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Un cinturón de asteroides o pequeñas rocas danzan entre Marte y Júpiter, restos de un planeta no formado o de uno que estalló, no lo sabemos con seguridad. Allá por el 1800, cuatro de ellos fueron descubiertos y se les otorgó los nombres de 4 diosas del Olimpo, en la creencia de que eran nuevos planetas. Pero no fue hasta 1972 que Eleanor Bach una astróloga norteamericana, produjo las primeras efemérides para estos 4 asteroides con nombres de diosas griegas que nos hablan de 4 distintivos arquetipos de lo femenino, enriqueciendo de esa manera el concepto de la Luna y Venus. Fue así que, a partir de entonces, de una forma inconsciente al principio, estos cuatros aspectos de lo femenino comenzaron a entrar en la consciencia social e individual. Ceres, Pallas Atenas, Juno y Vesta nos hablan desde lo más profundo de nuestra psiquis, para que, con sus historias y personalidades, conectemos con la extraordinaria variedad de aspectos de lo femenino que vive en nosotros, mujeres y hombres. Y quiero dejar claro este punto principalmente, que este fenómeno no está de ninguna manera limitado a las mujeres, sino igualmente a los hombres. Fue a partir de estos momentos cuando estos nuevos arquetipos comenzaron a emerger con fuerza, ayudándonos a transgredir el sistema que limitaba a la mujer al rol de madre y esposa.
Juno o Hera, era la hermana y esposa de Zeus, dios supremo del Olimpo, después que destronó a su padre Saturno. También hermana de Ceres (la madre) y Vesta (la virgen sacerdotisa, hermana), tías de Pallas Atenas (la otra virgen diosa de las Artes, la Educación y la Estrategia e hija de su padre). Juno es el supremo símbolo de la “esposa”. Se la relaciona con el signo de Escorpio y Libra. Cuando digo “esposa” me refiero a la mujer casada legalmente que de alguna manera ha otorgado al marido la responsabilidad económica y la toma de decisiones sobre la vida de la pareja, pero que en casa, normalmente, es la que manda. Es fiel, monógama y heterosexual, y su máxima expresión de lo femenino es en la pareja y el ser “señora de”. Su expresión sexual consiste en seducir a su marido una y otra vez, no es la mejor madre del mundo, ya que sólo le interesa su marido y su relación con él.
Las guerras de poder con su pareja (Zeus) son famosas en la Mitología Griega, azota con terribles castigos a las amantes de su infiel marido. Odia los hijos de éste con otras mujeres, especialmente a Hércules y a Pallas Atenas, ya que no son sus hijos. En muchas versiones se dice que no tuvo hijos con Zeus, sin embargo Ares en muchas versiones fue la cría de ambos. El matrimonio de Juno y Zeus es el símbolo del matrimonio humano, con la típica soledad de la esposa de un marido ocupado con su trabajo y sus reclamos emocionales característicos. La desconfianza de las infidelidades reales en el caso de Zeus. Hera o Juno representa la lucha de las mujeres por igualdad dentro del matrimonio, la patología de las relaciones, la infidelidad, el engaño, la manipulación a través de la sexualidad, las guerras de poder en la sexualidad: “hoy no cariño, me duele la cabeza”, etc. El sacrificio de la propia profesión o talentos por el bien de la pareja, es otra característica de este arquetipo.
Estos asteroides dan la vuelta al Sol en unos 4 años, por tanto transitan unos 4 meses por cada signo, más o menos, pues tienen órbitas muy irregulares. Juno se ha paseado por Escorpio todo el año, pues ha hecho su moción retrógrada en este signo, en cambio sólo se quedará en Sagitario hasta el 2 de Febrero del 2017. El paso por este signo representa una apertura en nuestra noción de la pareja, con una actitud más libre y aventurera en nuestras expectativas del otro, parejas interculturales, con gente de otros países, son características. Si tienes planetas en los últimos decanatos de Géminis, Virgo, Sagitario o Piscis, éste es un momento especial para renovar nuestra actitud con respecto a nuestras relaciones. Temas de dependencia económica y emocional son los que necesitan una revisión. En Enero del año que viene, Juno se junta con Saturno y Folo en los últimos grados de Sag, en cuadratura a Quirón, por tanto es una oportunidad única para echar un vistazo a la verdadera razón de nuestros dolores emocionales y comprender qué es lo que nos pasa en la pareja. Abre tu mente a nuevas forma de relacionarte y a aceptar que si la relación no evoluciona, está destinada a morir. La transformación es continua.
Cada uno de nosotros lleva su historia grabada en su ADN y en su carta astral. Cada historia es única.
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