayos que tocaron el tema del suicidio, y concluyó que es una elección personal, y racional bajo algunas circunstancias.
Posición de las distintas religiones frente a la eutanasia
La Iglesia Católica Romana, la Luterana y la Episcopal han emitido declaraciones formales opuestas a la eutanasia y al suicidio asistido. Los grupos de fe Evangélica y Fundamentalista se cree que están también en desacuerdo con estas prácticas. La Asociación Unitaria – Universalista, un grupo liberal, emitió una declaración en 1.988 a favor de la eutanasia y, si hay condiciones adecuadas, del suicidio asistido. Declaraciones similares han sido hechas por la Iglesia Unida de
Cristo y la Iglesia Metodista. Las otras Iglesias parecen divididas en este punto. La mayoría de cuerpos religiosos no se oponen a la eutanasia pasiva que no es más que dejar que la muerte se produzca de una manera natural sin aplazarla ni acelerarla.
POSTURA DE LA IGLESIA CATÓLICA ANTE LA EUTANASIA.
Opinión de la Iglesia.
1. Introducción
Los derechos y valores inherentes a la persona humana ocupan un puesto importante en la problemática contemporánea. A este respecto, el Concilio Ecuménico Vaticano II ha reafirmado solemnemente la dignidad excelente de la persona humana y de modo particular su derecho a la vida. Por ello ha denunciado los crímines contra la vida, como «homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado» (Cons. Past. Gaudium et spes, n. 27).
2. Eutanasia
Por eutanasia se entiende una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La eutanasia se sitúa pues en el nivel de las intenciones o de los métodos usados.
Ahora bien, es necesario reafirmar con toda firmeza que nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad, ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad.
3. El cristiano ante el sufrimiento y el uso de los analgésicos
La muerte no sobreviene siempre en condiciones dramáticas, al final de sufrimientos insoportables. No debe pensarse únicamente en los casos extremos. Numerosos testimonios concordes hacen pensar que la misma naturaleza facilita en el momento de la muerte una separación que sería terriblemente dolorosa para un hombre en plena salud. Por lo cual una enfermedad prolongada, una ancianidad avanzada, una situación de soledad y de abandono, pueden determinar tales condiciones psicológicas que faciliten la aceptación de la muerte. También es un factor importante el uso de analgésico que, como es sabido, pueden alterar la conciencia del individuo, haciéndole actuar de manera contraria a su verdadera conciencia.
4 . El uso proporcionado de los medios terapéuticos
¿Se deberá recurrir, en todas las circunstancias de la eutanasia , a toda clase de remedios posibles?
Hasta ahora los moralistas respondían que no se está obligado nunca al uso de los medios «extraordinarios». Hoy en cambio, tal respuesta, siempre válida en principio, puede parecer tal vez menos clara tanto por la imprecisión del término como por los rápidos progresos de la terapia. Debido a esto, algunos prefieren hablar de medios «proporcionados» y «desproporcionados». En cada caso, se podrán valorar bien los medios poniendo en comparación el tipo de terapia, el grado de dificultad y de riesgo que comporta, los gastos necesarios y las posibilidades de aplicación con el resultado que se puede esperar de todo ello, teniendo en cuenta las condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y morales.
Para facilitar la aplicación de estos principios generales se pueden añadir las siguientes puntualizaciones:
- 1. A falta de otros remedios, es lícito recurrir, con el consentimiento del efermo, a los medios puestos a disposición por la medicina más avanzada, aunque estén todavía en fase experimental y no estén libres de todo riesgo. Aceptándolos, el enfermo podrá dar así ejemplo de generosidad para el bien de la humanidad.
- 2. Es también lícito interrumpir la aplicación de tales medios, cuando los resultados defrauden las esperanzas puestas en ellos. Pero, al tomar una tal decisión, deberá tenerse en cuenta el justo deseo del enfermo y de sus familiares, así como el parecer de médicos verdaderamente competentes; éstos podrán sin duda juzgar mejor que otra persona si el empleo de instrumentos y personal es desproporcionado a los resultados previsibles, y si las técnicas empleadas imponen al paciente sufrimientos y molestias mayores que los beneficios que se pueden obtener de los mismos.
- 3. Es siempre lícito contentarse con los medios normales que la medicina puede ofrecer. No se puede, por lo tanto, imponer a nadie la obligación de recurrir a un tipo de cura que aunque ya esté en uso, todavía no está libre de peligro [es decir, constituye el riesgo de causar una carga desproporcionada*] o es demasiado costosa. Su rechazo no equivale al suicidio: significa más bien o simple aceptación de la condición humana, o deseo de evitar la puesta en práctica de un dispositivo médico desproporcionado a los resultados que se podrían esperar, o bien una voluntad de no imponer gastos excesivamente pesados a la familia o la colectividad.
- 4. Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares. Por esto, el médico no tiene motivo de angustia, como si no hubiera prestado asistencia a una persona en peligro.
Conclusión
Las normas contenidas en la presente Declaración están inspiradas por un profundo deseo de servir al hombre según el designio del Creador. Si por una parte la vida es en don the Dios, por otra la muerte es ineludible; es necesario, por lo tanto, que nosotros, sin prevenir en modo alguno la hora de la muerte, sepamos aceptarla con plena conciencia de nuestra responsabilidad y con toda dignidad. Es verdad, en efecto, que la muerte pone fin a nuestra existencia terrenal, pero, al mismo tiempo, abre el camino a la vida inmortal. Por eso, todos los hombres deben prepararse para este acontecimiento a la luz de los valores humanos, y los cristianos más aún a la luz de su fe.
Los que se dedican al cuidado de la salud pública no omitan nada, a fin de poner al servicio de los enfermos y moribundos toda su competencia; y acuérdense también de prestarles el consuelo todavía más necesario de una inmensa bondad y de una caridad ardiente. Tal servicio prestado a los hombres es también un servicio prestado al mismo Señor, que ha dicho: «… Cuantas veces hicísteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicístes» (Mt 25, 40).
Éstas son las ideas principales del Catecismo de la Iglesia católica, donde deja claro su total oposición a la eutanasia y sus variantes.
LEGISLACIÓN ACTUAL.
Código Penal
Las leyes españolas castigan la eutansia con lo siguiente:
La eutanasia a petición será castigada con una pena menor, que oscila entre dieciocho meses y tres años de prisión.
Artículo 143.
1. El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años.
2. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona.
3. Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte.
4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte,
o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los números 2 y 3 de este artículo.
TESTIMONIOS.
- A continuación, algunos de los testimonios más famosos de la historia de la eutanasia, que quedarán divididos, obviamente, según la postura de los afectados.
El primero de ellos es el de una chica, Ninoska Moral, que ante todo tenía ganas de vivir, y, por supuesto, su tetraplegia no se lo impidió.
15Moral, pamplonesa de 26 años, se rompió en el accidente las dos primeras vértebras cervicales, lo que le provocó una tetraplejia de grado máximo. Sólo puede mover la boca, y vive gracias a un marcapasos, un respirador artificial y a la permanente atención de su padre, Dionisio, con quien forma un buen equipo en el estudio: él le pasa las páginas de los libros y los apuntes.
Así, página a página, Ninoska Moral ha superado EGB, BUP, COU y le resta alguna asignatura optativa y de libre elección para licenciarse en Periodismo en la Universidad de Navarra. Escribe en el ordenador con la boca, mediante un «ratón» adaptado, y actualmente participa en la creación de «Goroabe», revista de la coordinadora de discapacitados, y colabora con EGN.
A continuación, expondremos una entrevista donde queda reflejado lo antes dicho:
—¿Qué es lo que peor lleva en su situación?
—Que tengo que estar dependiendo de alguien durante las 24 horas del día. Pero no queda otro remedio. O eso, o derrumbarte.
—¿Cuántas veces ha recordado el accidente que sufrió?
—Se me olvidó. Me cambió la vida de la noche a la mañana, pero te acostumbras. Al principio cuesta asimilarlo. En ciertos aspectos es mejor que te pase algo así de niño que de adulto, y, por supuesto, que no te pase nunca.
—¿Qué consejo daría a alguien que hoy le pasase lo mismo que le ocurrió usted?
—Depende de la capacidad de cada uno. En una situación así los familiares son importantísimos. Y en el 95% de los casos la carga del cuidado se la lleva la madre.
—Respecto a eso el suyo es un caso especial: su madre falleció cuando usted tenía 17 años y su padre se ha encargado de su cuidado desde entonces.
—La tortilla dio la vuelta. Mi padre se defiende, es un marujón. Limpia toda la casa, cocina, compra…
- A continuación, en el otro extremo, el caso, conocido por todos, de Ramón Sampedro, el tetraplégico gallego que quería, por encima de todo, una muerte digna, aunque esto le costara la oposición total de la Iglesia y, sobre todo, muchos años de lucha.
«…el derecho de nacer parte de una verdad: el deseo de placer. El derecho de morir parte de otra verdad: el deseo de no sufrir. La razón ética pone el bien o el mal en cada uno de los actos. Un hijo concebido contra la voluntad de la mujer es un crimen. Una muerte contra la voluntad de la persona también. Pero un hijo deseado y concebido por amor es, obviamente, un bien. Una muerte deseada para liberarse de un dolor irremediable, también. Ninguna libertad puede estar construida sobre una tiranía. Ninguna justicia, sobre injusticia o dolor. Ningún bien positivo, sobre un sufrimiento injusto…»
Ramón Sampedro
En España un hombre tetrapléjico desde hace 30 años, llevaba más de 25 exigiendo a la justicia su derecho a poner fin a su vida con la eutanasia. El 12 de enero de 1998 murió y a los pocos días se descubrió, ante la conmoción de todo el país, que había fallecido tras un suicidio asistido con cianuro.
Sampedro llegó a la Comisión de Derechos Humanos para pedir que se escuchara su petición. Pero en España, así como en la gran mayoría de países del mundo, la eutanasia no es legal. Sólo en el norte de Australia, una ley federal permitió poner fin a la vida de los enfermos terminales, pero esta ley fue derogada a los seis meses de aprobada.
El caso de Ramón Sampedro abrió nuevamente el debate sobre un tema tan polémico. Hoy la justicia española está buscando a los amigos que lo ayudaron a realizar su deseo. En España, decenas de personas han iniciado una campaña por autoinculparse afirmando: Yo también ayude a matar a
Sampedro, en abierta compasión por la lucha incansable de este hombre por alcanzar la muerte.
El Plan…
Repartió 11 llaves entre sus amigos. Y a cada cual le encomendó una tarea: uno compró el cianuro; otro lo analizó; el siguiente calculó la proporción de la mezcla; una cuarta persona lo traslado de lugar; el quinto lo recogió; el sexto preparó el brebaje; el séptimo lo introdujo en un vaso; el octavo colocó la pajita para que Ramón, imposibilitado del cuello para abajo, pudiera beberlo; el noveno lo puso a su alcance. Una décima mano amiga recogió la carta de despedida que garabateó con la boca. Y otra, tal vez la más importante, se encargó del último deseo de aquel hombre que quería morir: grabar en vídeo el acto íntimo de su muerte.
EUTANASIA EN EUROPA -noticias-.
EUTANASIA EN FRANCIA.
PARÍS (AFP) – El Parlamento francés aprobó el martes de forma casi unánime un proyecto de ley que otorga el derecho a «dejar morir» a los enfermos incurables, aunque sin legalizar como tal la eutanasia, pues no se menciona la palabra en ningún momento.
Fue aprobado en una primera lectura por 549 votos a favor y dos abstenciones. Queda ahora su aprobación por el Senado en una fecha aún por decidir, pero el ministro de Salud, Philippe Douste-Blazy, se comprometió a que sea lo antes posible. La ley estipula que no se prolongue el tratamiento «por una obstinación irracional» y que una persona en fase terminal pueda decidir «limitar o detener todo tratamiento».
EUTANASIA EN HOLANDA
La eutanasia será legal en Holanda, cuyo Parlamento aprobó ayer, con 104 votos a favor y 40 en contra, lo que allí llaman «prueba de petición de terminación de la vida y ayuda al suicidio». Se convierte así en el primer país del mundo donde se autoriza esta práctica, puesto que hasta ahora sólo en estados pertenecientes a países con estructura federal, caso de Oregón en Estados Unidos o los Territorios del Norte en Australia, ha estado despenalizada la eutanasia.
EUTANASIA EN ESPAÑA
Jano On-line y agencias
06/09/2004 09:41
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó hoy que el Ejecutivo no tiene previsto regular la práctica la eutanasia en el actual período de sesiones.
«Es un tema que irá más adelante, pero de momento no está planteado porque vamos a tener una concentración legislativa importante», destacó la portavoz del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes.
A su juicio, este asunto es «muy complicado y delicado», y apuntó que la pasada legislatura «se dieron pasos» en este ámbito mediante la regulación del testamento vital (documento en el que el paciente puede expresar su voluntad respecto a los tratamientos que desea o no recibir).
Asimismo, recordó que en España se ha avanzado mucho en la vía hacia la despenalización de la eutanasia, especialmente tras la promulgación del Código Penal en 1995. No obstante reconoció que «todavía queda un trecho por recorrer en el sentido de una despenalización total y absoluta».
Sobre este último extremo, De la Vega valora a partir de los datos obtenidos durante la legislatura pasada que «todavía no hay un consenso social absoluto y total sobre este tema». «Vamos a trabajar en esta legislatura sobre este tema para seguir avanzando en la línea del testamento vital, sobre el derecho a una muerte digna», añadió.
OPINIÓN PERSONAL.
Me muestro a favor de la eutanasia, porque, según creo, vivir es un derecho, no una obligación. No entiendo el por qué de la oposición de la Iglesia y del gobierno a que se lleve a cabo. No existe nada más propio que la vida, que el cuerpo de una persona. A mi juicio, si Dios nos deja libremente encauzar nuestra vida como bien podamos, ¿Por qué no ve bien que nos la quitemos? Comprendo que la administración de la eutanasia puede ser frustrante para los familiares del enfermo, pero debe ser aún mas que éste no pueda morir y le vean sufriendo durante años postrado en una cama.
Se intenta hacerles ver que enfoquen la vida desde otro punto de vista. Esto quizás lo puedan conseguir la gente que tengan la virtud de la fe, pero para los que esto no ocurra, es muy difícil convencerles de que su situación no es tan mala, que se puede continuar si se tiene esperanza. Bajo mi punto de vista, eso es prácticamente imposible, ya que, en muchos casos, el dolor es insufrible o, sencillamente, la única movilidad de sus cuerpos es una pequeña parte de él.
Quizás resulte ya un tópico poner de ejemplo el caso de Ramón Sampedro, pero no encuentro otro para expresar mi disconformidad con la oposición de las leyes hacia la eutanasia. Me parece muy triste ver cómo un individuo joven, inteligente, y, en un pasado no muy lejano, jovial y alegre, queda sumido en una depresión total al tener como único miembro móvil de su cuerpo la cabeza y, esporádicamente, un dedo de la mano. No entiendo por qué no le dejaron morir, en su día, libremente, al fin y al cabo, como el dice en su propio testamento: “ cuando beba el cianuro de potasio habré renunciado voluntariamente a la propiedad más legítima y privada que poseo, es decir, mi cuerpo”.
Sin abandonar, en ningún momento, mi punto de vista y respetando todas las opiniones acerca de este tema, considero que la eutanasia se tendría que legalizar, ya que, todos tenemos derecho a una muerte y a una vida dignas.